I: Buenos días
Hace casi diez años, por azares del destino, me encontré en Hermosillo compartiendo una cena con dos docenas de músicos provenientes de varias ciudades del país, en casa del entonces senador Ovidio Pereira, de Sonora. En esa cena estaba también Poncho Sánchez (homónimo del bongocero), joven compositor colimense, ahora publicista creador de algunos de los jingles más pegajosos que escuchamos en los medios locales, y como invitados de honor estaban dos integrantes de Garibaldi, aquel grupo del que la única sobreviviente hasta nuestros días es Paty Manterola, la que anuncia cremas y hace telenovelas chafas. Apareció por ahí una guitarra y se armó la fiesta. Poncho tomó el control del instrumento y comenzó a dirigir un juego de improvisaciones en el que cada participante tenía que cantar una cuarteta inventada sobre la marcha. Músicos todos, la cosa se puso divertida, hasta que tocó el turno a los garibaldis. Ni podían improvisar versos ni podían cantar. Ninguno de los dos podía entonar ni agarrar el ritmo que Poncho les ponía con la guitarra, pícaro y jodón al darse cuenta de la nulidad de las “estrellas” que nos acompañaban esa noche. Las palabras misteriosas de hoy son: talento, Televisa, aclaraciones.
II: “No es que yo vea ese programa, pero…”
He escuchado y leído comentarios de varias personas sobre el reality de Televisa, Buscando a Timbiriche, y sobre el papelón que hicieron hacer a la colimense Verónica, quien, como escribí en mi anterior columna, tiene los días contados después de la tarjeta amarilla (Noé Guerra dixit) y el eufemístico “tú más bien tienes madera de solista” que le recetaron el domingo. Aunque no estoy de acuerdo con la manera en que juegan con los participantes como carne de cañón para exprimir espectáculo, también tengo claro que ellos sabían bien en qué se estaban metiendo al aceptar entrar al programa. Carla Verónica vendió gustosa sus lágrimas a Televisa y les dio la exclusiva de la visita al panteón y toda la cosa. Ahora tiene que continuar el juego, y aguantar vara, porque se viene la bajada. Lo que me sorprende es que personas a las que yo considero “serias” inviten a que la gente siga llamando “para apoyar a Verónica”, si es tan claro que no se trata de un juego democrático y con reglas justas, sino de un espectáculo donde va a prevalecer a fin de cuentas el interés de los productores. Así que insisto: no llamen, no regalen su dinero, game over.
Aunque no me gusta Timbiriche (jamás tuve un disco de ellos -ni lo tendré-), en tanto músicos yo reconozco que algunos de ellos son muy buenos. He visto a Erik Rubín tocando en una velada acústica y el tipo es buenísimo con una guitarra en las manos, pero sin poses y sentadito. En esa velada lo acompañaron, en la guitarra, Santiago Ojeda (ex de Botellita de Jerez, hijo del Negro Ojeda, por más señas) y en el piano Memo Méndez (productor estrella de Televisa), y entre los tres dieron una cátedra de buen pop acústico. Dentro de sus géneros, y por separado, me gustan los trabajos de Benny Ibarra y de Sasha Sokol, sobre todo ésta última cuando hasta cantaba sobre los desaparecidos políticos en Sudamérica (en serio). La bronca es ahora, cuando ya viejos y pasadas sus glorias, los traen de ultratumba para seguir haciendo negocio, cantando a los treintaytantos canciones que les quedaban bien cuando tenían 12 años, sacando del baúl las poses de div@s y embriagándose con su tercer aire, que a ver cuánto les dura.
El talento artístico no siempre va aparejado con otras cualidades, y es por eso que luego éste se ve oscurecido por otras facetas de la personalidad del artista. Yéndome al extremo, un gran productor y músico mexicano es (fue) Sergio Andrade. Director de orquesta, arreglista bárbaro, políglota, genio del show bussiness… y pederasta. De los viejos timbiriches se pueden decir muchas cosas y es criticable su rol dentro del juego y cuestionables sus poses y dudosa la calidad de su trabajo como sexteto, tantos años después; sin embargo, creo que por una cuestión de justicia también hay que reconocer en algunas individualidades que, muy allá en el fondo, hay un artista con cierta gracia. La bronca es cuando los ponen a todos juntos a mover los labios y hacer como que aporrean guitarras y les echan humo y luces robóticas de colores. Ya lo dijo Zitarrosa: “es riesgo del que realiza / su vida en un escenario / sentir que es extraordinario / el horizonte que divisa”.
III: Aclaración
El pasado domingo, Sergio Ursúa, columnista de estas páginas, se confundió e inmiscuyó al Agente Cov en una historia en la que no venía al caso. Una disculpa por los inconvenientes causados, se trata de una obra pía en la que estamos colaborando de manera desinteresada, pero el compañero se hizo bolas. En realidad no se trata del Agente Cov, sino del Ayuntamiento de Colima, y el presidente municipal Mario Anguiano ha tomado conocimiento del asunto y ha prometido una solución. La cosa es que de la emisión de sus órdenes a la ejecución de las mismas hay algunos obstáculos, pero esperemos que la buena voluntad se imponga y que la sensibilidad que mostró el edil capitalino cuando se le planteó el problema prevalezca por sobre la mezquindad y la falta de corazón de quienes no quieren ayudar. Una vez que esté resuelto el asunto les platicaré con detalle de qué se trató y daremos el crédito correspondiente a quien lo merece.
Este y otros textos, además de fotos y videos: ernestocortes.blogspot.com. Los leo: ernesto@cuerdacueroycanto.com
jueves, 27 de setiembre de 2007
Jueves 27/sep/07: Talento
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lunes, 24 de setiembre de 2007
sábado, 22 de setiembre de 2007
Sábado 22/sep/07: Teatro Rodante
I: Buenos días
Es teatro en lo íntimo, donde el espectador casi se toca con el actor y en el que la música, la luz y los elementos escenográficos crean una atmósfera de cercanía, una complicidad a ambos lados de este espacio en el que no hay telón. La próxima semana, el grupo Teatro Rodante dará inicio a una nueva temporada de su obra Entre Paréntesis. Las palabras misteriosas de hoy son: teatro, teatro.
II: El grupo
Establecido formalmente en 1999, después de hacer teatro en Colombia por más de 15 años, Teatro Rodante es liderado por Maricarmen Cortés y Pacho Lozano, quienes han recorrido buena parte de Latinoamérica, viviendo las diferentes culturas del subcontinente, aprendiendo de ellas, y haciendo sonar su voz y las de otros a través del teatro, presentado lo mismo en escenarios “formales” como en calles, galpones, plazas de toros, jardines públicos, universidades, comunidades indígenas y todo lugar donde, sin necesidad de paredes, se pueda hacer teatro.
Entre Paréntesis es su más reciente producción, creada con el apoyo del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes (emisión 2006). En palabras del autor, Pacho Lozano: “La historia dramática habla de una pareja de exiliados que trata de rehacer su vida en un nuevo país, uno pierde la memoria, el otro lucha por recuperarla; el tiempo marca la distancia. Uno cifra su vida en la recuperación del pasado a través de sus diarios, el otro se vuelve archivo histórico sin conciencia del presente”.
Ambientada en los 70’s, Entre Paréntesis es una historia que lo mismo puede haber sucedido en Chile, en Uruguay, en Argentina o en Bolivia, cuando los gobiernos democráticos fueron derrocados por regimenes militares en Sudamérica. La dificultad de empezar desde cero en una tierra ajena es mostrada desde diversas perspectivas: desde la cotidianeidad de la nueva casa, los nuevos muebles, a la lucha por conseguir trabajo, la batalla contra la nostalgia y, luego, la separación y el olvido.
Con un texto lleno de imágenes conmovedoras, Entre Paréntesis es un río de poesía en el que a veces es difícil aprehender de golpe toda la profundidad de las palabras. Los personajes se mueven en dos espacios: uno es el departamento donde viven, en un país ajeno al que tratan de adaptarse; el otro es un espacio onírico en el que el movimiento y la palabra provocan reflexiones y llevan al espectador a través de sensaciones que van de la ternura a la repulsión.
Las funciones de esta obra serán de lunes a jueves de la próxima semana, en el Teatro Universitario, a las 20:00 horas.
III: Teatro fuera del teatro
Este fin de semana continúa el Festival de Artes Escénicas en Espacios no Convencionales. Anoche nos presentamos con CuerdaCueroyCanto en un performance de mimos-estatuas vivientes en el jardín de Armería. Hoy hay actividad en Colima, en Cuauhtémoc y en Comala, y mañana a partir de las 19:00 horas en Zentralia, Teatro Rodante presentará El hueco acristalado, una peculiar presentación que tiene como escenario las vitrinas de un centro comercial, llevando no solamente entretenimiento, sino un importante mensaje sobre los desórdenes alimenticios y sus peligros. No podían haber pensado en un mejor lugar para presentar este espectáculo.
En el blog hay algunas fotos de Entre Paréntesis: ernestocortes.blogspot.com. Los leo: ernesto@cuerdacueroycanto.com
miércoles, 19 de setiembre de 2007
Al Gore en Ted Talks
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lunes, 17 de setiembre de 2007
La crónica de Jaime Avilés
Reproducido de La Jornada, http://www.jornada.unam.mx/2007/09/16/index.php?section=politica&article=005n1pol
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Con vivas a los desaparecidos políticos, Rosario Ibarra da el Grito de los libres
Miles de personas optan por abandonar el Zócalo para no escuchar a Felipe Calderón
Jaime Avilés
Miles de integrantes de la CND permanecieron en el Zócalo durante todo el día y se retiraron casi a las 22 horas Foto: Víctor Camacho A una propuesta de Jesusa Rodríguez, después de votarla a mano alzada, decenas de miles de personas abandonaron el Zócalo anoche apenas concluyó la ceremonia del Grito de los libres. Fue el final de una larga y tortuosa jornada que empezó el viernes a las dos de la tarde, pero tuvo momentos de alta tensión poco antes del amanecer del sábado.
