I: Buenos días
El teatro Quat’ Sous es un pequeño edificio de dos pisos que se encuentra relativamente cerca del Mont Royal, el cerro que da su nombre a la isla de Montréal, en la provincia canadiense de Québec. Desde hace 41 años, este lugar ha servido de escenario para los producciones de la compañía del mismo nombre -una de las más antiguas de la ciudad- y se ha distinguido en las últimas décadas como el espacio por excelencia para el teatro de avanzada, ganándose una reputación que sigue creciendo. Anoche, siete actores, entre ellos tres colimenses, dieron la primera función de la última obra que será representada en el actual edificio del Quat’ Sous, antes de que sea demolido. Las palabras misteriosas de hoy son: Quat’ Sous, teatro, Chasseurs.
II: Un poco de historia
Sobre la avenida Saint Laurent, arteria principal de Montréal, se establecieron en el siglo XIX los judíos que emigraron de Europa del Este. Esta comunidad, que vivía y trabajaba alrededor del área, sintió la necesidad de contar con una sinagoga, y escogió para tal fin el edificio que ocupaban tres casas en la esquina de las avenidas Coloniale y des Pins. Así, en 1912 comenzó a funcionar la sinagoga que, medio siglo después, pasaría de centro de culto a espacio teatral, cuando la compañía dirigida por Paul Buissonneau la compró para convertirla en el Théâtre de Quat’Sous.
Bajo la mano de seis directores artísticos, el teatro se hizo de un nombre en la escena francocanadiense. Además de distinguirse como un espacio para los creadores jóvenes, en la última década, los más recientes directores, Wajdi Mouwad y Eric Jean, miraron hacia latinoamérica y se nutrieron de ella, dando un nuevo sello al trabajo de este teatro.
III: Cotidiano
“Vayan y digan a los ancianos de mi tribu que su hijo ha muerto de amor”, reza una frase de la autoría de Pierre Bernard, antiguo director artístico, que está pintada en un costado del Quat’ Sous.
En el teatro Quat’ Sous puede uno entrar en la mañana y encontrar a alguien serruchando un trozo de madera en el taller improvisado que se instala en lo que más tarde se convierte en sala de juntas y que por la noche funciona como bar. El lugar es increíblemente pequeño para la cantidad de actividades que suceden entre las paredes. Todo el espacio está utilizado de manera óptima, eso sí, pero no se puede evitar que el área de trabajo de la directora de producción se convierta en zona de planchado de vestuarios, ni que un actor termine maquillándose sentado en el escritorio del director artístico. El piso de abajo alberga la boletería, el bar, los baños, los camerinos y las oficinas. Arriba se encuentra la sala, con 150 asientos repartidos en dos pisos, dando una impresión de cercanía y de intimidad que se siente desde los dos lados del proscenio.
IV: Cazadores
Chasseurs es una obra de teatro escrita por Pascal Brullemans a partir de las improvisaciones dirigidas por Éric Jean con los actores y con el apoyo de un grupo de creativos. Las improvisaciones se realizaron en lugares no convencionales, y las condiciones impuestas a cada actor incluían la entrada en personaje desde el momento de salir de casa rumbo al ensayo, de manera que viajaba en el metro caracterizado y siguiendo un itinerario preciso que el director le hacía llegar por carta, para luego encontrarse con que le vendaban los ojos hasta llegar al lugar elegido para trabajar (que podía ser el Estadio Olímpico o un enclave oculto en el bosque). Cada actor portaba en la oreja un chícharo por el que el director le daba instrucciones para ir desarrollando la improvisación. Así, Eric Jean, susurrando órdenes a los actores, pulsando botones, tomando notas y dictando indicaciones a los técnicos, iba tejiendo la obra como un director de orquesta, tocando sus instrumentos, que a través de la vida propia y la inspiración original, iban poniéndole voz y movimiento a la creación colectiva, mientras el musicalizador jugaba con el ambiente y el iluminador aportaba el tono de cada escena y el escritor Pascal Brullemans lo anotaba todo y exploraba con su mirada curiosa qué podía haber más alla de la historia que se estaba creando. Una cineasta documentaba el proceso. Así se hizo Chasseurs, que se programó como la última obra de la temporada 2006-07 del Teatro Quat’ Sous, antes de que se derribe el edificio y se inicie la construcción de uno nuevo.
IV: Merde
Está atardeciendo en Colima mientras escribo esto, y me viene a la mente que justo en este momento los actores de Chasseurs están detrás del escenario, escuchando entrar al público, respirando profundo un par de veces más. Tres mexicanos están entre ellos, escribiendo la historia de uno de los teatros más importantes de Canadá. Nelly Magaña, Héctor Castañeda y Christian Rangel, que haya mucha mierda para ustedes esta noche.
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