Conciencia

miércoles, 11 de abril de 2007

Martes 10/abril/07: Vallarta

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket

I: Buenos días

En 1941, John Huston se estrenó como director con El halcón maltés, película basada en la novela homónima de Dashiell Hammett y que es considerada por muchos como la iniciadora del cine negro (a pesar de ser la tercera versión fílmica de la misma novela). Huston había pasado 10 años como guionista para la Warner Brothers, y antes de eso había sido boxeador, militar y pintor callejero, entre otros oficios. El halcón maltés estaba protagonizada por Humprey Bogart, quien diez años más tarde volvería a ser dirigido por Huston en La reina de África, cinta que le valió su único Oscar por mejor actor. 13 años más tarde, en 1964, Huston viajó a Puerto Vallarta con la idea de filmar una película ahí. Las palabras misteriosas de hoy son: de cómo los gringos llegaron a Vallarta.

II: Cherchez la femme

La noche de la iguana es una obra escrita por Tenessee Williams que fue puesta en escena por primera vez en 1961 en Broadway. Contando ya con dinero y prestigio, John Huston la rodó para cine, contando con la fotografía de Gabriel Figueroa (que fue nominado al Oscar por este trabajo), y con las actuaciones de Richard Burton y Ava Gardner en los papeles protagónicos. Puerto Vallarta fue el escenario elegido para el rodaje, y esto, aunado a los efectos colaterales de la cinta, puso al pueblo en el mapa del mundo.

Richard Burton venía de conocer a Elizabeth Taylor, en la filmación de Cleopatra, y los dos actores se encontraban en el centro de los rumores de un posible affair que atraía la atención de los periodistas que ya desde entonces andaban a la casa de la “noticia de la farándula” (digamos que eran como Angelina Jolie y Brad Pitt después de Mr and Ms. Smith, solo que hace cuatro décadas). Aunque Taylor no actuaba en La noche de la iguana (y aunque estaba casada con Eddie Fischer), siguió a Burton a Puerto Vallarta, siendo seguida, a su vez, por una cauda de fotógrafos y periodistas que documentaron el romance de la diva con Burton. Eventualmente, la pareja se casaría (y se divorciaría, y se volvería a casar) y compraría una propiedad en Vallarta, acrecentando la imagen del lugar como un paraíso romántico para los turistas norteamericanos, que comenzaron a visitar Vallarta como un destino regular para los días de frío en el norte.

III: Puerto Escondido

Algo parecido ocurrió con Puerto Escondido: en 1992 el director italiano Gabriele Salvatore rodó Puerto Escondido, una cinta basada en una novela de Pino Cacucci, quien, por cierto, es un italiano más conocedor de lo mexicano que muchos nacionales, y que tiene novelas delirantes adaptadas en lo más profundo del mundo rural mexicano. El puerto, que ya de por sí tenía cierto prestigio como destino mochilero y como paraíso hippie, se convirtió en un lugar idílico a los ojos de los italianos, que comenzaron a visitar el lugar en oleadas. Cuando descubrieron que justamente las olas de la playa Zicatela eran perfectas para el sufing, el lugar se llenó de surfers europeos en busca de aguas cálidas. Si uno camina con atención por las playas de Puerto Escondido, se encontrará, adosadas a las rocas gigantes, placas que en italiano recuerdan la muerte de tal o cual surfer.

A la fecha hay un restaurante en Puerto Escondido que todavía proyecta la película los fines de semana a las 7 de la noche.

IV: San Lunes

Hoy Vallarta amanece con el soponcio de la resaca. La mayoría de los turistas se ha ido, y anoche el primer cuadro de la ciudad ya había sido recuperado por los automóviles, después de pasar varias noches tomado por los turistas que convirtieron las calles en un vertedero de cerveza y orines. La calle apesta, en serio. Antier, el director de seguridad pública dijo que de plano era imposible controlar a los borrachos en la calle y que mejor no detenían a nadie “porque si no, ¿luego dónde los metemos?”. A lo más que se pudo llegar fue a pedirle a la gente que no vertiera sus bebidas en vasos de plástico para evitar heridos con el vidrio de las botellas, y a tratar de quitarle el alcohol a los menores de edad. La semana no fue tan santa, después de todo.

No hay comentarios.: