Conciencia

sábado, 27 de setiembre de 2008

Jueves 26/sep/08: Danza y teatro, historia de las relaciones Colima - Québec, Soeurs Schmutt



(Élodie Lombardo, foto de Nicolas Ruel)


I: Buenos días
“Concebida en forma de cuadros, la obra habla de diferentes rostros que toma la muerte, y de la prueba del luto para cada uno de los intérpretes. Los textos, en francés, en español, o en “frañol”, ponen en contexto ciertos elementos, traduciendo la aventura no siempre evidente de la comunicación intercultural” (Fabienne Cabado, Semanario Voir, Montréal). “No teman, Lombardo no ha abordado su tema de manera pesada o dramática. Es más bien a la inversa (…) Ganas de vivir es, de hecho, muy festiva y lúdica. Todo aquello que es susceptible de ser dramático en la muerte es desdramatizado. Uf… las diferencias de aproximación a la muerte en las dos culturas quedan bien demostradas. La obra dejará al espectador de aquí con un solo remordimiento: es, en efecto, una pena que nuestro cristianismo local no haya tenido también mestizaje con las tradiciones de origen precolombino…” (François Dufort, Revista Dfdanse, Montréal). Empiezan a llegar las noticias de l@s colimenses actuando por aquellas tierras, dirigid@s por Élodie Lombardo, de la compañía Les Sœurs Schmutt. Las palabras misteriosas de hoy son: teatro, intercambios, cuadros priístas.

II: Para los libros de historia del teatro (y nota al margen)
En los años recientes ha habido una importante presencia mexicana en Québec, la provincia francófona canadiense. En 2006, para dar inicio a la temporada de teatro 06-07 de Montréal, se presentó Corps Étrangers (Cuerpos Extraños), con la compañía colimense Cuatro Milpas. Semanas después, la compañía quebequense Momentum presentaría L’ardent decir de las fleurs de cacao (El ardiente deseo de las flores de Cacao) con la participación de actores locales y mexicanos. Meses más tarde, en febrero de 2007, tres actores de Cuatro Milpas volvieron a Montréal para trabajar en Chasseurs (Cazadores), cerrando la última temporada del emblemático teatro Quat’ Sous antes de su demolición (y posterior reconstrucción; en esas andan ya). A mediados de ese mismo año, cuatro mexicanos (y una francesa mexicanizada) fuimos como invitados especiales al Festival TransAmeriques de teatro y danza, participando en mesas redondas, encuentros con artistas canadienses y europeos, e intercambio de experiencias en materia de administración cultural, producción, y rumbos artísticos. De abril a mayo de 2008, la actriz Luisa Huertas presentó en Québec el monólogo Inussia la femme-phoque (Inussia la mujer foca), para después realizar una gira por otras ciudades canadienses. Ahora a principios de julio de este año, Georgina Navarro, Cristóbal Barreto y Susana Barrera salieron de Colima rumbo a Montréal para la última etapa del montaje de Ganas de vivir, que ya había tenido sus fases previas, con dos viajes de las Hermanas Schmutt a Colima. Cabe recordar que, hacia finales de su más reciente estancia, presentaron en el foro Pablo Silva un adelanto de que sería el espectáculo que hace dos noches estrenaron en el Monument National, joya teatral de la segunda mayor ciudad francófona del mundo.

En lo que respecta a la relación de Colima directamente con esta provincia (sin pasar ni por el DF ni por Ottawa), el recuento indica que Ganas de vivir es la tercera coproducción entre artistas e instituciones de Québec y de Colima (siendo las primeras dos Cuerpos Extraños y Mariana Olas, ambas producidas por Janet Pinela), y según parece, la cuarta viene en camino, para estrenarse en menos de dos meses. Ya habrá noticias.