Siete horas de negociación entre representantes de los gobiernos federal y capitalino produjeron un acuerdo para poner fin a la guerra de los equipos de sonido que había ensordecido a la multitud desde las dos de la tarde. Sin embargo, el pacto fue roto pasadas las nueve de la noche por la gente de Palacio Nacional, que subió al máximo el volumen de sus poderosas bocinas para tratar de sofocar las palabras que desde el templete ubicado ante el hotel Majestic tachaban a Felipe Calderón de “espurio”, “pelele” y “ratero”.
Lo convenido era que el Grito de los libres se desarrollaría sin obstáculos de nueve a 10 de la noche, y que de 10 a 11 la plaza quedaría a disposición del gobierno federal, culminando con el otro Grito, tras el cual ambos bandos ocuparían el cielo con sus artificios de pirotecnia.
Pero la historia viene de mucho más atrás. El Estado Mayor Presidencial ocupó la cuarta parte del Zócalo ante la fachada de Palacio Nacional desde el viernes de la semana anterior. A lo largo de ocho días hubo un forcejeo permanente entre los custodios de esa frontera y de los usuarios y expositores de una feria artesanal organizada por la Secretaría de Cultura del Distrito Federal, que ocupaba el resto de la plancha.
El temor de los militantes de la Convención Nacional Democrática (CND) era que la noche de anteayer viernes el EMP intentara adueñarse de toda la Plaza Mayor, por lo que desde las dos de la tarde de ese día aparecieron dos docenas de tiendas de campaña ante las rejas de la absurda línea Maginot.
Durante la noche los refuerzos se multiplicaron en la medida que la Policía Federal Preventiva (PFP) y los soldados incrementaran su presencia dentro y delante del palacio, todo ello mientras en una y otra orilla de la plaza eran edificados los escenarios para las respectivas ceremonias.
Duelo de bocinas
Para el grito de Felipe Calderón, la firma OCESA trajo el equipo de sonido considerado más potente de América Latina, que colgó en impresionantes torres de bafles desde las plumas de media docena de grúas. Las pruebas de audio efectuadas el viernes por la noche barrían toda la superficie del Zócalo y no le permitían a la gente ni siquiera hablar.
Ante esto, Marcelo Ebrard sacó la casta y mandó traer dos equipos de sonido que en conjunto superaron por algunos cuantos decibeles al de OCESA, cosa que irritó sobremanera al Estado Mayor Presidencial.
Tanto así, que el sábado a las cuatro de la mañana contingentes de la PFP armados con escudos, toletes, cascos, rodilleras y hombreras, como si fueran a una gesta en defensa de Ulises Ruiz, rodearon súbitamente las torres de sonido del GDF, lo que hizo salir de sus tiendas de campaña y sarapes a cerca de mil 500 militantes de la CND que de inmediato se subieron al escenario colocado ante el hotel Majestic y se dispusieron a defenderlo con sus cuerpos, mientras mensajes de teléfono celular daban aviso a los blogs de la Resistencia Civil Pacífica, que a su vez comenzaron a emitir llamados a que toda la gente que pudiera se dirigiera en ese momento al Zócalo “para defender la plaza, desde adentro o desde afuera” como lo pidió, por ejemplo, el del Sendero del Peje.
Entonces la intervención de los granaderos de la policía capitalina se desplegó a prudente distancia, lo que obligó a los de la PFP a replegarse a Palacio Nacional poco después de las cinco de la mañana. Pero entonces vino la contraofensiva. Alrededor de las siete, como en un extraño juego de ajedrez, el GDF adelantó seis grúas con sus respectivas torres de bocinas hasta el centro de la plaza, alineadas a la izquierda y a la derecha del astabandera y a pocos metros de las torres de altavoces de OCESA, lo que produjo una imagen de batalla medieval, sólo que en lugar de catapultas las armas apuntadas frente a frente eran grúas con bocinas.
Tres horas después, los de la PFP regresaron al Zócalo y rodearon las grúas capitalinas, lo que revelaba profunda indignación de los calderónicos que habían perdido su ventaja tecnológica debido al movimiento estratégico del adversario. Esto puso en alerta de nuevo a la CND, cuyos militantes temieron que los del bando opuesto trataran de cortar los cables o echaran a perder con cubetazos de agua los sistemas electrónicos de las bocinas de vanguardia.
Pero de nuevo la calma se restableció en breve, para dar paso a lo que sería una verdadera tortura para miles y miles de personas durante las horas siguientes, cuando ambos equipos de sonido se enfrascaron en un duelo de músicas y discursos que por momentos era sin duda alguna enloquecedor, pero como no podía ser de otra manera, le deparó ganancias adicionales a Carlos Slim, porque las farmacias de los Sanborns aledaños hicieron su agosto en septiembre vendiendo tapones para los oídos.
En ese contexto comenzó una negociación entre representantes de los dos mariscales de campo, que se prolongó desde las dos de la tarde hasta las ocho y media de la noche, cuando convinieron que el Grito de los libres silenciaría las bocinas de Calderón de nueve a diez de la noche.
Entonces, en una jugada imprevista, Jesusa Rodríguez, Froylán Yescas, Rafael Hernández, Ricardo Ruiz y los integrantes del “gabinete legítimo” de Andrés Manuel López Obrador ocuparon el escenario del GDF e iniciaron la ceremonia del Grito de los libres, con consignas de apoyo a Andrés Manuel y lluvias de epítetos negativos contra Calderón. Éste demostró que no era capaz de aguantar que le gritaran “pelele”, “espurio” y “ratero”, a lo que respondió mandando al escenario a una muchacha de aspecto típicamente panista, con cara y voz de vinagrillo, lo más parecido a Gabriela Cuevas, quien sirviéndose de toda la potencia de las bocinas de OCESA disparó sobre el Zócalo sus horripilantes notas canoras, con lo que la batalla del ruido que se había verificado en la tarde se reanudó, pero esta vez con el Zócalo repleto de poco menos de 100 mil personas que quedaron atrapadas entre dos fuegos, la mayoría de las cuales sin embargo se esforzaba por contrarrestar las vociferaciones de la panista, coreando a todo pulmón el segundo apellido de López Obrador, mientras Jesusa desde el templete del hotel Majestic se desgañitaba recordando al público que Calderón no había atraído al Zócalo a nadie que tuviera ganas de apoyarlo, y que detrás de las vallas había 5 mil aspirantes a la Policía Federal Preventiva, a quienes para hacer méritos el gobierno federal los citó en el Zócalo desde las seis de la mañana.
En punto de las 9:45 de la noche, tal como había quedado establecido en el acuerdo que Calderón rompió, la senadora Rosario Ibarra de Piedra, designada por la CND, pronunció la arenga del Grito de los libres, y fue en ese único instante cuando la esperpéntica música panista desde el otro lado de la plaza desapareció.
“¡Vivan los héroes que iniciaron la lucha por darnos patria y libertad!”, exclamó la vieja e invencible luchadora regiomontana, antes de pedir vivas para Miguel Hidalgo, Josefa Ortiz de Domínguez, José María Morelos, Leona Vicario y, subrayadamente, “los presos y desaparecidos políticos que dieron todo por la libertad de este país”, palabras que cerraron de emoción la garganta de miles, pues en ellas estaba implícito el recuerdo del joven guerrillero Jesús Piedra Ibarra, secuestrado en 1975 por el gobierno de Luis Echeverría.
Y entonces, una vez que una débil campanita como de sacristía sonó varias veces con timidez, el Grito de los libres llegó a su fin, y Jesusa Rodríguez retomó el micrófono para hacer las siguientes preguntas: “¿Nos vamos o nos quedamos?”, tras lo cual argumentó la conveniencia de que la multitud se retirara “para que se quede solo el pelele y la banda de mafiosos que están en Palacio Nacional”. Por notoria mayoría se aprobó la retirada que, a querer o no, marca un hito en la historia de México, pues hasta donde esta crónica recuerda, nunca había acontecido en un 15 de septiembre algo así.
Pero lo más importante es que esas decenas de miles de seguidores de López Obrador que aceptaron la oferta de la prudencia, abandonaron el Zócalo lamentando en lo más profundo del corazón que su propia grandeza política los obligara a desperdiciar la ocasión de pronunciar una mentada de madre masiva, con la que llevaban soñando sin duda largos meses. Ahora, la próxima cita para la CND de nuevo en el Zócalo será el 20 de noviembre y con la participación estelar de quien al menos la mitad de los electores de este país considera el verdadero presidente de México.
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Con vivas a los desaparecidos políticos, Rosario Ibarra da el Grito de los libres
Miles de personas optan por abandonar el Zócalo para no escuchar a Felipe Calderón
Jaime Avilés
Miles de integrantes de la CND permanecieron en el Zócalo durante todo el día y se retiraron casi a las 22 horas Foto: Víctor Camacho A una propuesta de Jesusa Rodríguez, después de votarla a mano alzada, decenas de miles de personas abandonaron el Zócalo anoche apenas concluyó la ceremonia del Grito de los libres. Fue el final de una larga y tortuosa jornada que empezó el viernes a las dos de la tarde, pero tuvo momentos de alta tensión poco antes del amanecer del sábado.
Siete horas de negociación entre representantes de los gobiernos federal y capitalino produjeron un acuerdo para poner fin a la guerra de los equipos de sonido que había ensordecido a la multitud desde las dos de la tarde. Sin embargo, el pacto fue roto pasadas las nueve de la noche por la gente de Palacio Nacional, que subió al máximo el volumen de sus poderosas bocinas para tratar de sofocar las palabras que desde el templete ubicado ante el hotel Majestic tachaban a Felipe Calderón de “espurio”, “pelele” y “ratero”.
