Sé de la frustración que se siente cuando un balón le pasa a uno velozmente frente a las piernas y, por lo sorpresivo del rebote que lo llevó ahí, o porque la inercia de la jugada te jala para otro lado, uno no atina a meter el pie definitorio que convierta al vulgar balón en gol, aún teniendo la portería abierta y magnífica enfrente. A todos los que hemos correteado una pelota nos ha pasado alguna vez eso de quedarnos alelados viendo cómo la esférica se pasea impune ante nuestras narices sin que podamos hacer mucho por ella, sea por estupor, reacción retardada, o simple atarantamiento, que rápido pasa, pero cómo atormenta.
Lo que no me imagino es qué se sentirá cuando sucede y ese gol que pudo ser se hubiera convertido en el de una victoria grandemente necesitada por el equipo. Pensé en esto viendo este domingo el partido de los Pumas contra las Chivas, donde, a pesar de la superioridad numérica, la futbolística no se pudo hacer notar en el marcador, y los Pumas se cansaron de fallar en su constante asedio al marco rayado. Hubo una jugada en particular, al minuto 77, en que Dante López nada más vio cómo el balón pasaba frente a él, sin que pudiera hacer mayor cosa, cuando lo único que faltaba era que lo punteara hacia la portería, distante menos de un metro de su humanidad. La cara de Dante, cuando el balón abandona la cancha y él se abraza al poste, lo dice todo.
Como pocas veces (bueno, es un decir), los aficionados pumas estamos de bajada con las actuaciones de nuestro equipo. Después de la satisfacción del campeonato en el torneo pasado, nos resulta inconcebible lo que ha sucedido en estas 10 jornadas. Lo que al principio parecía un mal paso del que se podían recuperar se ha convertido en la constante de este torneo que no parece que vaya a mejorar. Aquel autogol de cabeza que Verón le regaló al Cruz Azul (cuando todavía no la veíamos tan perdida) fue el augurio de lo que se venía. Entre errores cruciales, mal juego, falta de contundencia en la última jugada, y su dosis de mala fortuna, los Pumas solo han empeorado, y el Tuca parece resignado a que la liguilla de plano ya se escapó. Ya qué.
En el Grupo 3, Pumas es el sotanero, con apenas un partido ganado de 10 disputados (contra el Querétaro, así quién no) y dos empatados. Tiene un balance de -10 en la comparación de goles anotados y recibidos, y en la tabla general ocupa la posición 16 (de 18), compartiendo, con los Gallos Blancos, el triste honor de ser los equipos que más partidos han perdido en lo que va del torneo: 7. Los 5 puntos de los Pumas, contra los 24 que lleva el Toluca, nos dan una clara idea del desastre.
Por eso digo que no imagino la carga que debe llevar el fallar un gol a un paso de la portería de la manera en que lo hizo Dante López. Uno falla un tirito de ésos acá en el llano y no pasa de que los compañeros de equipo echen carrilla, pero cuando se juega como profesión, un chistecito así conlleva pérdidas monetarias significativas, además de tristeza para miles, o millones de aficionados que vemos una vez más que los Pumas se quedan en el ya merito. Ni modo, será cuestión de hacer votos para el siguiente torneo.
miércoles, 30 de setiembre de 2009
Corriendo sin balón: Pataratismos / Ay, los Pumas
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