Por cierto, y nota al margen, para continuar con la Historia y deslizar como no queriendo el Amplio Comentario Político del Día: la relación Colima-Québec empezó a construirse a través del Instituto Colimense de la Juventud (ICJ) hace ya algunos seis años. Tiempo después, la relación con esta provincia se extendió a la Secretaría de Cultura, cuya titular en ese entonces, Ana Cecilia García Luna, firmó un acuerdo de intercambio con Alfred Pilon, director de la Office Québec Amériques pour la Jeunesse (acuerdo que luego fue ratificado por Rubén Pérez Anguiano) que permitió el ir y venir de artistas, así como las colaboraciones en varios campos, de donde han salido videos, obras de teatro, libros y exposiciones (a ver cuándo la música, por cierto). Sin embargo, el primer funcionario colimense que tuvo la visión de apuntar hacia nuestros vecinos lejanos del norte fue el entonces director del ICJ, antes de que éste deviniera Secretaría de la Juventud. Ese funcionario luego fue Oficial Mayor del Ayuntamiento de Villa de Álvarez, y no solo eso, pues de hecho, su foto luce en el Salón Presidentes de la Casa de la Cultura de la Villa. De todos los retratados, Ramón García Contreras es el que sale más sonriente: se le ve genuinamente contento (el más adusto es uno de los actuales aspirantes a la gubernatura, por cierto, y su foto está bastante ajadita). El caso es que el otro día me preguntaba —como ya lo hizo hace algunos meses otro columnista— ¿por qué su partido no lo está aprovechando? Durante sus gestiones ha hecho un buen trabajo y ha encarrilado cosas importantes cuyos resultados siguen viéndose. En vez de empeñarse por políticos cuyos nombres cada vez se ven más enlodados, el PRI debería voltear hacia sus cuadros honestos y trabajadores, que a estas alturas ya es decir, y es un lujo que no pueden desperdiciar.

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Martes 23/sep/08: Rent versión Colima



I: Buenos días
Cuando abrí el programa de mano y vi que las primeras dos palabras de la sinopsis estaban escritas con faltas de ortografía, me dio mala espina. Sin embargo, respiré profundo y decidí no empezar con prejuicios. Rent, en versión colimense, bajo la dirección de Héctor Castañeda Arceo, era mi intento de reconciliación con el teatro musical, así que había que ponerle filosofía. La palabra misteriosa de hoy es: Rent.

II: Viva la vie bohème
Sé que decir esto es un sacrilegio, pero a mí no me gustó la dramaturgia, el texto en sí. Hablar mal de Rent es tan osado como si hablara mal de Jesuschrist Superstar o de Hair, pero, sinceramente, me pareció una aproximación ya tardía y un tanto agotada al tema del SIDA, que ya había sido ampliamente y mejor tratado (Angels in America es una obra maestra al respecto, por ejemplo), y un discurso trasnochado sobre la vida bohemia, con un mensaje que no parece muy propositivo: dice el texto que “lo opuesto a la guerra no es la paz, sino la creación”, sin embargo, los personajes (con excepción de Maureen, muy bien interpretada por Mónica Guzmán) no se ven tan creativos ni proactivos que digamos: Roger tarda un año para hacer UNA canción. Esa idea de que viva la bohemia y viva la pobreza estaba muy bien para Puccini, pero a estas alturas es un idealismo superado. El final es soso y flojo, muy happy end gringo. En fin, pero eso el texto.

El trabajo de la compañía que lo presentó es otro boleto. A pesar de ser una obra laaarga como la cuaresma (dice mi mujer, “larga como puteada de tartamudo”), el desempeño sobre el escenario es muy bueno, y se nota que l@s intérpretes se prepararon a conciencia en el aspecto técnico: los arreglos de las voces son casi impecables y tienen momentos soberbios (como en Tiempos de amor, al inicio del segundo acto); César Kiroz hizo un excelente trabajo, tanto sobre la escena como fuera de ella, en el trabajo vocal. La dinámica sobre el escenario es coherente y creativa, y las actuaciones están firmes y bien conducidas, sobresaliendo labores como la de Héctor Montes de Oca, en un arriesgado papel del travesti Ángel, que interpretó con aplomo y gracia. Adelina Velázquez, en el rol de Joanne, canta, baila y actúa con la soltura que le dan sus años en el negocio: desde la adolescencia ha hecho teatro, con directores como Rubén Martínez, Augusto Albanez, y, ahora, con CincoMedios. Rosario Gómez le pone la sensualidad y el poder justos a Mimi, y en general los 8 protagonistas, y los 7 de apoyo (más dos payasos colados, muy buenos pero un tanto metidos con calzador) hacen un trabajo de profesionales bien plantados sobre la escena. Por otra parte, detalles muy pequeños dan idea sobre la preparación y los recursos de este grupo: en Tiempos de amor el micrófono de Karina Castañeda (en el papel de la terapeuta) falló en un momento crucial, y Armando Huerta resolvió de inmediato pasándole su micro con naturalidad para que ella siguiera cantando, como si nada. Es una cosa mínima, pero ahí es donde se ve el trabajo de esos nueve meses de la mano del director, en la solución de los detalles inesperados.