Lo convenido era que el Grito de los libres se desarrollaría sin obstáculos de nueve a 10 de la noche, y que de 10 a 11 la plaza quedaría a disposición del gobierno federal, culminando con el otro Grito, tras el cual ambos bandos ocuparían el cielo con sus artificios de pirotecnia.
Pero la historia viene de mucho más atrás. El Estado Mayor Presidencial ocupó la cuarta parte del Zócalo ante la fachada de Palacio Nacional desde el viernes de la semana anterior. A lo largo de ocho días hubo un forcejeo permanente entre los custodios de esa frontera y de los usuarios y expositores de una feria artesanal organizada por la Secretaría de Cultura del Distrito Federal, que ocupaba el resto de la plancha.
El temor de los militantes de la Convención Nacional Democrática (CND) era que la noche de anteayer viernes el EMP intentara adueñarse de toda la Plaza Mayor, por lo que desde las dos de la tarde de ese día aparecieron dos docenas de tiendas de campaña ante las rejas de la absurda línea Maginot.
Durante la noche los refuerzos se multiplicaron en la medida que la Policía Federal Preventiva (PFP) y los soldados incrementaran su presencia dentro y delante del palacio, todo ello mientras en una y otra orilla de la plaza eran edificados los escenarios para las respectivas ceremonias.
Duelo de bocinas
Para el grito de Felipe Calderón, la firma OCESA trajo el equipo de sonido considerado más potente de América Latina, que colgó en impresionantes torres de bafles desde las plumas de media docena de grúas. Las pruebas de audio efectuadas el viernes por la noche barrían toda la superficie del Zócalo y no le permitían a la gente ni siquiera hablar.
Ante esto, Marcelo Ebrard sacó la casta y mandó traer dos equipos de sonido que en conjunto superaron por algunos cuantos decibeles al de OCESA, cosa que irritó sobremanera al Estado Mayor Presidencial.
Tanto así, que el sábado a las cuatro de la mañana contingentes de la PFP armados con escudos, toletes, cascos, rodilleras y hombreras, como si fueran a una gesta en defensa de Ulises Ruiz, rodearon súbitamente las torres de sonido del GDF, lo que hizo salir de sus tiendas de campaña y sarapes a cerca de mil 500 militantes de la CND que de inmediato se subieron al escenario colocado ante el hotel Majestic y se dispusieron a defenderlo con sus cuerpos, mientras mensajes de teléfono celular daban aviso a los blogs de la Resistencia Civil Pacífica, que a su vez comenzaron a emitir llamados a que toda la gente que pudiera se dirigiera en ese momento al Zócalo “para defender la plaza, desde adentro o desde afuera” como lo pidió, por ejemplo, el del Sendero del Peje.
Entonces la intervención de los granaderos de la policía capitalina se desplegó a prudente distancia, lo que obligó a los de la PFP a replegarse a Palacio Nacional poco después de las cinco de la mañana. Pero entonces vino la contraofensiva. Alrededor de las siete, como en un extraño juego de ajedrez, el GDF adelantó seis grúas con sus respectivas torres de bocinas hasta el centro de la plaza, alineadas a la izquierda y a la derecha del astabandera y a pocos metros de las torres de altavoces de OCESA, lo que produjo una imagen de batalla medieval, sólo que en lugar de catapultas las armas apuntadas frente a frente eran grúas con bocinas.
Tres horas después, los de la PFP regresaron al Zócalo y rodearon las grúas capitalinas, lo que revelaba profunda indignación de los calderónicos que habían perdido su ventaja tecnológica debido al movimiento estratégico del adversario. Esto puso en alerta de nuevo a la CND, cuyos militantes temieron que los del bando opuesto trataran de cortar los cables o echaran a perder con cubetazos de agua los sistemas electrónicos de las bocinas de vanguardia.
Pero de nuevo la calma se restableció en breve, para dar paso a lo que sería una verdadera tortura para miles y miles de personas durante las horas siguientes, cuando ambos equipos de sonido se enfrascaron en un duelo de músicas y discursos que por momentos era sin duda alguna enloquecedor, pero como no podía ser de otra manera, le deparó ganancias adicionales a Carlos Slim, porque las farmacias de los Sanborns aledaños hicieron su agosto en septiembre vendiendo tapones para los oídos.
En ese contexto comenzó una negociación entre representantes de los dos mariscales de campo, que se prolongó desde las dos de la tarde hasta las ocho y media de la noche, cuando convinieron que el Grito de los libres silenciaría las bocinas de Calderón de nueve a diez de la noche.
Entonces, en una jugada imprevista, Jesusa Rodríguez, Froylán Yescas, Rafael Hernández, Ricardo Ruiz y los integrantes del “gabinete legítimo” de Andrés Manuel López Obrador ocuparon el escenario del GDF e iniciaron la ceremonia del Grito de los libres, con consignas de apoyo a Andrés Manuel y lluvias de epítetos negativos contra Calderón. Éste demostró que no era capaz de aguantar que le gritaran “pelele”, “espurio” y “ratero”, a lo que respondió mandando al escenario a una muchacha de aspecto típicamente panista, con cara y voz de vinagrillo, lo más parecido a Gabriela Cuevas, quien sirviéndose de toda la potencia de las bocinas de OCESA disparó sobre el Zócalo sus horripilantes notas canoras, con lo que la batalla del ruido que se había verificado en la tarde se reanudó, pero esta vez con el Zócalo repleto de poco menos de 100 mil personas que quedaron atrapadas entre dos fuegos, la mayoría de las cuales sin embargo se esforzaba por contrarrestar las vociferaciones de la panista, coreando a todo pulmón el segundo apellido de López Obrador, mientras Jesusa desde el templete del hotel Majestic se desgañitaba recordando al público que Calderón no había atraído al Zócalo a nadie que tuviera ganas de apoyarlo, y que detrás de las vallas había 5 mil aspirantes a la Policía Federal Preventiva, a quienes para hacer méritos el gobierno federal los citó en el Zócalo desde las seis de la mañana.
En punto de las 9:45 de la noche, tal como había quedado establecido en el acuerdo que Calderón rompió, la senadora Rosario Ibarra de Piedra, designada por la CND, pronunció la arenga del Grito de los libres, y fue en ese único instante cuando la esperpéntica música panista desde el otro lado de la plaza desapareció.
“¡Vivan los héroes que iniciaron la lucha por darnos patria y libertad!”, exclamó la vieja e invencible luchadora regiomontana, antes de pedir vivas para Miguel Hidalgo, Josefa Ortiz de Domínguez, José María Morelos, Leona Vicario y, subrayadamente, “los presos y desaparecidos políticos que dieron todo por la libertad de este país”, palabras que cerraron de emoción la garganta de miles, pues en ellas estaba implícito el recuerdo del joven guerrillero Jesús Piedra Ibarra, secuestrado en 1975 por el gobierno de Luis Echeverría.
Y entonces, una vez que una débil campanita como de sacristía sonó varias veces con timidez, el Grito de los libres llegó a su fin, y Jesusa Rodríguez retomó el micrófono para hacer las siguientes preguntas: “¿Nos vamos o nos quedamos?”, tras lo cual argumentó la conveniencia de que la multitud se retirara “para que se quede solo el pelele y la banda de mafiosos que están en Palacio Nacional”. Por notoria mayoría se aprobó la retirada que, a querer o no, marca un hito en la historia de México, pues hasta donde esta crónica recuerda, nunca había acontecido en un 15 de septiembre algo así.
Pero lo más importante es que esas decenas de miles de seguidores de López Obrador que aceptaron la oferta de la prudencia, abandonaron el Zócalo lamentando en lo más profundo del corazón que su propia grandeza política los obligara a desperdiciar la ocasión de pronunciar una mentada de madre masiva, con la que llevaban soñando sin duda largos meses. Ahora, la próxima cita para la CND de nuevo en el Zócalo será el 20 de noviembre y con la participación estelar de quien al menos la mitad de los electores de este país considera el verdadero presidente de México.
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domingo, 16 de setiembre de 2007
Domingo 16/sep/07: Hidalgo, el del espacio
Prácticamente podría decirse que todas las ciudades en México tienen una calle llamada “Hidalgo”, que en la mayor parte de los casos es una calle céntrica. El nombre del iniciador de la independencia ha sido honrado de diversas maneras. Hay un estado que lleva su nombre, así como varios municipios en el país. En la ciudad de México, su nombre fue impuesto a la delegación en la que se encuentran lugares como la residencia oficial de Los Pinos, el Auditorio Nacional y el Castillo de Chapultepec. En los estados norteamericanos de Texas y Nuevo México hay condados que llevan el nombre de Hidalgo. Además, hay teatros, parques, plazas, edificios y jardines que llevan su nombre.
Quizá el homenaje más peculiar que se ha hecho al Padre de la Patria fue el del astrónomo alemán Walter Baade. Baade realizó importantes aportaciones a la astronomía, principalmente en lo relativo al estudio de las estrellas. El 31 de octubre de 1920, Baade descubrió, a través de un telescopio en un observatorio cercano a Hamburgo, un asteroide de características muy particulares, al que por el momento nombró con el número de serie 944. Tres años después, Baade y un grupo de astrónomos alemanes vinieron a México a contemplar el eclipse registrado el 10 de septiembre de 1923. Los científicos recibieron del gobierno mexicano todas las facilidades para realizar su trabajo, e incluso tuvieron una audiencia con el presidente Alvaro Obregón. Agradecidos con México, e impregnados por el espíritu de celebración que bañaba el país en ese septiembre, Walter Baade decidió agregarle al asteroide el nombre del héroe mexicano, por lo que desde entonces se le conoce como asteroide Hidalgo 944.
