Conciencia

miércoles, 9 de setiembre de 2009

Sábado 5/sep/09: Teatro en la Alacena (III) / Aarón Olivas réquiem

Con Aarón, cuando era mi alumno

I: Buenos días
Cuando uno va a festivales de teatro en calidad de público, o en calidad de actor, siempre tiene la opción de un día decidir no ir al teatro (a menos, claro, que se presente la obra propia), y descansar, porque a fin de cuentas llega un punto en el que resulta agotador tanto entrar en el juego de la ficción, y como en los festivales y concursos se programan muchas obras en pocos días, el exceso de teatro llega a convertirse en un factor a considerar para la salud mental. El problema es cuando se viene a participar en calidad de jurado. Tiene sus ventajas, claro, porque hay deferencias agradables para con uno (hasta me hablan de usted y me dicen “maestro”), y uno opina y la gente escucha; pero por otro lado no hay escapatoria: sea bueno o malo el espectáculo, no hay manera de decir “con permisito, voy al baño” y no volver, sino que al estar sentado en la primera fila, con un público observando las reacciones (y los actores con el rabillo del ojo, ya he estado ahí), ni cómo huir. Nos queda un día de concurso, y ahora sí, después de 14 obras (dos fuera de competencia) estoy apelando a mis reservas de resistencia intelectual y de capacidad de atención. Ya nomás faltan 3. Las palabras misteriosas de hoy son: teatro, réquiem.

II: Acá entre nos
No le digan a nadie, pero ya hay discrepancias en el jurado, y se vislumbra que la decisión final va a estar muy discutida. Aunque hay varias obras que descuellan (del verbo descollar) de manera notable, cada uno tenemos nuestras preferencias y nuestras propias ideas sobre el teatro, de manera que esto se va a poner interesante mañana a la hora de la discusión final y el veredicto. Lo cual es buena señal: quiere decir que hay calidad en las obras presentadas.
El 6o Concurso de Teatro en la Alacena me ha sorprendido gratamente. Cuando me invitaron a venir a Xalapa, no tenía yo idea de a qué tipo de evento venía. Sabía que eran 15 obras de 4 estados, y que las funciones eran en espacios alternativos, pero no me imaginaba qué tanto. Hasta ahora, hemos tenido obras en un bosque, en la mesa de un café, en un parque junto a una laguna (que es usada para efectos dramáticos), en patios, salas y cocinas de casas, y tendremos otras en un gimnasio y en un museo, entre otros lugares. Las funciones en casas han sido particularmente interesantes, porque se trata de obras para público reducido (15, 20 personas), y en varios casos se crea un ambiente de voyeurismo porque hay una sensación de estar siendo un intruso invisible metiéndose en la vida de los otros.

Por otra parte, además de lo artístico, Teatro en la Alacena se ha revelado para mí como un esfuerzo titánico realizado por un puñado de individuos muy entusiastas, que por verdadero amor al arte hacen desde hace 6 años un concurso que abre las puertas a todo el que lo desee (hablando tanto de público como de actores), y que representa un ejemplo para todos los que hacemos teatro en este país.
III: Ars longa, vita brevis
Cambiando completamente de tema y de tono. En los 9 años que llevo dando clases en el Tec de Monterrey Campus Colima he tenido cientos de alumnos. Siempre hay algunos que dejan una marca particular en la memoria, y de los que uno, inevitablemente y sin menospreciar a los demás, dice “est@ muchach@ va a llegar lejos”. Tal era el caso de Aarón Olivas Grisi, un talentoso joven que en su momento fue mi alumno de Art History y con quien, además, tuve el gusto de compartir el escenario tanto haciendo música como teatro. Viajamos a festivales y concursos en varias ciudades, y estuvimos juntos en Latidos, una obra musical en la que él era, literalmente, el corazón, pues sus dotes de extraordinario baterista le dieron el papel protagónico en ese espectáculo de percusiones alternativas concebido y dirigido por Augusto Albanez.
Hace unos días recibí la infausta noticia del fallecimiento de Aarón, y me pesó grandemente, sumiéndome en una depresión silenciosa y solitaria acá en Xalapa. Aarón tuvo una vida veloz, plena y creativa. Fue un artista notable en la música y la producción audiovisual, y nos contagió con su alegría a los que tuvimos el privilegio de conocerlo y tenerlo como amigo. Descansa en paz, querido Aarón. Estamos en la red: ErnestoCortes.blogspot.com. Los leo: Ernesto@CuerdaCueroyCanto.com.

(La foto de la obra Arena, Voltereta y Drama es de Luis Marín)

1 comentario:

ictius dijo...

apoco no califico para estar en sus links?, hay que vernos plink plink jojojo nsj.


"nosotros no somos asiiii..."