Conciencia

viernes, 7 de setiembre de 2007

Martes 28/ago/07: Los viajes en el tiempo

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I: Buenos días
(Después de toda la explicación técnica) “Así pues, parecería posible que, conforme avancemos en ciencia y tecnología, seamos capaces de construir un ‘agujero de gusano’ (wormhole) o de combar el espacio y el tiempo de alguna otra manera, de tal forma que pudiéramos viajar hacia nuestro pasado. Si tal fuera el caso, implicaría una gran cantidad de preguntas y problemas. Una de ellas es, si alguna vez en el futuro aprendemos a viajar en el tiempo, ¿por qué no ha venido alguien desde el futuro a decirnos cómo hacerlo? Aún si hubiera razones de peso para mantenernos en la ignorancia, siendo como es la naturaleza humana, resulta difícil creer que alguien no hubiera querido lucirse, y decirnos a nosotros, pobres campesinos ignorantes, el secreto del viaje en el tiempo”. Stephen Hawkings, físico inglés. Las palabras misteriosas de hoy son: viajes en el tiempo.

II: En la ficción
Aunque los viajes en el tiempo pueden encontrarse en la literatura desde la primera mitad del siglo XVIII, quizá el texto de ficción más antiguo sobre este tema que a la fecha sigue siendo popular sea Un cuento de navidad, de Charles Dickens, en el que al protagonista, Ebenezer Scrooge, le es dado contemplar el pasado y el futuro. Una de las primeras novelas que abordó el viaje en el tiempo utilizando tecnología y no solamente visiones, es La máquina del tiempo, de H. G. Wells. En 1911, las educadoras inglesas Annie Moberly y Frances Jourdain, directora y subdirectora, respectivamente, del Colegio St Hughes, de Oxford, publicaron bajo seudónimos el libro An adventure, en el que aseguraban haber viajado en el tiempo mientras visitaban el Palacio de Versalles, encontrándose de pronto en el año 1789, interactuando con personajes de la corte de María Antonieta. Este constituyó el primer registro de alguien que aseguraba haber viajado en el tiempo.

El sacerdote benedictino Pellegrino Ernetti (1925-1994), graduado en física cuántica, exorcista, y experto en música pre-polifónica, aseguraba que en los años 50s colaboró, junto al premio Nobel Enrico Fermi, y el ingeniero alemán Wernher Von Braun (responsable de la llegada del hombre a la luna), en la creación de una máquina llamada Chronovisor, que permitía al usuario contemplar en una pantalla cualquier escena de cualquier momento de la historia de la humanidad. Ernetti juraba haber asistido, entre otras escenas, a un discurso de Mussolini, a otro de Napoleón, y a la crucifixión de Cristo. La única “prueba” que aportó fue una supuesta fotografía del rostro de Jesús en la cruz, que luego se reveló como una tarjeta postal comprada en un pueblito cerca de Perugia.

El año pasado, Darren Daulton, catcher de los Phillies de Filadelfia entre 1983 y 1997 (.245, 588 RBI, 137 HR) aseguró en una entrevista a ESPN que él ha viajado en el tiempo, y que el 21 de diciembre de 2012, con el fin del calendario maya, él y otros, preparados para ello, desaparecerán de este plano de la existencia.

III: La ciencia
Todo esto viene al caso porque la semana antepasada los físicos alemanes Günter Nimtz y Alons Stahlhofen, de la Universidad de Koblenz reportaron haber roto la velocidad de la luz, algo imposible de acuerdo con la Teoría de la Relatividad Especial, publicada por Albert Einstein en 1905. Según los dos científicos, realizando experimentos con un fenómeno llamado quantum tunnelling, lograron transferir fotones a una distancia de hasta un metro de manera instantánea, superando la velocidad “oficial” de estas partículas elementales, que es constante (299’792,458 metros por segundo). Aunque Nimtz mismo acepta que esto no prueba que sea posible la transmisión de información a una velocidad mayor a la de la luz, la prensa no especializada rápidamente ha interpretado el anuncio como “el descubrimiento del viaje en el tiempo”, una implicación no del todo descabellada, pero también un tanto anticipada a la realidad.

Si el experimento de Nimtz y Stahlhofen es genuino, nos encontramos en un momento de la historia similar al que vivieron los europeos a principios del siglo XVI cuando hubo que desechar el paradigma de la tierra plana, pues la explicación del universo que actualmente es aceptada por la ciencia a partir de Einstein sufriría un duro golpe, y habría que repensar el concepto de espacio-tiempo, así como posiblemente abrir la puerta a la idea de los viajes en el tiempo. Insisto, esto lo decimos los de la prensa no especializada, y hasta ahora es especulación, pues no han pasado ni quince días desde el anuncio, pero de ser cierto, estaríamos ante un parteaguas cuyas implicaciones no podemos ni siquiera intentar concebir desde donde nos encontramos en este momento.

IV: Por lo pronto tenemos el cine
En lo personal, la mejor película que conozco sobre viajes en el tiempo es Primer, dirigida, producida y protagonizada por Shane Carruth. Con 7000 dólares, el cineasta norteamericano realizó esta cinta que obtuvo en 2004 el Gran Premio del Jurado del Festival de Sundance. Primer es una película intrincadísima, llena de saltos en el tiempo y paradojas, que demanda una gran atención del espectador y que hay que ver más de dos veces, pero que satisface a los amantes del género. Para los interesados, les comparto una joya de la ciencia ficción que pueden encontrar en mi blog: La jetée, de Chris Marker, el cortometraje que inspiró la cinta Twelve monkeys, de Terry Gilliam. Lo encuentran en: ernestocortes.blogspot.com. El correo: ernesto@cuerdacueroycanto.com

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