Hidalgo 944 tiene un diámetro de 20 km, y se mueve a una velocidad media de 12.43 kilómetros por segundo, lo que le permite completar una órbita cada 13.77 años, la más larga de todos los asteroides conocidos. Su órbita va desde el interior del cinturón de asteroides (entre Marte y Júpiter), hasta las “afueras” de Saturno; y, a diferencia de la mayoría de los asteroides, es una órbita elíptica, no circular, lo que hace pensar a algunos astrónomos que Hidalgo 944 fue en algún momento un cometa. Aunque no es un objeto celeste identificable a simple vista, Hidalgo 944 es de los pocos asteroides que “resaltan” de entre los casi 14 mil a los que se ha dado un nombre oficial (de casi 400 mil registrados), debido a las ya mencionadas características orbitales.
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Sábado 15/sep/07: Recordando a don Teo
I: Buenos días
Tengo en mi casa El libro negro, de Giovanni Papini, que perteneció a don Teo. Lo recuerdo como un hombre de apariencia frágil, encorvado, la cara angulosa, envuelto en una atmósfera de alcohol, con la mirada más inteligente que he encontrado en una persona. Su saludo era firme y fuerte, su mano cálida, y sus modales de una finura que parecía fuera de lugar en esa gigantesca casa ruinosa que se caía a pedazos. Varios amigos me han escrito desde diferentes partes del mundo, apesadumbrados al enterarse de la muerte del filósofo Teodoro Ponce de León. Hoy comparto algunas de sus memorias. Las palabras misteriosas de hoy son: recordando a don Teo.
II: Escribe Diego, desde Las Vegas:
Un día entre los libros de aquí y allá salió la foto de una chava que no se veía nada mal, en blanco y negro, y pues le pregunté al Profe que quién era. Me dijo: “se llama Gloria”. Se me hizo muy loco porque pues yo no le conocía novia alguna, a no ser por una maestra que lo visitaba. Así que se me ocurrió preguntarle por el paradero de esa chava, y me contó que era el amor de su vida, fue la morra con la que andaba en España. Un día se enfermo su madre, y pues él ya tenia 15 años en Europa y le entró el remordimiento por no haber estado con su familia por tanto tiempo así que le propuso a la morra que se vinieran a Colima a vivir, y ella no quiso, así que don Teodoro terminó con ella y se vino a vivir a Colima. Se murió su mamá y luego su papá. Sus hermanos y él no se hablaban, sólo tenía relación con su sobrino Pablito, que lo iba a visitar de vez en cuando. Varios amigos jóvenes y la decena de profesores y personajes de aquí y allá eran los únicos que lo visitaban.
Cómo olvidar que lo iba a ver diario después de la escuela. Íbamos a su casa con otro amigo, le barríamos y le trapeábamos y le hacíamos algún mandado, que por lo general era ir a comprar el alcohol o las chelas. Luego volvíamos a su cuarto a escuchar las platicas entre sus amigos y él, la neta eran bien ocurrentes y uno se enteraba de cómo eran algunos personajes de Colima años atrás. Es interesante la historia de Colima. También era clásico que llegábamos a su casa y ahí estaba el pintor Gil Garea con una plática que habían empezado la noche anterior. Eso paso muchísimas veces.
Acepto que le robé un par de libros porque no me los quería prestar y yo sabía que no los iba a volver a leer.
Una vez estábamos sentados con él un grupo de amigos y pues entre la plática le pregunté “oiga Profe, ¿usted por qué toma diario?”, y me dijo que porque se quería morir. Recuerdo que era la ultima respuesta que esperaba, y de ahí nació en mí la curiosidad por buscar aquello que no le gustaba de la vida, qué lo hacia desear morir. Era, la verdad, todo un personaje.
III: Escribe David, desde Santiago de Chile
El viejo era muy, muy, muy amable. "Sientate donde puedas, donde te dejen lugar estos cabrones. A ver tú, hazle un campito, mira, quita esos discos del sillón y ponlos por allá, siéntate mijo, ¿quieres un chango? (mezcal tonayan con coca) zaz, sirvete, dame un cigarro. Gracias. ¿De donde eres? ¿De quién eres hijo? ¿Dónde estudias? bla bla bla”. Me vio sobrio y dijo algo así como “¿ya ven, cabrones? éste es gente de bien”.
Me acuerdo que la entrada a la casa olía a orines, pero lo que más recuerdo de don Teo fue que dijo, ya en el cotorreo, cuando algunos deambulaban por la casa, viendo discos, libros, revistas, fotos, pisteando, dijo esa famosa y sobada frase cursi de: “los amigos de mis amigos son mis amigos”, y me dio la mano, un fuerte apretón de mano del ruco, para su edad, como dicen, fuerte y macizo... pero por más sobada la frase, a mi me sorprendieron los modales del señor, la educación.
Don Teo se ponía a platicar con sus amigos y alrededor se sentaba la raza a escuchar, al estilo de la escuela griega. Ellos hable y hable y nosotros escuchando, solo escuchando. Yo lo vi como el Bukowski colimense.
III: Escribe Juan Pablo, desde Buenos Aires
Tres cuartos debían ser atravesados. El primero, que daba al exterior, con la puerta emparejada, a veces detenida con el palo de una escoba, para que la banda supiera si podía pasar o no. Ése es el que olía a orines, porque no sólo la banda iba ahí, había bastantes maleantes rondando tal lugar. Otra habitación era la contigua a donde vivía el Profe, con dos camas tendidas y cosas encima, en tal estado que nadie creo debe haber osado acostarse en ellas. En la tercera vivía él, en las últimas épocas no salía de su cama, se había fracturado la cadera. Él no tenía intención de mejorar y se la pasaba ahí sentado, bebiendo y a veces pedía que le llevaran algo de comer.
El hombre era seguidor de Krishnamurti. Yo nunca le robé ningún libro, no tuve corazón. Recuerdo que el viejo me quería, y en verdad me duele no haberlo visto en muchos años. Yo pensaba que era inmortal, por eso no fui a saludarlo la última vez que estuve en Colima.
IV: Fin
Un amigo me comenta que tiene un video con una entrevista que le hizo a don Teo hace varios años, en la que habla sobre sí mismo, sobre la filosofía, sobre Dios y otras cuestiones. Va a editarlo y en su momento se hará una presentación pública del material, ya les avisaré.
Por lo pronto, y en otro orden de ideas, los invito hoy en la noche a la celebración del Grito de Independencia en el Jardín Libertad. Desde temprano habrá conciertos varios, destacando un ensamble entre banda sinfónica y mariachi interpretando piezas como el Huapango, de Pablo Moncayo. Yo voy a tocar como bajista del grupo Arterias, a eso de las 9 de la noche, por si gustan. Estamos en la red: ernestocortes.blogspot.com. El correo: ernesto@cuerdacueroycanto.com
Tengo en mi casa El libro negro, de Giovanni Papini, que perteneció a don Teo. Lo recuerdo como un hombre de apariencia frágil, encorvado, la cara angulosa, envuelto en una atmósfera de alcohol, con la mirada más inteligente que he encontrado en una persona. Su saludo era firme y fuerte, su mano cálida, y sus modales de una finura que parecía fuera de lugar en esa gigantesca casa ruinosa que se caía a pedazos. Varios amigos me han escrito desde diferentes partes del mundo, apesadumbrados al enterarse de la muerte del filósofo Teodoro Ponce de León. Hoy comparto algunas de sus memorias. Las palabras misteriosas de hoy son: recordando a don Teo.
II: Escribe Diego, desde Las Vegas:
Un día entre los libros de aquí y allá salió la foto de una chava que no se veía nada mal, en blanco y negro, y pues le pregunté al Profe que quién era. Me dijo: “se llama Gloria”. Se me hizo muy loco porque pues yo no le conocía novia alguna, a no ser por una maestra que lo visitaba. Así que se me ocurrió preguntarle por el paradero de esa chava, y me contó que era el amor de su vida, fue la morra con la que andaba en España. Un día se enfermo su madre, y pues él ya tenia 15 años en Europa y le entró el remordimiento por no haber estado con su familia por tanto tiempo así que le propuso a la morra que se vinieran a Colima a vivir, y ella no quiso, así que don Teodoro terminó con ella y se vino a vivir a Colima. Se murió su mamá y luego su papá. Sus hermanos y él no se hablaban, sólo tenía relación con su sobrino Pablito, que lo iba a visitar de vez en cuando. Varios amigos jóvenes y la decena de profesores y personajes de aquí y allá eran los únicos que lo visitaban.
Cómo olvidar que lo iba a ver diario después de la escuela. Íbamos a su casa con otro amigo, le barríamos y le trapeábamos y le hacíamos algún mandado, que por lo general era ir a comprar el alcohol o las chelas. Luego volvíamos a su cuarto a escuchar las platicas entre sus amigos y él, la neta eran bien ocurrentes y uno se enteraba de cómo eran algunos personajes de Colima años atrás. Es interesante la historia de Colima. También era clásico que llegábamos a su casa y ahí estaba el pintor Gil Garea con una plática que habían empezado la noche anterior. Eso paso muchísimas veces.
Acepto que le robé un par de libros porque no me los quería prestar y yo sabía que no los iba a volver a leer.
Una vez estábamos sentados con él un grupo de amigos y pues entre la plática le pregunté “oiga Profe, ¿usted por qué toma diario?”, y me dijo que porque se quería morir. Recuerdo que era la ultima respuesta que esperaba, y de ahí nació en mí la curiosidad por buscar aquello que no le gustaba de la vida, qué lo hacia desear morir. Era, la verdad, todo un personaje.
