I: Buenos días
Para los que contamos nuestros ingresos mensuales en apenas unos cuantos miles de pesos, resulta hasta cierto punto inconcebible lo que puede hacer alguien que gana decenas de miles cada treinta días. Y no solo eso, sino que también recibe bonos por cientos de miles de pesos como “estímulo” o como “premio” por el desempeño de sus actividades. Uno, desde la inocencia de la sobrevivencia del artista clasemediero, se pregunta “¿y para qué quiere esa gente tanto dinero?”. Las palabras misteriosas de hoy son: agua, bonos, dineros.
II: No queremos alarmarlos, pero…
Hace unas semanas, el Consejo de los Canadienses, una organización civil de nuestro vecino del norte, hizo públicos unos documentos elaborados por un think tank neoyorkino que bajo el título “North American Future 2025 Project” hace una serie de recomendaciones a los gobiernos de los tres países norteamericanos, enfatizando la necesidad de realizar negociaciones privadas para tocar temas como un perímetro de seguridad conjunto, un pacto de recursos continentales y, ojo, la exportación de agua.
“Para asegurar nuestras necesidades básicas, todos necesitamos de
III: Mientras tanto…
De acuerdo con las investigaciones relizadas por Ecos de
No digo que no se le pague, ni que no esté bien que se remunere adecuadamente a quien tiene en sus manos la responsabilidad de administrar y proporcionar agua a los habitantes de su municipio… solo que se me ocurre que con dos millones de pesos se pueden hacer muchas cosas… como comprar tubería para dotar de agua potable a una población que lo necesite. Es más, ni siquiera con dos millones de pesos, nomás juntando los bonos (ilegales, ya se ha dicho) hay casi un millón que pudo haber tenido otro destino.
Como ciudadano, a mi me gustaría saber qué trabajo tan impresionante realizó el señor García Watanabe como para que se le remunere con cantidades tan altas. ¿Dejó a Manzanillo bien preparado para los conflictos acuíferos que se vienen? ¿Fomentó un ahorro de agua tal que hay que premiarlo con un millón de pesos? ¿Lo que bajo su administración se recaudó por concepto de cobro de agua, no se está yendo con él en los fantásticos bonos? ¿Para qué se recauda entonces, para que el dinero que se junte se lo lleve el jefe? Yo no entiendo. Desde mi inocencia clasemediera, insisto, no entiendo ese afán desmedido por el dinero. El dinero público, por cierto. Todo esto lo lleva a uno a malpensar: éstos son solo los bonos de los que sabemos. ¿Habrá otros, de los que no sabemos?
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