Hacer la música en vivo fue un riesgo que se solventó a medias. Aunque aparece en los créditos como director musical, era evidente que el bajista Guillermo Campa no se sabía la mitad de las canciones, y se la pasó dando notas en falso y mirando el diapasón de la guitarra frente a él, tratando de dilucidar los acordes sobre la marcha. Eso se puede hacer en el jamming en un bar, pero no sobre un escenario de teatro. En contraparte, la tecladista Fernanda Aguilar sostuvo la obra enterita con su excelente trabajo: en vez de confiarse en la memoria y la vibra, como su compañero bajista, siguió fielmente las partituras, con finos resultados. El mérito de la música de esta obra es de ella, de punta a punta.

En general, Rent fue una obra bien dirigida, donde se vio el compromiso y la dedicación a un proyecto, además del talento bien encausado, y la experiencia del director, que en su primera aventura musical se lanzó con todo. Me parece que se podrían haber eliminado varias escenas para restarle media hora al espectáculo, sin perjuicio de la historia, y eso la hubiera hecho más digerible, aunque no sé si era eso posible, por razones legales. Finalmente, no puedo decir que me reconcilié con el género, pero sí iría a ver el siguiente musical de Héctor Castañeda: hay calidad y talento.

III: Allende las fronteras
Mañana por la noche un trío de colimenses ofrecerá la primera función de una temporada en el Monument National de Montréal, con Ganas de vivir, una coproducción de la Compañía de Danza y Arte Escénico de Colima y la compañía montrealesa Les Soeurs Schmutt, espectáculo del que hablaremos en detalle el jueves. Mañana, pues, Cristóbal Barreto, Georgina Navarro y Susana Barrera combinan su talento con el de l@s artistas quebequenses para este espectáculo de danza-teatro. Merde à vous, mes amis, je vous embrasse.

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domingo, 21 de setiembre de 2008

Sábado 20/sep/08: Las narcomantas, teatro



I: Buenos días
Primero se reportaron dos, que según esto fueron retiradas prontamente por elementos de seguridad pública. A media mañana, Milenio.com reportaba 5. Para las 12 del día, la edición electrónica de La Jornada hablaba de diez. A esa hora, muchos sitios de noticias michoacanos y varios blogueros ya habían subido a la red las fotos. En el ángulo superior derecho, un escudito: dentro de un círculo azul, una paloma blanca, entre las palabras “Ánimo Michoacán”. El mensaje, en letras verdes, negras, rojas y azules, dice: “El dolor de los michoacanos nos embarga[,] no más crímenes al pueblo inocente[.] Pagarán por sus actos terroríficos[,] Zetas[.] Atte. F.M.”. Es una de las diez narcomantas que ayer aparecieron en puentes peatonales de varias vías de Morelia. Las palabras misteriosas de hoy son: mantas, noticias, teatro.

II: Noticias desde allá
Le Monde, 17 de septiembre: “Un atentado atribuido a ‘narcos’ mexicanos deja 7 muertos y 100 heridos”. Le Monde, 16 de septiembre: “México: 19 presos muertos tras un motín en Tijuana”. Le Monde, 14 de septiembre: “Los cadáveres de 24 personas muertas por bala descubiertas en un parque”. Le Monde, 12 de septiembre: “Los mexicanos se alarman por la colusión entre policías y criminales”. Esas son las noticias que los franceses han tenido de México en la última semana. Eso, y una que otra referencia por el huracán Ike. Como escribió Leo Zuckerman hace unas semanas, cuando analizaba en su columna los titulares de algunos diarios extranjeros: el mensaje fuera del país es claro: los mexicanos se están matando unos a otros.