III: Escribe David, desde Santiago de Chile
El viejo era muy, muy, muy amable. "Sientate donde puedas, donde te dejen lugar estos cabrones. A ver tú, hazle un campito, mira, quita esos discos del sillón y ponlos por allá, siéntate mijo, ¿quieres un chango? (mezcal tonayan con coca) zaz, sirvete, dame un cigarro. Gracias. ¿De donde eres? ¿De quién eres hijo? ¿Dónde estudias? bla bla bla”. Me vio sobrio y dijo algo así como “¿ya ven, cabrones? éste es gente de bien”.
Me acuerdo que la entrada a la casa olía a orines, pero lo que más recuerdo de don Teo fue que dijo, ya en el cotorreo, cuando algunos deambulaban por la casa, viendo discos, libros, revistas, fotos, pisteando, dijo esa famosa y sobada frase cursi de: “los amigos de mis amigos son mis amigos”, y me dio la mano, un fuerte apretón de mano del ruco, para su edad, como dicen, fuerte y macizo... pero por más sobada la frase, a mi me sorprendieron los modales del señor, la educación.
Don Teo se ponía a platicar con sus amigos y alrededor se sentaba la raza a escuchar, al estilo de la escuela griega. Ellos hable y hable y nosotros escuchando, solo escuchando. Yo lo vi como el Bukowski colimense.
III: Escribe Juan Pablo, desde Buenos Aires
Tres cuartos debían ser atravesados. El primero, que daba al exterior, con la puerta emparejada, a veces detenida con el palo de una escoba, para que la banda supiera si podía pasar o no. Ése es el que olía a orines, porque no sólo la banda iba ahí, había bastantes maleantes rondando tal lugar. Otra habitación era la contigua a donde vivía el Profe, con dos camas tendidas y cosas encima, en tal estado que nadie creo debe haber osado acostarse en ellas. En la tercera vivía él, en las últimas épocas no salía de su cama, se había fracturado la cadera. Él no tenía intención de mejorar y se la pasaba ahí sentado, bebiendo y a veces pedía que le llevaran algo de comer.
El hombre era seguidor de Krishnamurti. Yo nunca le robé ningún libro, no tuve corazón. Recuerdo que el viejo me quería, y en verdad me duele no haberlo visto en muchos años. Yo pensaba que era inmortal, por eso no fui a saludarlo la última vez que estuve en Colima.
IV: Fin
Un amigo me comenta que tiene un video con una entrevista que le hizo a don Teo hace varios años, en la que habla sobre sí mismo, sobre la filosofía, sobre Dios y otras cuestiones. Va a editarlo y en su momento se hará una presentación pública del material, ya les avisaré.
Por lo pronto, y en otro orden de ideas, los invito hoy en la noche a la celebración del Grito de Independencia en el Jardín Libertad. Desde temprano habrá conciertos varios, destacando un ensamble entre banda sinfónica y mariachi interpretando piezas como el Huapango, de Pablo Moncayo. Yo voy a tocar como bajista del grupo Arterias, a eso de las 9 de la noche, por si gustan. Estamos en la red: ernestocortes.blogspot.com. El correo: ernesto@cuerdacueroycanto.com
miércoles, 12 de setiembre de 2007
La crónica de Dawson College, versión completa
Escrito en Montréal el 14 de septiembre del año 2006
Son las 12:35 del día. Hace frío y los nubarrones que cubren por completo el cielo de Montréal presagian lluvia. Kimveer Gill, de 25 anos, originario de Laval, Québec, sale de su auto, un Pontiac Sunfire, y abre la cajuela. Gill esta vestido enteramente de negro, usa botas altas y un corte de pelo à la mohawk que, añadidos a su 1.80 de estatura, le dan un aspecto impresionante. De la cajuela saca una carabina semiautomática 9 mm, una pistola 45 mm, y una bolsa conteniendo un fusil calibre 12 mm capaz de disparar 4 balas a cada tiro del gatillo. Cierra la cajuela y se enfila a la entrada de la escuela frente a la cual se acaba de estacionar. Le quedan 20 minutos de vida.
El Dawson College se encuentra entre las calles Maisonneuve y Sherbrooke, en el corazón de Montréal, en la zona de los rascacielos, los bufetes de abogados, las oficinas de transnacionales, el dinero. Es una escuela anglófona con una población de 10,000 alumnos, que recién volvieron a clases la semana pasada. Los estudiantes que se encuentran afuera del edificio, fumando, ven a Kimveer Gill caminar hacia ellos empuñando un arma de grosor tan descomunal y de aspecto tan irreal, que la primera impresión es que se trata de un actor que esta participando en el rodaje de una película. Las armas no son algo que se vean comúnmente en Canadá, menos en Québec, de manera que la idea de que una persona pueda entrar armada hasta los dientes a una escuela no suena plausible. Esto no es Columbine, no estamos en Estados Unidos. Gill se encarga de disipar esta impresión cuando comienza a disparar hacia los estudiantes de manera metódica, el rostro sin expresión, sin perder la calma, sin gritar, fríamente. La gente corre a refugiarse dentro de la escuela. El atacante los sigue.
Los policías tardan solo 3 minutos en llegar y entrar en acción. Hace 17 años había ocurrido algo similar, cuando un hombre armado mató 14 estudiantes del Politécnico. En aquella ocasión la policía solamente acordono el área y espero refuerzos, mientras el tirador controlaba el interior de la escuela. Esta vez no es así. Los primeros dos policías que llegan al lugar entran inmediatamente a la escuela y comienza la caza del cazador. Dentro de la escuela, Gill se dirige a la cafetería, donde dispara al azar sobre los estudiantes corren. Una chica en particular capta la atención del tirador, quien dispara nueve veces sobre ella. Es Anastasia de Sousa, tenía 18 años y acababa de entrar a la universidad. Alrededor, todo es confusión y carreras desesperadas, alumnos que corren a refugiarse en los salones y que hacen barricadas con todos los muebles que pueden, gente llamando al 911 desde sus celulares, gritos de « get out, get out ». Los policías llegan a la cafetería, donde Gill tiene a dos hombres tomados como rehenes. Todo ocurre a velocidad de bala: el atacante es herido en un brazo, y al darse cuenta de que va a ser copado por la policía, saca su pistola calibre .45 y se da un disparo en la cabeza. Los oficiales corren a tratar de reanimarlo, pero es en vano. Inmediatamente cargan el cuerpo en vilo y lo sacan de la escuela, ante el temor de que tenga una bomba. Desde su oficina en el 12o piso del edificio de enfrente, el presidente de la empresa Strategie Marketing toma la fotografía de un hombre vestido de negro con la cabeza destrozada en medio de un charco de sangre. Es el horror con el que despertara la ciudad el día de hoy. Comienza a llover sobre Montreal.
La noticia me alcanza camino al teatro, en un restaurante mexicano. Los detalles son todavía confusos, pero el dolor es inmediato. “Esto no puede estar pasando, no en Montréal”, me digo, y sé que es la misma sensación de toda la gente alrededor. Hace pocos días, escribiendo a unos amigos, había dicho que “Montreal es como New York, pero sin la contaminación, sin la discriminación y sin el miedo”. Hoy me entristece no poder decir lo mismo. Hoy sobre la ciudad se cierne el fantasma del temor, de la inseguridad, del dolor.
Kimveer Gill dejo mucho material personal tras de si. Gracias a su pagina web, hoy se tiene mas o menos un perfil de su personalidad y se tienen algunas pistas de por que hizo lo que hizo. Era aficionado a la musica gotica y a la cultura que la rodea. En algunas fotos se puede ver que en su cuarto tiene posters de varias bandas de metal y de Marilyn Manson. Eso me llevo a una reflexion : Cuando el cineasta Michael Moore entrevisto a Marilyn Manson y le pregunto que qué opinaba de que se le senalara como el culpable de la violencia en las escuelas de Estados Unidos, el cantante dijo « Yo no he matado a nadie, pero Bill Clinton esta ordenando bombardeos cada dia, y nadie culpa a Bill Clinton de la violencia que ocurre en EU ». Casi olvido que estoy viviendo en un pais en guerra, y que la aparente paz que vivimos en Montreal no puede mantenerse ajena a lo que Ottawa esta haciendo en Afganistan. Stephen Harper se mantiene empecinado en enviar soldados a pelear una guerra que nadie entiende y que nadie apoya aqui. La semana pasada regresaron los cuerpos de 4 soldados muertos por fuego amigo, y se reavivo el debate sobre el sinsentido de la intervencion canadiense en el medio oriente. El primer ministro hizo oidos sordos y el fin de semana anuncio el envio de mas tropas para seguir alimentando la maquinaria de la guerra. Ayer, uno de sus gobernados siguio el ejemplo de las armas y de la violencia absurda, con el resultado de una estudiante muerta y 20 heridos.
Hoy Montréal amanecio nublado. Hoy vivimos un dolor indecible en la ciudad.
(Publicada por primera vez en el Diario Avanzada, de la ciudad de Colima, el 15/sep/07)
Son las 12:35 del día. Hace frío y los nubarrones que cubren por completo el cielo de Montréal presagian lluvia. Kimveer Gill, de 25 anos, originario de Laval, Québec, sale de su auto, un Pontiac Sunfire, y abre la cajuela. Gill esta vestido enteramente de negro, usa botas altas y un corte de pelo à la mohawk que, añadidos a su 1.80 de estatura, le dan un aspecto impresionante. De la cajuela saca una carabina semiautomática 9 mm, una pistola 45 mm, y una bolsa conteniendo un fusil calibre 12 mm capaz de disparar 4 balas a cada tiro del gatillo. Cierra la cajuela y se enfila a la entrada de la escuela frente a la cual se acaba de estacionar. Le quedan 20 minutos de vida.
