Conciencia

domingo, 20 de mayo de 2007

Jueves 17/may/07: Montréal au printemps

I: BUENOS DÍAS
Montreal, Canadá. Aquí amanece a las 4:30 de la mañana, o al menos eso dicen, no tuve ocasión de comprobarlo después del recibimiento que me dieron los actores mexicanos anoche. 5 grados centígrados a las 11:00 de la mañana que abrí los ojos, y un viento que cala en serio. Lo bueno es que ya es primavera. Las palabras misteriosas de hoy son: primeras impresiones.

II: DIVERS-CITÉ
El metro es un buen lugar para darse una idea de cómo está compuesta la sociedad montrealesa. De entrada, hay que saber que Montreal es la segunda ciudad francófona del mundo, apenas detrás de París. Los más de tres millones de habitantes de la isla también la hacen una de las ciudades más pobladas de Canadá (comparado, por ejemplo, con Ottawa, que tiene tres cuartos de millón). Los dos idiomas oficiales del país son inglés y francés, y en la ciudad esta dualidad está representada por la división geográfica que constituye la calle Saint Laurent: hacia el este es la parte francesa; hacia el oeste, la inglesa, aunque en realidad, en todos lados el francés es la lengua predominante.
Pero decía del metro. En el subterráneo uno escucha al menos cinco idiomas en cada vagón, y hay representantes de todos los continentes.
Aquí los blancos no son mayoría, sino al contrario, pues en Montreal están registrados inmigrantes provenientes de 80 nacionalidades. Por ende, la publicidad del metro es muy diferente a la que estamos acostumbrados: no hay niños güeritos ni modelos rubias despampanantes, sino parejas conformadas por un negro y una asiática, por ejemplo, y los afiches de los programas gubernamentales muestran siempre personas representativas de al menos tres grupos étnicos. La cuestión de la diversidad sexual es toda otra historia, pero ya hablaremos de ello en su momento. Por ahora baste decir que Montreal es la "zona libre" de Canadá, que de por sí es bastante liberal.

III: EN LO PERSONAL
Me gusta mucho Montreal. Viví y trabajé aquí el año pasado haciendo teatro, y tengo amigos muy queridos en esta ciudad. Sin embargo, los árboles no son frutales, sino de maple. En Colima, uno estira la mano y tiene limones, naranjas, mangos, granadas, cocos, toronjas, nances.
Aquí hay que comprar todo eso en el súper, y un mango viene costando un dólar (más impuestos), si bien nos va. Además los chiles casi no pican.

IV: CLIMA Y OTRAS CUESTIONES
La meteorología es una ciencia tan exacta como esencial en esta ciudad. Hoy en la noche estaremos a 2 grados bajo cero y se pronostica un centímetro de nieve. El miércoles próximo estaremos a 27 grados, y, como dice mi amigo Pascal, "veremos las primeras piernas del año", que anuncian la entrada del verano.
Ahora que lo pienso, somos tres los colaboradores del Ecos de la Costa escribiendo desde puntos muy distintos del globo: China, Nueva Zelanda, y Canadá. Manténganme al tanto de lo que sucede en casa; cuéntenme si le cambian de nombre a "Nevado de Jalisco", para que no sea tan grande la sorpresa, cuando regrese en tres semanas. Los leo.

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