III: Deslindes
Acompañando la noticia de las mantas, ayer por la mañana también se hicieron públicas las declaraciones del gobernador michoacano en el sentido de que no hay elementos claros para establecer la autoría del grupo criminal conocido como La Familia. Aún más: varios periodistas morelianos, y de medios nacionales, comentaron haber recibido mensajes de texto, llamadas y correos electrónicos de parte de supuestos integrantes de La Familia, en los que no solamente se deslindaban del atentado, sino que urgían a las autoridades a dar con los responsables, y aseguraban que emprenderían sus propias pesquisas. En una de las mantas colocadas ayer por la mañana en la capital michoacana se leía: “Pueblo, que no te engañen: la familia michoacana está contigo y no está de acuerdo con actos genocidas. Atte. FM”.

Todas estas noticias y declaraciones dan para más análisis del que cabe en este espacio. Por eso hoy sólo les presento el plato: ustedes lo mastican. Provecho.

IV: A otra cosa: teatro
Anoche se estrenó, en Casa de la Cultura, el musical Rent, original de Jonathan Larson, en versión colimense producida por Cinco Medios, bajo la dirección de Héctor Castañeda Arceo, quien tiene una prolífica carrera como dramaturgo, actor y director. Héctor Castañeda es, además, un talentoso diseñador y recientemente incursionó en la traducción teatral. Lo último que le faltaba, pues, era lanzarse a dirigir un musical.

Debo confesarlo: si hay una cosa que no me gusta en este mundo son los musicales (aunque mi primera vez en un escenario —el del Hidalgo, en 1993— fue con uno, precisamente); de hecho, cuando vino aquella compañía tapatía a presentar Rent hace algunos meses, me salí después del intermedio, para no regresar. Sin embargo, iré hoy a la función de las 5:30, por pura confianza en el director, esperando reconciliarme con el género. Hoy hay función también a las 8:30, y mañana a las 5:00, por si gustan.

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Jueves 18/sep08: El grito, las granadas, Michael Emerson y Lost



I: Buenos días
Hace un año, en el Grito, parecía que había sabotaje desde adentro, en la red nacional que se armó para la televisión. Después del “viva Josefa Ortiz de Domínguez” en el audio se les vino de rebote el efecto de reverb natural de la plaza que no pudieron quitar por el resto de la arenga. Luego, en el segundo “viva México” apareció a cuadro una señora con una banda en la que claramente se leía “López Obrador”, segundos más tarde, se vio a un grupo de personas frente a la cámara con fotos del Peje, que volvieron a aparecer dos veces en la pantalla, fugaces pero nítidas. Al final del himno, cuando Calderón deja el balcón, se oyó claramente en el audio “¡Obrador, Obrador, Obrador!”. Este año fueron mucho más cuidadosos con el aspecto técnico de la transmisión, y no se arriesgaron a dejar abierto el audio de la plaza, sino que pusieron aplausos y vivas grabados. Lo que se le patinó a Calderón fue que se olvidó de que su esposa estaba con él en el balcón, y cuando puso la bandera a un ladito (con el brazo malo, también) la tapó completita a la señora; por unos minutos, pareció que no había Margarita Zavala en el balcón de Palacio. Ella, ni modo, se aguantó, ni la plaza pudo ver, le tocó pura bandera. Las palabras misteriosas de hoy son: de gritos, de reglas.

II: Expresiones
El 24 de abril de este año se transmitió en el mundo de habla inglesa el noveno episodio de la cuarta temporada de Lost, la serie de drama/ciencia ficción producida por ABC. Aunque ese episodio fue uno de los menos vistos por el público, fue a la vez uno de los más alabados por la crítica, en particular por el giro que dio a la historia y por la actuación de Michael Emerson, en el papel de Ben. En este episodio, entre muchas otras cosas, se revela que los dos “malos” de la serie —Charles Widmore y Ben Linus—, que además son archirivales, no se pueden matar entre sí, por alguna oscura razón. Pueden perseguirse, mandarse golpear, hacerse transas y escurrirse, pero no se pueden matar entre ellos, ni a sus familias. Sin embargo, en el clímax del capítulo, centrado en el personaje que interpreta Michael Emerson, la hija de éste es ejecutada por mercenarios a sueldo de su rival, ante su incredulidad. Ben Linus se queda con los ojos desorbitados de la sorpresa, y va, en una escena de antología, del azoro a la ira, moviendo músculos clave en su cara muy lentamente para realizar una transformación total en close-up. Las únicas palabras que dice, antes de desaparecer por un pasaje camuflado, son “he changed the rules”, él cambió las reglas.

