Conciencia

viernes, 21 de marzo de 2008

Jueves 20/mar/08: Políticos, faldas, pantalones

Con ustedes... el Señor de las Tangas





I: BUENOS DÍAS

“Hemos decidido que la Biblia es la palabra de Dios. No necesitamos tener una asamblea general sobre lo que creemos. ¡Está escrito en la Biblia! ¿De acuerdo? Así que no tenemos que debatir lo que debemos pensar sobre la actividad homosexual. ¡Está escrito en la Biblia!”. Así hablaba el (ex) pastor Ted Haggard, (ex) líder evangélico en Estados Unidos, casado y padre de cinco, feroz opositor al matrimonio homosexual, quien en su otra vida compraba metanfetaminas y contrataba a un prostituto cada mes. Las palabras misteriosas de hoy son: políticos, faldas, pantalones. Segunda parte.

II: ESOS BECARIOS…
Mark Foley, cinco veces congresista (Republicano) por el estado norteamericano de Florida, fue uno de los principales defensores de George Bush en las elecciones de 2000 (mismas que perdió Al Gore en los tribunales), alegando que el recuento en Florida y la apertura de urnas era ilegal. “Podríamos reabrir la Comisión Warren, también, pero no aportaría nada nuevo sobre el asesinato de J.F. Kennedy”, dijo. Foley era un personaje popular en la política norteamericana, y se esperaba que en las elecciones de medio término, en noviembre de 2006, se reeligiera nuevamente. Era conocido como uno de los principales defensores de la población infantil norteamericana: a él se debían varias leyes de protección a los niños que establecían penas contra la pedofilia y la pornografía infantil. Durante su carrera, Foley también había ganado cierta notoriedad por los recurrentes rumores sobre su supuesto gusto por los hombres.

La primera vez que surgieron rumores públicos sobre su homosexualidad fue en 1994, durante la primera aventura electoral de Foley hacia el Congreso (que ganó con un 58% de los votos). Su respuesta fue “me gustan las mujeres”. Dos años después, la revista Advocate (la más antigua revista gay de Norteamérica) volvió a la carga, asegurando que Foley se había mantenido en el clóset toda su vida. En 2003, cuando quiso competir por un asiento en el Senado, fue la corporación New Times Media quien volvió a exponer su homosexualidad, a lo que el congresista respondió diciendo que las acusaciones eran “asquerosas” (aunque no negó el chisme), y decidió olvidar su aspiración senatorial, conformándose con otros dos años en la cámara baja del Congreso Norteamericano.

Sin embargo, no fue la homosexualidad, sino la pedofilia, la causa de su desgracia. El 29 de septiembre de 2006, a un mes y días de las elecciones que definirían la nueva composición del Congreso, la cadena de noticias ABC dio a conocer mensajes instantáneos y correos electrónicos de contenido explícitamente sexual que el legislador había enviado a becarios menores de edad que trabajaban en el Congreso. Foley renunció inmediatamente y alegó que todo se debía al alcohol, ingresando consecuentemente en un programa de rehabilitación. Su distrito, el 16 de Florida, dominado por los Republicanos desde su creación en 1973, cayó en manos de los Demócratas ese noviembre. El escándalo de Foley fue exprimido hasta la última gota por sus rivales y muchos consideran que fue un factor de peso para que los Republicanos perdieran la mayoría en el Congreso un mes después.

Varios periodistas hicieron notar que —ironías de la vida— Mark Foley podía ser sujeto a proceso criminal, por haber violado las leyes de protección a menores que él mismo había creado. Sin embargo, no fue tomada acción legal en su contra.

III: MIENTRAS TANTO, EN EL SALÓN DE LA JUSTICIA…
En México hemos tenido lo nuestro también: recordemos a Jorge Serrano Limón, ex líder de Provida, quien acabó inhabilitado por la Secretaría de la Función Pública por desviar recursos federales (13 millones 237 mil 377 pesos) que tenían que haber sido utilizados en un programa nacional de centros de apoyo a la mujer, pero que él utilizó para fines personales, incluida la compra de lencería de mujer, lo que dio origen a su mote de El señor de las tangas. Por otra parte, los círculos de prostitución de alto nivel (de los que el ex gobernador neoyorkino Spitzer era cliente) no son exclusivos de Norteamérica. De creerle a los rumores, por estos rumbos también operan y tienen sus buenos clientes. Dicen.

En la historia reciente hemos visto cómo en ocasiones, políticos y religiosos que predican valores familiares conservadores, abstinencia, heterosexualidad, castidad y fidelidad, terminan siendo expuestos como representantes de lo opuesto a lo que abanderan. Esto no quiere decir que todos los que promueven tales valores y condiciones humanas sean sujetos de sospecha de practicar lo contrario, en absoluto. Sólo es una nota curiosa el ver que algunos de los que más rabiosamente han promovido estas cuestiones a la larga acaban cayendo estrepitosamente del altar (a veces literalmente). En esos casos se impone la sabiduría del refrán “Dime de qué presumes y te diré de qué careces”.

IV: ALGUNAS LECCIONES PARA PERSONAJES PÚBLICOS CON SECRETITOS
Del caso de René Núñez: asegúrense de tener todas las copias si llegan a hacer un video porno. Del caso de Ted Haggard: si están en el clóset, no sean tan vehementes contra sus congéneres. Del caso de Eliot Spitzer: no presuman de honestos si andan engañando a su mujer. Finalmente, algo muy importante que se puede aprender del caso de Mark Foley: los mensajes instantáneos y los mails están ahí, guardados, aunque ustedes crean que los borraron, y en una de esas sus adversarios políticos pueden acceder a ellos. Cuestión de tener a la mano un buen hacker. Aguas, que ya se vienen las elecciones.

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