El Dawson College se encuentra entre las calles Maisonneuve y Sherbrooke, en el corazón de Montréal, en la zona de los rascacielos, los bufetes de abogados, las oficinas de transnacionales, el dinero. Es una escuela anglófona con una población de 10,000 alumnos, que recién volvieron a clases la semana pasada. Los estudiantes que se encuentran afuera del edificio, fumando, ven a Kimveer Gill caminar hacia ellos empuñando un arma de grosor tan descomunal y de aspecto tan irreal, que la primera impresión es que se trata de un actor que esta participando en el rodaje de una película. Las armas no son algo que se vean comúnmente en Canadá, menos en Québec, de manera que la idea de que una persona pueda entrar armada hasta los dientes a una escuela no suena plausible. Esto no es Columbine, no estamos en Estados Unidos. Gill se encarga de disipar esta impresión cuando comienza a disparar hacia los estudiantes de manera metódica, el rostro sin expresión, sin perder la calma, sin gritar, fríamente. La gente corre a refugiarse dentro de la escuela. El atacante los sigue.
Los policías tardan solo 3 minutos en llegar y entrar en acción. Hace 17 años había ocurrido algo similar, cuando un hombre armado mató 14 estudiantes del Politécnico. En aquella ocasión la policía solamente acordono el área y espero refuerzos, mientras el tirador controlaba el interior de la escuela. Esta vez no es así. Los primeros dos policías que llegan al lugar entran inmediatamente a la escuela y comienza la caza del cazador. Dentro de la escuela, Gill se dirige a la cafetería, donde dispara al azar sobre los estudiantes corren. Una chica en particular capta la atención del tirador, quien dispara nueve veces sobre ella. Es Anastasia de Sousa, tenía 18 años y acababa de entrar a la universidad. Alrededor, todo es confusión y carreras desesperadas, alumnos que corren a refugiarse en los salones y que hacen barricadas con todos los muebles que pueden, gente llamando al 911 desde sus celulares, gritos de « get out, get out ». Los policías llegan a la cafetería, donde Gill tiene a dos hombres tomados como rehenes. Todo ocurre a velocidad de bala: el atacante es herido en un brazo, y al darse cuenta de que va a ser copado por la policía, saca su pistola calibre .45 y se da un disparo en la cabeza. Los oficiales corren a tratar de reanimarlo, pero es en vano. Inmediatamente cargan el cuerpo en vilo y lo sacan de la escuela, ante el temor de que tenga una bomba. Desde su oficina en el 12o piso del edificio de enfrente, el presidente de la empresa Strategie Marketing toma la fotografía de un hombre vestido de negro con la cabeza destrozada en medio de un charco de sangre. Es el horror con el que despertara la ciudad el día de hoy. Comienza a llover sobre Montreal.
La noticia me alcanza camino al teatro, en un restaurante mexicano. Los detalles son todavía confusos, pero el dolor es inmediato. “Esto no puede estar pasando, no en Montréal”, me digo, y sé que es la misma sensación de toda la gente alrededor. Hace pocos días, escribiendo a unos amigos, había dicho que “Montreal es como New York, pero sin la contaminación, sin la discriminación y sin el miedo”. Hoy me entristece no poder decir lo mismo. Hoy sobre la ciudad se cierne el fantasma del temor, de la inseguridad, del dolor.
Kimveer Gill dejo mucho material personal tras de si. Gracias a su pagina web, hoy se tiene mas o menos un perfil de su personalidad y se tienen algunas pistas de por que hizo lo que hizo. Era aficionado a la musica gotica y a la cultura que la rodea. En algunas fotos se puede ver que en su cuarto tiene posters de varias bandas de metal y de Marilyn Manson. Eso me llevo a una reflexion : Cuando el cineasta Michael Moore entrevisto a Marilyn Manson y le pregunto que qué opinaba de que se le senalara como el culpable de la violencia en las escuelas de Estados Unidos, el cantante dijo « Yo no he matado a nadie, pero Bill Clinton esta ordenando bombardeos cada dia, y nadie culpa a Bill Clinton de la violencia que ocurre en EU ». Casi olvido que estoy viviendo en un pais en guerra, y que la aparente paz que vivimos en Montreal no puede mantenerse ajena a lo que Ottawa esta haciendo en Afganistan. Stephen Harper se mantiene empecinado en enviar soldados a pelear una guerra que nadie entiende y que nadie apoya aqui. La semana pasada regresaron los cuerpos de 4 soldados muertos por fuego amigo, y se reavivo el debate sobre el sinsentido de la intervencion canadiense en el medio oriente. El primer ministro hizo oidos sordos y el fin de semana anuncio el envio de mas tropas para seguir alimentando la maquinaria de la guerra. Ayer, uno de sus gobernados siguio el ejemplo de las armas y de la violencia absurda, con el resultado de una estudiante muerta y 20 heridos.
Hoy Montréal amanecio nublado. Hoy vivimos un dolor indecible en la ciudad.
(Publicada por primera vez en el Diario Avanzada, de la ciudad de Colima, el 15/sep/07)
Jueves 13/sep/07: Dawson College
I: Buenos días
Hoy hace un año, estaba yo comiendo en un pequeño restaurante mexicano de la calle Saint Laurent, en Montréal, viendo por primera vez en mi vida un episodio del Chavo del Ocho. Cuando terminó el programa, la señora de la caja comenzó a pasar de canal en canal y se detuvo en CNN, donde un titular pregonaba “tiroteo en Montréal”. Tres minutos después, todos en el restaurante teníamos los ojos llenos de lágrimas y no podíamos creer las imágenes de la pantalla, que mostraban a estudiantes corriendo despavoridos, apenas a un par de kilómetros de donde estábamos. Hoy quiero compartir con ustedes parte de la crónica que escribí entonces sobre los hechos de ese día. Las palabras misteriosas de hoy son: tiroteo, escuela.
II: “La vida es un videojuego”, escribió Gill
Son las 12:35 del día. Hace frío y los nubarrones que cubren por completo el cielo de Montréal presagian lluvia. Kimveer Gill, de 25 anos, originario de Laval, Québec, sale de su auto, un Pontiac Sunfire, y abre la cajuela. Gill esta vestido enteramente de negro, usa botas altas y un corte de pelo à la mohawk que, añadidos a su 1.80 de estatura, le dan un aspecto impresionante. De la cajuela saca una carabina semiautomática 9 mm, una pistola 45 mm, y una bolsa conteniendo un fusil calibre 12 mm capaz de disparar 4 balas a cada tiro del gatillo. Cierra la cajuela y se enfila a la entrada de la escuela frente a la cual se acaba de estacionar. Le quedan 20 minutos de vida.
El Dawson College se encuentra entre las calles Maisonneuve y Sherbrooke, en el corazón de Montréal, en la zona de los rascacielos, los bufetes de abogados, las oficinas de transnacionales, el dinero. Es una escuela anglófona con una población de 10,000 alumnos, que recién volvieron a clases la semana pasada. Los estudiantes que se encuentran afuera del edificio, fumando, ven a Kimveer Gill caminar hacia ellos empuñando un arma de grosor tan descomunal y de aspecto tan irreal, que la primera impresión es que se trata de un actor que esta participando en el rodaje de una película. Las armas no son algo que se vean comúnmente en Canadá, menos en Québec, de manera que la idea de que una persona pueda entrar armada hasta los dientes a una escuela no suena plausible. Esto no es Columbine, no estamos en Estados Unidos. Gill se encarga de disipar esta impresión cuando comienza a disparar hacia los estudiantes de manera metódica, el rostro sin expresión, sin perder la calma, sin gritar, fríamente. La gente corre a refugiarse dentro de la escuela. El atacante los sigue.
Los policías tardan solo 3 minutos en llegar y entrar en acción. Hace 17 años había ocurrido algo similar, cuando un hombre armado mató 14 estudiantes del Politécnico. En aquella ocasión la policía solamente acordono el área y espero refuerzos, mientras el tirador controlaba el interior de la escuela. Esta vez no es así. Los primeros dos policías que llegan al lugar entran inmediatamente a la escuela y comienza la caza del cazador. Dentro de la escuela, Gill se dirige a la cafetería, donde dispara al azar sobre los estudiantes corren. Una chica en particular capta la atención del tirador, quien dispara nueve veces sobre ella. Es Anastasia de Sousa, tenía 18 años y acababa de entrar a la universidad. Alrededor, todo es confusión y carreras desesperadas, alumnos que corren a refugiarse en los salones y que hacen barricadas con todos los muebles que pueden, gente llamando al 911 desde sus celulares, gritos de « get out, get out ». Los policías llegan a la cafetería, donde Gill tiene a dos hombres tomados como rehenes. Todo ocurre a velocidad de bala: el atacante es herido en un brazo, y al darse cuenta de que va a ser copado por la policía, saca su pistola calibre .45 y se da un disparo en la cabeza. Los oficiales corren a tratar de reanimarlo, pero es en vano. Inmediatamente cargan el cuerpo en vilo y lo sacan de la escuela, ante el temor de que tenga una bomba. Desde su oficina en el 12o piso del edificio de enfrente, el presidente de la empresa Strategie Marketing toma la fotografía de un hombre vestido de negro con la cabeza destrozada en medio de un charco de sangre. Es el horror con el que despertara la ciudad el día de hoy. Comienza a llover sobre Montreal.
La noticia me alcanza camino al teatro, en un restaurante mexicano. Los detalles son todavía confusos, pero el dolor es inmediato. “Esto no puede estar pasando, no en Montréal”, me digo, y sé que es la misma sensación de toda la gente alrededor. Hace pocos días, escribiendo a unos amigos, había dicho que “Montreal es como New York, pero sin la contaminación, sin la discriminación y sin el miedo”. Hoy me entristece no poder decir lo mismo. Hoy sobre la ciudad se cierne el fantasma del temor, de la inseguridad, del dolor.
