Conciencia

lunes, 13 de abril de 2009

Martes 14/abr/09: Columna Lítica 300


I: Buenos días
Después del impasse de Semana Santa, regresamos a las letras. Solo que hoy no hablaremos de todos los asuntos pendientes que con la pachorra de los días de asueto se quedaron en el aire, ni nos divertiremos aguijoneando políticos que nos regalan perlitas de humor involuntario, sino que vamos a algo más autocomplaciente, y que también es un regalo para los lectores en la red. Como hoy celebramos el episodio 300 de esta columna, este será un recuento que, leído en hipertexto, es toda una fiesta. Las palabras misteriosas de hoy son: aniversarios, internet, politematismo.

II: ¿Hiperqué?
En alguna ocasión escribí que si Samuel Beckett hubiera tenido una computadora, el teatro del absurdo hubiera sido una cosa muy distinta. La tecnología disponible para los artistas define de manera muy importante su producción – con todo y que, en lo profundo, el arte está más allá de tecnologías. Si Beckett hubiera tenido un procesador de textos, tal vez los personajes de Esperando a Godot no usarían sombrero, o el discurso de Lucky nos llevaría a imágenes muy distintas; si en vez de máquina de escribir, el irlandés hubiera usado una computadora, Winnie posiblemente dispararía su pistola en Los días felices.

A mí me tocó ser escribidor en la era de las computadoras, y sobre todo, en el boom del hipertexto, lo cual me deleita sobremanera, tanto por los recursos que me da al leer e informarme, como al escribir y crear. El hipertexto, en su explicación terrenal, es el texto que aparece resaltado o con otro color en una página web, y que al hacer clic sobre él, nos lleva a otro escrito, o a una imagen, un video u otro recurso informativo. Para un periodista, la ventaja del hipertexto es que se pueden incluir citas, referencias y guiños que, si de entrada al lector le resultan crípticas, con el hipertexto se vuelven claras y amplían de manera muy importante los alcances de lo que uno escribe. Como sabrán los lectores antiguos, hace tiempo que usamos este recurso en la versión en línea de esta columna, y desde hace algunas semanas, la Columna Lítica se publica en dos versiones, siendo la digital la más completa.

III: ¿Feliz cumpleaños a quién?
La celebración de cada centena es pretexto en esta columna para hacer un recuento de los temas en que hemos incursionado y que dan luz sobre el carácter variopinto de este espacio. Los 3800 caracteres de la Columna Lítica se han tecleado en computadoras propias, prestadas y rentadas en México, Argentina, Uruguay y Canadá (y Québec, si nos ponemos separatistas), y se ha buscado siempre, a través de los ojos del que esto escribe, retratar las ciudades y los caminos, las gentes y los modos, yendo desde los adentros de una huelga de transportistas en Montréal, hasta un encuentro con Hugo Chávez en Montevideo, incluyendo los análisis del neoperonismo incomprensible (para mí) y las crónicas desde una playa nudista en Oaxaca.

A veces, cuando la lógica informativa dictaría que hay que escribir sobre cierto tema del que todos están hablando, salimos con algo desconcertante, lo cual se hace con toda la intención. Así, en este espacio hemos tocado asuntos como los meteoritos, los viajes en el tiempo, la creación de vida en el laboratorio (y su patente), las hipotéticas Esferas de Dyson para controlar toda la energía de nuestra estrella, el nadador africano que casi se ahoga en las olimpiadas de Sydney, los virus cognitivos propagados vía Youtube, el obituario de Bobby Fischer, Houdini y su rol en la historia de la aviación mundial (primera parte, segunda parte), la cobardía de Ana Guevara … en fin.

Nos hemos dado tiempo también para la crítica teatral, a veces provocando reacciones que van de un intercambio epistolar airado hasta ser el blanco de amenazas de violencia física. Los temas nacionales han ido desde las crónicas de Roberto Madrazo en Berlín al emo issue; y claro, nuestro asunto central ha sido Colima, con su política, su gente y su cada vez más relativa tranquilidad, temas que en particular en los últimos meses han ocupado la mayor parte de nuestra atención, con tanto que ocurre alrededor de unas elecciones que todavía ni empiezan y ya dejaron daños por doquier.

En fin, que ha sido, y sigue siendo un placer compartir estas letras con ustedes, esperamos seguirlo haciendo por mucho tiempo. La versión en hipertexto de esta columna se encuentra en ernestocortes.blogspot.com, por si gustan. Los leo en ernesto@cuerdacueroycanto.com.

No hay comentarios.: