Hace algunos tres años me topé en Youtube con un video que me llamó mucho la atención: un presentador anglófono de televisión, al que no conocía, con un acento trasatlántico decía “hey, ¿se enteraron de los rumores de que el presidente Bush está bebiendo de nuevo?”, y daba paso a un video graciosísimo de un discurso incoherente de Bush que, además, estaba ralentizado, de manera que parecía que verdaderamente el presidente norteamericano estaba ahogado de borracho, arrastrando la lengua y diciendo sandeces. Luego de la risa, me dio curiosidad quién sería el presentador, así que me puse a buscar y finalmente averigüé que en realidad se trataba de un comediante con un talk show nocturno: The late late show with Craig Ferguson, tan nocturno —como el nombre lo dice—, que era, en ese entonces, el más desconocido de los anfitriones de programas nocheros.
Pronto di con un sitio donde se transmitían sus monólogos, y poco a poco fui descubriendo el ingenio y el enorme talento de ese peculiar inmigrante escocés avecindado en CBS, y confinado a las 12:30 de la noche, con entrevistados de lista “D” (ya no digamos de lista “B”), sin banda musical, con apenas tres cámaras, sin patiño, en un estudio minúsculo mal iluminado, pero con una inteligencia superior para el humor y la improvisación, y con un estilo único en la televisión.
El objeto principal de su humor es, con frecuencia, él mismo; realiza monólogos vagamente scripteados, improvisando sobre la marcha, en los que mezcla noticias del día con anécdotas personales en las que él pocas veces es el héroe. Ferguson ha introducido nuevos elementos a la escena cómica televisada en EU. Desde el uso de títeres (que él mismo maneja), al “silencio incómodo” como argucia humorística, pasando por una inusual relación con su público (a menudo los pasa al frente para la apertura del programa), e incluso con la audiencia en casa a través de la cámara, a la que a menudo golpea para enfatizar algún chiste (ya rompió una vez una cámara en pleno programa, y se lo tuvo que aventar sin teleprompter). Además, debido a la hora de su programa, se permite una ambigüedad sexual y un tono pícaro con los que demuestra que, al contrario de lo que parece a primera impresión, en inglés sí se puede alburear, y finamente.
Craig Ferguson ahora es uno de los líderes menores en ratings de la televisión nocturna en Norteamérica, y se va convirtiendo en seria competencia para otros como Jimmy Kimmel o Conan O’Brien (él se presenta como “the Scottish Conan guy”, por cierto), e incluso ha arrasado en números con su rival directo (por el horario), Jimmy Fallon. Algunos lo ven como sucesor de David Letterman (cuyo programa va antes del suyo), y picando piedra se ha ido ganando un lugar en la comedia en inglés, trascendiendo las fronteras gracias a la red, y de hecho ganándose una importante audiencia internacional que lo sigue religiosamente vía Youtube.
El Late late show ha tenido episodios memorables, siendo uno de los más recordados el de la elegía al padre de Ferguson, que murió cuando el conductor llevaba apenas unos cuantos programas al aire. A raíz del sentido monólogo que Craig dedicó a su padre, fue nominado a un Emmy (que no ganó, por cierto). Otra ocasión muy recordada es cuando dedicó un programa completo a la historia de Sudáfrica y al obispo Desmond Tutu, a quien le hizo una extraordinaria entrevista, no solo divertida, sino inteligente y profunda. En las pasadas elecciones de EU, Ferguson se convirtió en un reconocido promotor del voto con un monólogo conocido como If you don’t vote you’re a moron, y se hizo uno de los más severos críticos de la dupla McCain-Palin, en particular de ésta última, quien por cierto apareció por primera vez en televisión nocturna nacional en este programa, mucho antes de ser candidata, cuando ella era invitada de lista “D”, precisamente. Otro monólogo que le dio reconocimiento a Ferguson fue uno en el que explicó que él nunca haría chistes de Britney Spears porque ella era una alcohólica y él mismo era uno en recuperación, por lo que expresó su empatía, y narró al público experiencias nada edificantes de su pasado toxicómano, con una honestidad que no se ve a menudo en la tele, y que le ganó el reconocimiento nacional.
Para los que vivimos fuera de Estados Unidos, el Late Late Show puede ser visto vía internet, por cortesía de una anónima admiradora newyorkina, que va por la red con el mote de Malinky, quien sube cada madrugada los programas completos de Ferguson a la red, y que tiene a la fecha miles de seguidores alrededor del mundo cuyo primer idioma no es el inglés, pero que ven (vemos, me incluyo) a Craig Ferguson como lo mejor que hay en la televisión de entretenimiento hoy en día.
The late late show with Craig Ferguson (que esta semana comenzó a transmitirse en HD) puede verse de lunes a viernes en Youtube.com/Malinky2Stoatir. Yo he dicho en otras ocasiones, en mi blog, que el de Craig Ferguson es un humor muy especial, solo para iniciados, pero que la iniciación es gratuita, así que.
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