Fue tan impresionante la actuación de Emerson, que prácticamente toda la crítica señaló que con su desempeño en este episodio sellaba el camino al Emmy, (la ceremonia es el próximo 21 de septiembre, por cierto). En palabras de James Poniewozik, de Time (25/abr/08): “…lo cual nos lleva de regreso a Michael Emerson, quien apretó aún más el agarre mortal que ya tiene sobre el Emmy. Su expresión en esa toma larga de acercamiento después de la muerte de Alex, en que su cara va del impacto al dolor a la rabia, fue magistral”.

III: Mientras tanto, en el salón de la Justicia…
Estoy seguro, aunque no lo vi, de que hubo alguien que hizo una cara como la de Michael Emerson, que fue de la sorpresa total a la rabia, y casi puedo leer en su mente las mismas palabras: “me cambiaron las reglas”, en el momento en que un edecán se le acercó y le dijo al oído “señor, acaba de haber un atentado en Morelia, contra civiles”.

Cambiaron las reglas, de golpe, sin previo aviso. Si en verdad, como se ha dicho en las últimas declaraciones, la responsabilidad de las granadas de Morelia es del crimen organizado, la cosa dio un giro brutal así de la nada. Hasta hoy, había sido una guerra entre el narco y la autoridad (aunque en varios casos no se distingue bien a bien dónde acaba uno y comienza la otra), pero no habíamos tenido escenarios tipo ETA o Al-Qaeda, hasta la noche de este lunes. Si en verdad hay un cártel detrás de esto, se trata de una estrategia que, al menos para mi, resulta incomprensible. Hasta hoy, a pesar de las campañas mediáticas y del rechazo de la población hacia la violencia y el crimen organizado, los narcos se habían mantenido en un nicho importante en la cultura popular mexicana, a través del narcocorrido, la anécdota y la leyenda. Quiero decir, no es que la gente los apoye, pero los narcos tenían, hasta el lunes, una posición especial en el imaginario nacional, con íconos que van desde las Pacas de Kilo de los Tigres del Norte al adoratorio en Culiacán a San Jesús Malverde.

¿Por qué un atentado contra la población indefensa, entonces? ¿Qué gana cualquier cártel con eso? Al contrario, en la percepción popular, su imagen se va en picada, y se ganan una persecución más enconada. Podría interpretarse el atentado como una demostración de poder, sí, pero ¿a costa de qué? ¿Realmente será tan mala la estrategia del narco? Quien va a sacar raja a fin de cuentas es Calderón, que justifica así su política bélica y tiene ya excusa para demandar más recursos para comprar armamento y “fortalecer” los cuerpos de seguridad, si no es que va más allá y se nos viene una Patriot Act para reducir las garantías individuales en aras del antiterrorismo. Creo que la colombianización nos está empezando a venir un poco guanga. Ya vamos más allá.

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lunes, 15 de setiembre de 2008

Death of a president - trailer

Este es el trailer de la película La muerte de un presidente. Con subtítulos en japonés, para que no haya confusión.

Véanla en el cine.

O bájenla del Ares (digo...)



Escenas de la película:



Y acá la Columna Lítica:

I: Buenos días
“Conforme lidiamos con los peligros de nuestro tiempo, diferentes circunstancias requieren diferentes estrategias, y nuestra resolución en cada caso será clara: no permitiremos que ningún régimen amenace la libertad o la seguridad del pueblo norteamericano, o de nuestros aliados alrededor del mundo”. Por supuesto, George Bush. Este discurso, incluido en la película La muerte de un presidente, bien podría ser de ayer, aunque en la cinta se presenta como de un futuro (2007) que entonces (2006) se veía como una posibilidad no remota. La cinta, presentada como un documental periodístico, explora las posibilidades de la pregunta “¿Qué pasaría si asesinaran al presidente de Estados Unidos?”, y la respuesta parece ser: “mejor no”. Las palabras misteriosas de hoy son: de fuego amigo.