III: “También tenemos información amable”
Eso fue hace un año. Volviendo de golpe a Colima, me alegra tener también buenas noticias. Hoy en la tarde se entrega el Premio Estatal de la Juventud, en cuya área de Artes Escénicas los organizadores me distinguieron este año con la invitación a fungir como miembro del jurado, en virtud de que recibí este premio hace dos años. Aunque no puedo revelar el nombre de los ganadores, sé que es una ocasión especial porque uno de los premiados hace historia al recibir por segunda ocasión esta presea, en un rubro distinto al de la primera vez, lo cual se suma a las tres menciones honoríficas que ha coleccionado desde principios de esta década. Felicidades a él y a todos los ganadores.
La crónica completa, más este y otros textos, están en la red: ernestocortes.blogspot.com. El correo: ernesto@cuerdacueroycanto.com
domingo, 9 de setiembre de 2007
Sábado 8/sep/07: La privacidad en los tiempos de la red
I: Buenos días
Hace unos días recibí una llamada en mi celular: “Buenas tardes señor Cortés, le estamos llamando de asñsdnij fncdñl (ininteligible), somos una empresa que nos dedicamos a dar cursos de idiomas para profesionistas, obtuvimos su teléfono por las bases de datos que nos proporcionaron la Universidad de Colima y el Tecnológico de Monterrey, le llamamos para ofrecerle un curso de inglés”. La palabra misteriosa de hoy es: privacidad
II: Y entonces
Se me revolvió la panza. Si algo aprecio es mi privacidad, y el hecho de que una empresa de lo que fuera tuviera mi número de teléfono celular me provocó mucho coraje. “No gracias, no me interesa su curso, ya hablo inglés”, y apenas le iba a preguntar de nuevo el nombre de la empresa y cómo obtuvieron mi teléfono, cortaron. Me quedé desconcertado. No hay manera alguna de que una base de datos en la Universidad de Colima tenga mi celular, a menos que ya se dediquen al espionaje externo; y en el Tec de Monterrey –que sí lo tienen- son muy cuidadosos con esa información. Incluso, los empleados firmamos una cláusula de confidencialidad cada inicio de semestre, se cuida mucho la información privada de todos, y estoy seguro de que ni mi jefe ni ningún otro empleado vendió mi número de teléfono.
Rato después, se fue aclarando todo a partir de las elucubraciones. No es tan difícil, después de todo, que consigan mi número: alguien en Telcel se los puede haber vendido. Si en el IFE vendieron al gobierno de Estados Unidos todo el padrón electoral, y si en el IMSS hicieron lo propio con el mismo cliente, no veo por qué un trabajador corrupto de Telcel no haya vendido mi número como parte de una base de datos más grande. O más fácil, que la empresa asñsdnij fncdñl sea propiedad de Carlos Slim, lo cual es menos descabellado aún.
III: El vigilante vigilado
“Hay una historia que me gusta mucho, y que trata de un caso en Boston, en donde un reportero fue a una tienda de Radio Shack, y compró tecnología muy básica, cosas sencillas de conseguir, y luego fue a un barrio en los suburbios. En muchas casas de estos barrios tienen las llamadas nanny cams. Bueno, con los componentes que compró, este reportero pudo obtener la señal de las nanny cams y mirar todo lo que sucedía dentro de las casas. Así que en vez de que la nanny cam sirva para proteger la casa, o para ver qué están haciendo los niños, o cosas así, puede ser usada por alguien afuera, un espía o un ladrón, para ver dentro de la casa. Así, las cámaras tenían exactamente la función opuesta a su propósito original.” Entrevista a Pat Mooney, Ottawa, octubre de 2006.
IV: Repensar la privacidad
Tengo una muy intensa vida cibernética. Uso cinco cuentas de correo electrónico, hace medio año compré un dominio web al que le doy un buen uso (CuerdaCueroyCanto.com), tengo tres blogs, dos cuentas en Youtube con más de 30 videos en total, una cuenta en Photobucket con más de 100 fotos, dos cuentas en Myspace, un perfil en Friendster, otro en MSN Spaces, y al teclear mi nombre más “colima” en Google, aparecen 118,000 resultados, de los cuales al menos los primeros 18 tienen que ver directamente conmigo.
Hace algunos meses, borré todas las fotos de mi página en MSN Spaces. Tenía más de 10 álbumes con fotos mías, de mi casa, de mi familia, de mis alumnos, de mis amigos, en fin. Borré todo. Tarde, pero me llegó la conciencia de que todos estos servicios de internet son un caballo de Troya, y que a través de ellos ofrecemos a las corporaciones y a los gobiernos la información privada que antes tenían que investigar. Les hacemos más fácil el trabajo a estas instancias, que gracias a los datos que les damos trazan más fácil nuestro perfil de consumo y de preferencia política. Toda la información que nosotros proveemos a través de internet es utilizada para que los gobiernos y la industria refinen su mensaje al público, manipulen mejor la política y sean más exitosos comercialmente.
La semana pasada, en su columna El Blogg de Feraluj, Fernando Álvarez hablaba de unas muy útiles herramientas que Google provee para que uno busque archivos en su computadora. Sí, funcionan muy bien, pero son también un quiste espía que uno gustosamente instala en la computadora para rendir toda la información personal a una de las corporaciones más grandes y temibles de la actualidad. Por eso yo insisto tanto: hay que repensar la privacidad en estos tiempos de comunicación electrónica. Estamos todavía deslumbrados por la novedad, pero es importante ver lo que hay detrás de los espejitos de colores. En esta época de satélites, hay que empezar a caminar en zigzag.
Palabras clave relacionadas:
internet,
privacidad en los tiempos de la red
viernes, 7 de setiembre de 2007
Martes 4/sep/07: Homenaje al pintor
I: Buenos días
“Lo mío es un cubismo tímido”, dice el pintor Gabriel Portillo del Toro, “porque a mí no me gusta salirme de las cosas objetivas. Yo pienso que si la obra no habla por sí misma, no funciona. Este cubismo mío no llega al expresionismo abstracto, lo que tú estás viendo en mis cuadros es lo que estás viendo exactamente; no tiene ningún problema para decir “oiga, qué es esto?””. Ayer se estrenó, en el Salón Gobernadores de Palacio de Gobierno, el documental El arte y otros oficios. Las palabras misteriosas de hoy son: documental, artista, homenaje.
II: “Entonces me casé, y ahí fue el otro atoroncito”
Se trata de un documental sobre la vida y obra del artista colimense Gabriel Portillo del Toro, quien se revela no solo como pintor, sino como pianista, caricaturista, corrector de pruebas en un periódico, publicista y hasta propietario de una enramada en años lejanos. El estilo elegido para este trabajo –siempre la voz del protagonista narrando su historia- es muy adecuado para hacerle al maestro Portillo un homenaje en su propio tono, con sencillez moteada de humor y una palabra que fluye fácil, en la que se encuentran constantemente reminiscencias del profesor universitario que fue, dispuesto a explicar una técnica, a detallar un proceso, a llevarnos de la mano por su obra.
El documental inicia con el pintor sentado al piano, y ahí viene el primer atisbo a la personalidad de este artista, que se va revelando como un personaje sin poses, que tiene claro el arte que hace y que no busca un pedestal inaccesible, sino una cercanía con el espectador y un disfrute de los colores y de las formas, principalmente las humanas. Con la misma sencillez con que narra cómo fue de los fundadores de lo que a la larga sería el Instituto Universitario de Bellas Artes, acepta que al ayudarle al pintor Jorge Chávez Carrillo a trazar algunas de las figuras del mural que se encuentra en Palacio de Gobierno, aprendió mucho de él, “pués él tenía el conocimiento de escuela”.
El documental forma parte de la colección Voces de la Cultura Colimense que es producida por la Secretaría de Cultura, y constituye un acertado homenaje que se hace en vida al ameritado artista y profesor. Es ameno y tiene un tono íntimo gracias a la narración en primera persona, y el cierre del video es conmovedor, con el artista interpretando al piano A mi manera, para luego cerrar la tapa y levantarse, tras haber advertido que de los achaques y de lo que siga prefiere no hablar ante las cámaras. Nos quedamos con su buen humor y sus manos, que producen bellos colores y sonidos llenos de sentimiento.
III: Honor a quien honor merece
Durante la presentación, en la fila de hasta atrás, operando el equipo técnico que nos permitió ver y escuchar el documental, estaba un personaje que, a mi entender, tendría que haber estado en la primera fila, en el lugar del presidente del congreso, o del representante de las autoridades militares, que nada tuvieron que ver con el documental (aunque claro, protocolo obliga). Bogart Rodríguez, director del Centro de Producción Audiovisual de la Secretaría de Cultura, artífice, en la práctica, del documental, pasó desapercibido para la mayoría de los asistentes. Su nombre aparece, sí, en los créditos, pero en la ceremonia nunca se mencionó al que hizo de camarógrafo, entrevistador, sonidista, iluminador, bitacoreador, editor y, en una palabra, todólogo de este video.
Me tocó verlo trabajar durante varias semanas, porque yo estaba grabando en el estudio de al lado (mi disco, ya les contaré de eso), y a través del cristal a prueba de ruido que divide los dos cuartos lo veía editando con tres pantallas al mismo tiempo, congelando imágenes, pegándolas, insertando fotografías de pinturas, decidiendo en qué momento entraba el entrevistado a cuadro y en qué momento su voz quedaba en off. Nos saludábamos en silencio y cada quien seguía en lo suyo. Aunque el de ayer era un muy merecido homenaje al pintor, parte de los aplausos fueron también para el videoasta casi anónimo que se pasó semanas trabajando hasta deshoras para ofrecer ayer el documento que preserva la imagen y la palabra de uno de los grandes pintores colimenses contemporáneos.
