El Salón Gobernadores, en el segundo piso de Palacio de Gobierno, es un recinto en el que se celebran eventos solemnes de Gobierno del Estado. Firmas de convenios, reuniones formales, entregas de fondos, premios y reconocimientos, y muchas actividades más tienen lugar en este salón histórico, bajo las miradas de varias decenas de ex gobernantes de Colima que, desde las paredes, son testigos de su propio legado.
Sin embargo, recientemente la Secretaría de Cultura hizo notar que varias de las pinturas de los gobernadores colimenses que se encuentran en este salón presentan un estado delicado, debido a la edad de los cuadros, los errores técnicos en su ejecución original, y la falta de mantenimiento por casi medio siglo, además del deterioro natural que surge de estar exhibidas en un espacio que no es propiamente una galería, y que no cuenta con las que se podrían considerar como condiciones tecnológicas óptimas para la conservación de obra plástica.
Así pues, desde hace algunas semanas, un grupo de restauradoras y artistas del pincel se dieron a la titánica tarea de, en primer término, hacer un diagnóstico de las condiciones de la obra plástica del Salón Gobernadores, y, en segunda instancia, aplicarse a la limpieza y restauración de la mayoría de estas obras, varias de las cuales se encontraban en condiciones de riesgo.
Wendolyne Hernández, artista plástica y restauradora profesional, cuenta que al revisar a detalle las pinturas se encontraron con varias sorpresas. En algunos casos se halló, por ejemplo, que hay cuadros compuestos por más de un lienzo, a veces cosidos sin mucha experticia, y usando tejidos que no son precisamente los más adecuados para este clima. En otros casos hallaron firmas alteradas, segundas manos anónimas sobre las pinturas originales, retoques y añadidos de última hora y hasta mutilaciones a las obras para hacerlas caber en el marco. De analizarse con tecnología más especializada, podrían seguramente descubrirse aún más detalles peculiares de esta colección, que al recibir su primera restauración fomal en cinco décadas está revelando algunos de sus secretos.
“Pues aquí estoy, restaurando la pintura de mi bisabuelo”, dice Daniela Cedeño, una de las pintoras que están colaborando en el proceso de restauración. Daniela representa la cuarta generación de artistas en la familia, y le tocó en suerte analizar y remozar algunas pinturas que salieron del pincel del padre de su abuelo, tarea a la que ella se dedica con un particular gusto. Además de Daniela y de Wendolyne, en el equipo están colaborando la restauradora Roberta García, y las pintoras Gabriela Rodríguez y Adriana Merino. Este grupo tiene ya experiencia en este tipo de trabajos, y recientemente fueron comisionadas para limpiar los graffitis que afectaron tanto la Figura Obscena, como los Perros Bailarines, en un caso que fue muy sonado en meses pasados.
Si bien el Taller de Restauración de la Secretaría de Cultura no ha sido inaugurado formalmente, el equipo del mismo se encuentra en plena actividad, mientras que se terminan de realizar las adecuaciones técnicas al espacio con el que contarán, en el primer piso del edificio central de Casa de la Cultura. Junto al que será el taller formal, en un espacio detrás del Teatro al Aire Libre, se encuentran trabajando por el momento las restauradoras, a la espera de la conclusión de trabajos del que será tanto taller como área de resguardo para obra plástica, con condiciones controladas de clima, humedad y luz, asegurando así la adecuada conservación de las colecciones.
Este trabajo de restauración consta de varias etapas, y de acuerdo a las condiciones de cada pintura, implica actividades particulares. En lo general, se está realizando la limpieza de todas las pinturas, excepto las de los últimos tres gobernadores, que se encuentran en buena condición. Asimismo, a todas se les hará un cambio de marco. En el caso de algunas obras, se les hacen retoques o correcciones para mejorar la calidad de las mismas y asegurar su longevidad,
El trabajo de restauración de los retratos de los gobernadores, de acuerdo con Wendolyne Hernández, tendrá un costo aproximado de $200,000, que en realidad es muy bajo si se compara con lo que hubiera costado este mismo trabajo, de haberse comisionado a una instancia fuera de Colima. Al contar la Secretaría de Cultura con restauradoras profesionales se abaten los costos grandemente, además de que se abre la puerta para que otras colecciones puedan recibir una atención similar.