II: They shot Bush!
La película se estrenó en el Festival de Cine de Toronto, en septiembre de 2006. Por esos días yo estaba viviendo en Ottawa, y aunque no llegó a las pantallas de esa ciudad, todos los periódicos hablaban de ella y políticos y artistas daban su opinión. En Canadá la película fue tan bien vista, que se llevó el Premio Internacional de la Crítica, y los columnistas la alabaron grandemente. Mientras, del otro lado de la frontera, las opiniones contra la película se basaban en el prejuicio: Hillary Clinton, que no la había visto, la calificó de “repugnante”, caso similar al de Kevin Costner, que tampoco la había visto: se permitirá la proyección de esta cinta en Estados Unidos hasta el 20 de enero de 2009, una vez que Bush deje la Casa Blanca.

Este reportaje de ficción cubre una gran cantidad de vertientes del tema, y las hace caber en 93 minutos, con un manejo muy bueno del lenguaje visual y la lente periodística. Así, hay momentos muy breves pero poderosos en cuanto a lo que se comunica, como la escena en que llega a un grupo de manifestantes la noticia de que le han disparado a Bush, y comienzan a celebrar y a gritar entre el tráfico “¡le dispararon a Bush!”. Los automovilistas dan bocinazos de alegría.

En realidad, en última instancia, Bush como persona es presentado bajo una luz que lo beneficia en esta película. En los pocos minutos dedicados en esta película a analizar su personalidad, se nos ofrece un George Bush zorro, que sabe lo que la gente piensa de él y se aprovecha de que lo subestiman, un individuo con carisma y con ángel, que a fin de cuentas sabe manejar a la gente y por eso está donde está. Sin embargo, su política y el odio que buena parte de la población de su país le tienen, son el contrapeso de la balanza.

El asesinato en sí ocupa la mitad de la cinta; el resto son las consecuencias: la investigación y el apresamiento del principal sospechoso, que resulta ser, claro, musulmán. Entre escena y escena, se trasluce claramente la crítica a la política exterior norteamericana y a la supresión de las libertades individuales como respuesta a la “guerra contra el terrorismo”. Como acertadamente dijo The Village Voice (17/oct/06), “La muerte de un presidente es en realidad sobre el 11 de septiembre – un ensayo sobre una tragedia nacional usada para crear una tragedia más grande”.

Esta cinta se puede ver en estos días en Colima, consulte la cartelera, y no pierda mucho tiempo porque quién sabe cuánto dure: parece que la gente está prefiriendo ver a Yoda tirar espadazos o a Adam Sandler hacer bufonadas. Ahora que si se la perdió, siempre queda el Ares (sí está), pero ahí cada quien, no quiero que se me acuse de promover la piratería en internet de películas de difícil acceso. Eso sí: en el blog puede ver algunas escenas y el trailer de El asesinato de un presidente (tomadas de Youtube)

III: Hablando de balas
Coincido con los compañeros que, en este y otros medios impresos, han expresado su rechazo a que en Colima tengamos policías que hacen su labor encapuchados, así como a las callejoneadas de patrullas con farolas encendidas. Lo último que dan a la sociedad es una sensación de seguridad, y no es con acciones de ésas que nos van a convencer de su valentía, coraje y sagacidad. Lo de este fin de semana muestra que, más bien, las fuerzas de la ley y el orden tienen que ponerse a entrenar y a ampliar sus capacidades policiales. Si lo de Cerro de Ortega no fuera una triste realidad, sino canción, la habría escrito Chava Flores, con todo respeto. Por otra parte, el procurador, que en su momento paró el dedo para lanzarse de candidato “a lo que sea” en las siguientes elecciones, tendrá aquí una prueba importante qué superar, y en unos meses estaremos hablando de cómo le fue. Recordemos, por ejemplo, que, con todo y la campaña mediática de linchamiento contra Ebrard, por los linchamientos de Tláhuac cuando él era procurador capitalino, a éste le hicieron lo que el viento a Juárez y ganó, primero, la candidatura, y luego las elecciones. Vamos a ver cómo masca la iguana.

