Conciencia

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Jueves 21/dic/07: Hugo Chávez, I


I: Buenos días
Quién me iba a decir que la credencial del Ecos de la Costa me iba a abrir las puertas en Montevideo hasta llevarme a saludar a Hugo Chávez en persona, coincidencias tan extrañas de la vida. El evento estaba anunciado para las 8 de la noche, en el Paraninfo Universitario, un recinto pequeñito, apenas la tercera parte del Teatro Hidalgo, y con solo dos balcones a donde –lo descubrí demasiado tarde- se entraba exclusivamente con invitación. Llegué con más de una hora de anticipación y me encontré con que afuera había decenas de personas con invitación en mano, tratando de entrar, algunos ya violentamente, desesperados. Como pude, me acerqué a la reja y le dije al que parecía jefe de seguridad que yo era periodista y que necesitaba entrar. Me dijo “andá por la entrada de al lado, a ver si los venezolanos te quieren acreditar”. Llegué a la puerta lateral, como diría Paco Ignacio Taibo II, con aire de periodista con opción menor al Pulitzer, justo en el momento en que el guardia cerraba la puerta en las narices de otro grupo de personas con invitación en la mano. “Soy periodista mexicano, vengo del diario Ecos de la Costa, y tengo que entrar a cubrir esta conferencia”, le dije, esgrimiendo la Canon en una mano y la credencial del Ecos en la otra. Revisó la credencial y me dejó entrar. Dos controles de seguridad después, estaba en el primer balcón, apiñado junto a un montón de periodistas venidos de todo el Cono Sur, grabando y fotografiando al presidente de la ahora llamada República Bolivariana de Venezuela. Las palabras misteriosas de hoy son: Hugo Chávez, primera parte.

II: “A mi me acusan de que me gusta la confrontación. ¡Yes!”
Es muy diferente estar viendo en México cada semana a Hugo Chávez en las noticias, y sufrir hasta el cansancio los diez segundos de alguna desbarrada que se nos repite y se nos repite para convencernos de que es el diablo y de que es un peligro para Latinoamérica, a escucharlo en un discurso completo durante más de dos horas, elaborando de manera ordenada sus ideas respecto a la política internacional, al futuro del continente, y a los modelos económicos alternativos al norteamericano. El Chávez no editado por Televisa o por CNN es un tipo jovial, cantador, con mucho sentido del humor, con ideas aterrizadas claramente y con una cultura impresionante puesta al lado del Borgues de Fox.

Arquímedes, Víctor Hugo, Cortázar, Benedetti, Fernández Retamar, Dalton, Galeano, Brecht, Martí, Artigas, San Martín, Tupac Amaru y hasta José Alfredo Jiménez fueron citados a lo largo de su discurso, cuyo tema central fue la conciencia, no desde el punto de vista de Stanislav Grof o Francisco Maturana, sino desde la perspectiva política de la unidad latinoamericana mirando hacia la izquierda. Y claro, el Chávez en vivo es tan radical como el Chávez de la tele, si no es que más. “Hay que ser cada vez más radicales, cada vez más hacia la izquierda”, en sus propias palabras.

Chávez no deja títere con cabeza: duro contra el rey Juan Carlos, duro contra el Papa, duro contra Bush, y, muy particularmente, contra el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, “otro caballero al que recientemente se le cayó la máscara”. Chávez es duro y extremo en sus acusaciones: “El presidente de Colombia no quiere la paz para Colombia. No la quiere porque hay órdenes del imperio para que la paz no llegue. Si hay paz en Colombia, a Estados Unidos se le acaban los pretextos para intervenir, para tener militares ahí, y entonces la frontera con Venezuela queda libre para que la Revolución Bolivariana se extienda por América Latina, y eso es lo que no quiere el imperio”. Aprovecha la ocasión y le da un revés a su símil colombiano: extrae de una carpeta un comunicado que acaba de recibir en la mañana de las FARC, la guerrilla colombiana. En éste, los guerrilleros informan que, como un gesto de desagravio hacia el presidente venezolano (luego de que Alvaro Uribe lo cesó como intermediario entre el gobierno y la guerrilla), han decidido liberar a dos rehenes, así como al hijo de una de ellas, presas desde hace cinco años. La ovación es delirante en el Paraninfo ante la primicia.

De hecho, Chávez no podía haber pedido un mejor escenario para dar la noticia. Aquí en Montevideo amanecimos ayer con la novedad de que el exdictador Gregorio Alvarez fue encarcelado, acusado de delitos de lesa humanidad. El ambiente es festivo y esperanzador, aunque también flotan en el aire las contradicciones que una buena parte de la población percibe del gobierno, emanado de un partido de izquierda, el Frente Amplio, pero que anda tomando medidas que muchos ven cercanas al neoliberalismo.

Para Hugo Chávez, uno de los grandes enemigos de la revolución que se está gestando en América Latina es la desinformación. La mentira propalada por los medios de comunicación adictos a Estados Unidos, acusa, fue uno de los principales factores para que perdiera en el referéndum que recientemente realizó en su país. “A la gente le dijeron que el socialismo les iba a quitar sus vaquitas, su carrito, su casa. Es más, ¡dijeron que íbamos a prohibir la minifalda! Pero lo importante es que, como me dijo un joven oficial esa noche del referéndum, perdimos, pero no nos movieron”. También se da tiempo para la ironía: “A nosotros nos inventan muchas cosas. Hace poco, dijeron que en Venezuela estamos construyendo una bomba atómica.. Y yo les dije que no, no estamos construyendo una bomba atómica, ¡nosotros ya tenemos una bomba atómica! La bomba que tenemos es una juventud educada, conciente, trabajadora, ¡esa es nuestra bomba atómica!”.

III: Continuará
Será imposible resumir en unas cuantas entregas todo lo que dijo el presidente venezolano en ese encuentro con la élite de la izquierda uruguaya (y periodistas colados), pero haremos el esfuerzo. El sábado seguiremos con este asunto, y tan pronto regrese a México y tenga acceso más fácil a internet, pondré en línea los videos que grabé anoche del discurso de Chávez, para que vean de primera mano cómo está la cuestión. Por lo pronto, los leo desde acá: ernesto@cuerdacueroycanto.com. Estamos en la red: ernestocortes.blogspot.com.

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