Fotos del evento, más este y otros textos, están en ernestocortes.blogspot.com. El
Jueves 30/ago/07: Población
I: Buenos días
Recuerdo que cuando yo tenía 7 años, se conmemoró en el mundo el muy publicitado “Día de los 5 mil millones”. Fue el 11 de julio de 1987, y con bombo y platillo se anunció al niño yugoslavo (todavía existía ese país) que, para cuestiones estadísticas y de celebración, se consideró el habitante número 5,000’000,000 viviendo en el planeta. El 12 de octubre de 1999 se conmemoró el ya no tan publicitado “Día de los 6 mil millones” y tocó el honor ahora a un niño de Sarajevo (signo de los tiempos…). Me vino esto a la mente porque dentro de dos semanas una región rusa llamada Ulyanovsk (cuna de Lenin, por más señas), celebrará por tercer año consecutivo el “Día de la concepción”, en el que a todos los trabajadores se les da el día libre para que vayan a sus casas y procreen hijos con su pareja. Cosas veredes. Las palabras misteriosas de hoy son: población, patriotismo, leyenda.
II: Cuántos somos
Según el CIA World Factbook, actualmente nacen 211, 090 niños cada día, y para julio de este año la población mundial andaba por los 6,600 millones. De esos, 1,321 millones son chinos, y 1,129 millones son hindúes, ahí nomás como referencia. Según la Oficina de Censos de Estados Unidos, para el año 2050 el número de habitantes del planeta alcanzará los 9,400 millones. Claro, todavía falta ver si la humanidad llegará tan lejos en el tiempo.
II: “Que faltan niños pa’ poblar este lugar”
La idea es que el 12 de septiembre los rusos de la ya mencionada región se dediquen a hacer niños, con la intención de que nazcan el 12 de junio del próximo año, día de la fiesta nacional rusa, con lo cual se estará cumpliendo con el patriótico deber de repoblar el país, uno de los más escasamente poblados del mundo en relación con su tamaño: hay algo más de 142 millones de habitantes en un área de 17 millones de kilómetros, lo que hace un promedio de 8.3 habitantes por kilómetro cuadrado, colocando a Rusia en el lugar 209 del mundo en cuanto a densidad de población.
Para las autoridades rusas, faltan niños en el país, y la situación es alarmante, porque la población está disminuyendo a un ritmo de medio punto porcentual cada año; fue por esto que hace tres años idearon la estrategia del Día de la Concepción y comenzaron a dar premios a los padres que cumplen con su deber, y becas a los niños que nacen el día de la celebración nacional. Este año, por ejemplo, Irina y Andrei Kartuzov, recibieron un UAZ-Patriot, un vehículo tipo van, porque su hijo tuvo la suerte de nacer el 12 de junio. Alexei Bezrukov y su esposa, Yulia, se hicieron acreedores a 250,000 rublos (unos 10,000 dólares) por el mismo motivo. Otros patriotas recibieron lavadoras, televisiones, videocámaras, refrigeradores y otros artículos, y todos los niños nacidos en esa fecha vinieron con torta bajo el brazo: becas mensuales equivalentes a 60 dólares.
IV: Falso que nos toquen de a seis
Hay una leyenda urbana que dice que hay en el mundo más hombres que mujeres. Gente muy seria me ha repetido con plena certeza la estadística de que hay hasta 6 mujeres por cada hombre en el mundo. Cuando nos enseñaron eso en la prepa, decíamos los hombres “¿y dónde están esas 6 mujeres, pues?”. Investigando para esta columna, quise salir de dudas y buscar las fuentes autorizadas, para encontrarme con que la estadística es falsa. De acuerdo con las Naciones Unidas (Departamento de Asuntos Sociales y Económicos, División Población, Informe World Population Prospects, revisión 2006), en el mundo, en el año 2005, había una relación de 101.6 hombres por cada 100 mujeres. Para el año 2010, esta relación será de 101.5 por cada 100.
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Martes 28/ago/07: Los viajes en el tiempo
I: Buenos días
(Después de toda la explicación técnica) “Así pues, parecería posible que, conforme avancemos en ciencia y tecnología, seamos capaces de construir un ‘agujero de gusano’ (wormhole) o de combar el espacio y el tiempo de alguna otra manera, de tal forma que pudiéramos viajar hacia nuestro pasado. Si tal fuera el caso, implicaría una gran cantidad de preguntas y problemas. Una de ellas es, si alguna vez en el futuro aprendemos a viajar en el tiempo, ¿por qué no ha venido alguien desde el futuro a decirnos cómo hacerlo? Aún si hubiera razones de peso para mantenernos en la ignorancia, siendo como es la naturaleza humana, resulta difícil creer que alguien no hubiera querido lucirse, y decirnos a nosotros, pobres campesinos ignorantes, el secreto del viaje en el tiempo”. Stephen Hawkings, físico inglés. Las palabras misteriosas de hoy son: viajes en el tiempo.
II: En la ficción
Aunque los viajes en el tiempo pueden encontrarse en la literatura desde la primera mitad del siglo XVIII, quizá el texto de ficción más antiguo sobre este tema que a la fecha sigue siendo popular sea Un cuento de navidad, de Charles Dickens, en el que al protagonista, Ebenezer Scrooge, le es dado contemplar el pasado y el futuro. Una de las primeras novelas que abordó el viaje en el tiempo utilizando tecnología y no solamente visiones, es La máquina del tiempo, de H. G. Wells. En 1911, las educadoras inglesas Annie Moberly y Frances Jourdain, directora y subdirectora, respectivamente, del Colegio St Hughes, de Oxford, publicaron bajo seudónimos el libro An adventure, en el que aseguraban haber viajado en el tiempo mientras visitaban el Palacio de Versalles, encontrándose de pronto en el año 1789, interactuando con personajes de la corte de María Antonieta. Este constituyó el primer registro de alguien que aseguraba haber viajado en el tiempo.
El sacerdote benedictino Pellegrino Ernetti (1925-1994), graduado en física cuántica, exorcista, y experto en música pre-polifónica, aseguraba que en los años 50s colaboró, junto al premio Nobel Enrico Fermi, y el ingeniero alemán Wernher Von Braun (responsable de la llegada del hombre a la luna), en la creación de una máquina llamada Chronovisor, que permitía al usuario contemplar en una pantalla cualquier escena de cualquier momento de la historia de la humanidad. Ernetti juraba haber asistido, entre otras escenas, a un discurso de Mussolini, a otro de Napoleón, y a la crucifixión de Cristo. La única “prueba” que aportó fue una supuesta fotografía del rostro de Jesús en la cruz, que luego se reveló como una tarjeta postal comprada en un pueblito cerca de Perugia.
El año pasado, Darren Daulton, catcher de los Phillies de Filadelfia entre 1983 y 1997 (.245, 588 RBI, 137 HR) aseguró en una entrevista a ESPN que él ha viajado en el tiempo, y que el 21 de diciembre de 2012, con el fin del calendario maya, él y otros, preparados para ello, desaparecerán de este plano de la existencia.
III: La ciencia
Todo esto viene al caso porque la semana antepasada los físicos alemanes Günter Nimtz y Alons Stahlhofen, de la Universidad de Koblenz reportaron haber roto la velocidad de la luz, algo imposible de acuerdo con la Teoría de la Relatividad Especial, publicada por Albert Einstein en 1905. Según los dos científicos, realizando experimentos con un fenómeno llamado quantum tunnelling, lograron transferir fotones a una distancia de hasta un metro de manera instantánea, superando la velocidad “oficial” de estas partículas elementales, que es constante (299’792,458 metros por segundo). Aunque Nimtz mismo acepta que esto no prueba que sea posible la transmisión de información a una velocidad mayor a la de la luz, la prensa no especializada rápidamente ha interpretado el anuncio como “el descubrimiento del viaje en el tiempo”, una implicación no del todo descabellada, pero también un tanto anticipada a la realidad.
Si el experimento de Nimtz y Stahlhofen es genuino, nos encontramos en un momento de la historia similar al que vivieron los europeos a principios del siglo XVI cuando hubo que desechar el paradigma de la tierra plana, pues la explicación del universo que actualmente es aceptada por la ciencia a partir de Einstein sufriría un duro golpe, y habría que repensar el concepto de espacio-tiempo, así como posiblemente abrir la puerta a la idea de los viajes en el tiempo. Insisto, esto lo decimos los de la prensa no especializada, y hasta ahora es especulación, pues no han pasado ni quince días desde el anuncio, pero de ser cierto, estaríamos ante un parteaguas cuyas implicaciones no podemos ni siquiera intentar concebir desde donde nos encontramos en este momento.
IV: Por lo pronto tenemos el cine
En lo personal, la mejor película que conozco sobre viajes en el tiempo es Primer, dirigida, producida y protagonizada por Shane Carruth. Con 7000 dólares, el cineasta norteamericano realizó esta cinta que obtuvo en 2004 el Gran Premio del Jurado del Festival de Sundance. Primer es una película intrincadísima, llena de saltos en el tiempo y paradojas, que demanda una gran atención del espectador y que hay que ver más de dos veces, pero que satisface a los amantes del género. Para los interesados, les comparto una joya de la ciencia ficción que pueden encontrar en mi blog: La jetée, de Chris Marker, el cortometraje que inspiró la cinta Twelve monkeys, de Terry Gilliam. Lo encuentran en: ernestocortes.blogspot.com. El correo: ernesto@cuerdacueroycanto.com
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