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miércoles, 3 de setiembre de 2008

Martes 2/sep/08: Teatro: Canek




I: Buenos días
No recuerdo cuándo aprendí a leer. Sé que fue obra de mis padres, mucho antes de que fuera a dar a una escuela, pero recuerdo muy bien a los protagonistas de mi primera lectura: Pinocho, Gepetto, el Hada Azul, Pepe Grillo. Luego, en segundo de primaria (que para mí fue el primero), vinieron los libros de cuentos que imprimía la SEP, mismos que devoré en cuestión de días. Para saciar mi apetito lector, mis padres hicieron llegar a mis manos las ediciones de Cuántos Cuentos Cuentan, del Conafe, donde descubrí personajes entrañables como los perros Confite y Salaver, en los cuentos de Caledonio Serrano Martínez; y el indio Canek y el niño Guy, en los fragmentos de la obra Canek, de Ermilo Abreu Gómez. Todo esto con ilustraciones de Carlos Dzib, a quien ya conocía ampliamente porque era el cartonista oficial de la Revista del Consumidor, que se coleccionaba en casa, junto con Proceso, que a su vez me llevó desde muy chico a Fontanarrosa y a Boogie, el aceitoso. Las palabras misteriosas de hoy son: recuerdos, teatro.

II: Teatro
Este fin de semana estuvimos en Guadalajara con la compañía Cuatro Milpas Teatro, presentando la obra Mariana Olas. Fue muy interesante ver desde cerca, pero a la vez con la distancia que nos daba el no estar implicados, todo el merequetengue que se vivió en esta ciudad por la remoción ultra fast track del rector de la U de G, que para cuando se dio cuenta, recibió un esquinazo tan brutal por parte del Consejo Universitario, que ni las manos pudo meter, con todo y su amparo en el bolsillo, por si —como sucedió— los consejeros adictos a Raúl Padilla trataban de tumbarlo. Moraleja: en este país, hay gente con la que más vale no meterse, porque con todo y que ya llegó eso de la democracia, quedan cotos de poder intocables.

El caso es que fue un fin de semana de teatro, en muchos sentidos, y nosotros aprovechamos el domingo a mediodía para asistir a la función de Canek, dirigida y adaptada para teatro de títeres por Miguel Ángel Gutiérrez, con el atractivo, para nosotros, de la actuación protagónica del colega colimense Armando Hernández, quien acá colabora con Teatro Rodante. (Por cierto, con Teatro Rodante estuve trabajando el mes pasado en Una historia transparente, obra que retomamos a partir de mediados de este mes, ya habrá noticias sobre ella).

Canek, que combina títeres de gran formato con actores humanos, fue una experiencia estética muy agradable y, para mi, un viaje a la infancia y a mis primeras lecturas, precisamente en la ciudad donde aprendí a leer. Independientemente de los recuerdos personales, esta obra me sorprendió por la extraordinaria producción: los 700 mil pesos que dicen que costó se ven reflejados en la escenografía, las animaciones proyectadas en la pantalla que sirve de fondo, los títeres de increíble manufactura (quebequense, por más señas), la música original —interpretada en vivo—, la iluminación precisa y, sobre todo, el gran trabajo de los actores-titiriteros. Creo que nunca, hasta esta obra, se me había ocurrido el adjetivo “noble”, para hablar del trabajo de un grupo de artistas sobre la escena.

Con unos títeres de tamaño casi humano, con articulaciones casi humanas, manejados cada uno por 3 titiriteros vestidos de negro que prestan sus voces y sus cuerpos para dar vida a los muñecos, esta obra nos lleva a través de diversos episodios de la vida del niño Guy, descendiente de hacendados, y el indio Canek, quien en 1761 incitó a los mayas a rebelarse contra los opresores españoles. Así, vamos del juego y la risa de Guy a las enseñanzas que en cada experiencia cotidiana Canek va dejando al niño, hasta llegar a un final que, hay que decirlo, es tristísimo, y no deja a nadie impasible.

Escuché que es posible que Canek se traiga a Colima, una vez que concluyan sus presentaciones en Los Ángeles, a donde viajarán en días próximos. Ojalá que así sea. En verdad, se trata de un trabajo muy bello, que además es necesario para los niños mexicanos en estos tiempos de ausencia de héroes nacionales y de invasión de bátmanes y pokemones. Canek recupera algo que hace mucho hemos perdido en México, y deja una impresión tan honda, que seguramente en 20 años otro periodista escribirá sobre cuando, de niño, vio la obra de teatro que definió el rumbo de su vida.

En el blog, el enlace a Cuántos Cuentos Cuentan, que ya está en la red: ernestocortes.blogspot.com. Los leo: ernestocortes@itesm.mx