Finalmente, una vez concluidos los trabajos de restauración, se planea reorganizar el aspecto museográfico de la exposición, contando posiblemente con un acomodo distinto en el Salón Gobernadores, dándole más dignidad y elegancia a este espacio, y asegurando la conservación de una colección histórica que nos da luz sobre los personajes que dieron forma al Colima contemporáneo.
Sin embargo, recientemente la Secretaría de Cultura hizo notar que varias de las pinturas de los gobernadores colimenses que se encuentran en este salón presentan un estado delicado, debido a la edad de los cuadros, los errores técnicos en su ejecución original, y la falta de mantenimiento por casi medio siglo, además del deterioro natural que surge de estar exhibidas en un espacio que no es propiamente una galería, y que no cuenta con las que se podrían considerar como condiciones tecnológicas óptimas para la conservación de obra plástica.
Así pues, desde hace algunas semanas, un grupo de restauradoras y artistas del pincel se dieron a la titánica tarea de, en primer término, hacer un diagnóstico de las condiciones de la obra plástica del Salón Gobernadores, y, en segunda instancia, aplicarse a la limpieza y restauración de la mayoría de estas obras, varias de las cuales se encontraban en condiciones de riesgo.
Wendolyne Hernández, artista plástica y restauradora profesional, cuenta que al revisar a detalle las pinturas se encontraron con varias sorpresas. En algunos casos se halló, por ejemplo, que hay cuadros compuestos por más de un lienzo, a veces cosidos sin mucha experticia, y usando tejidos que no son precisamente los más adecuados para este clima. En otros casos hallaron firmas alteradas, segundas manos anónimas sobre las pinturas originales, retoques y añadidos de última hora y hasta mutilaciones a las obras para hacerlas caber en el marco. De analizarse con tecnología más especializada, podrían seguramente descubrirse aún más detalles peculiares de esta colección, que al recibir su primera restauración fomal en cinco décadas está revelando algunos de sus secretos.
“Pues aquí estoy, restaurando la pintura de mi bisabuelo”, dice Daniela Cedeño, una de las pintoras que están colaborando en el proceso de restauración. Daniela representa la cuarta generación de artistas en la familia, y le tocó en suerte analizar y remozar algunas pinturas que salieron del pincel del padre de su abuelo, tarea a la que ella se dedica con un particular gusto. Además de Daniela y de Wendolyne, en el equipo están colaborando la restauradora Roberta García, y las pintoras Gabriela Rodríguez y Adriana Merino. Este grupo tiene ya experiencia en este tipo de trabajos, y recientemente fueron comisionadas para limpiar los graffitis que afectaron tanto la Figura Obscena, como los Perros Bailarines, en un caso que fue muy sonado en meses pasados.
Si bien el Taller de Restauración de la Secretaría de Cultura no ha sido inaugurado formalmente, el equipo del mismo se encuentra en plena actividad, mientras que se terminan de realizar las adecuaciones técnicas al espacio con el que contarán, en el primer piso del edificio central de Casa de la Cultura. Junto al que será el taller formal, en un espacio detrás del Teatro al Aire Libre, se encuentran trabajando por el momento las restauradoras, a la espera de la conclusión de trabajos del que será tanto taller como área de resguardo para obra plástica, con condiciones controladas de clima, humedad y luz, asegurando así la adecuada conservación de las colecciones.
Este trabajo de restauración consta de varias etapas, y de acuerdo a las condiciones de cada pintura, implica actividades particulares. En lo general, se está realizando la limpieza de todas las pinturas, excepto las de los últimos tres gobernadores, que se encuentran en buena condición. Asimismo, a todas se les hará un cambio de marco. En el caso de algunas obras, se les hacen retoques o correcciones para mejorar la calidad de las mismas y asegurar su longevidad,
El trabajo de restauración de los retratos de los gobernadores, de acuerdo con Wendolyne Hernández, tendrá un costo aproximado de $200,000, que en realidad es muy bajo si se compara con lo que hubiera costado este mismo trabajo, de haberse comisionado a una instancia fuera de Colima. Al contar la Secretaría de Cultura con restauradoras profesionales se abaten los costos grandemente, además de que se abre la puerta para que otras colecciones puedan recibir una atención similar.
Finalmente, una vez concluidos los trabajos de restauración, se planea reorganizar el aspecto museográfico de la exposición, contando posiblemente con un acomodo distinto en el Salón Gobernadores, dándole más dignidad y elegancia a este espacio, y asegurando la conservación de una colección histórica que nos da luz sobre los personajes que dieron forma al Colima contemporáneo.
Fotografías de Javier Flores.
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