I: Buenos días
Han sido días de mucha música en la ciudad. El sábado pasado, además de
II: Un poco de historia
El origen de la guitarra se remonta a cuando menos 5000 años atrás. Fue introducida a occidente por los moros alrededor del siglo X, pero en Asia ya se conocían desde mucho antes. Un antepasado formal es el oud (ud) árabe, al que los españoles le agregaron el artículo femenino “la”, convirtiéndolo erróneamente en “laúd”, pero si nos vamos mucho más atrás, podemos intuir su origen en un anónimo cazador que descubrió que la membrana animal estirada producía un sonido. Desde entonces, ha pasado por infinidad de cambios y adecuaciones, de las que han surgido otros instrumentos, como la vihuela y una larga lista de derivaciones latinoamericanas adaptadas a la música folclórica de cada país emparentadas, en mayor o menor medida, con la guitarra (tresillo cubano, cuatro venezolano, requinto, charango, jarana veracruzana, etc).
George Beauchamp produjo la primer guitarra eléctrica en 1931, y obtuvo la patente en 1937. De ahí en adelante, con el desarrollo de nuevas tecnologías, la guitarra se ha beneficiado grandemente hasta convertirse prácticamente en un generador infinito de sonidos gracias a las posibilidades de los compresores, procesadores de efectos, ecualizadores y sintetizadores que le pueden ser conectados.
La guitarra es, sin duda, el instrumento más popular y más tocado en el mundo hoy en día, después de la percusión. En un grupo de amigos siempre hay alguien que toque la guitarra, y en las reuniones familiares no falta el tío que canta las rancheras. Esta popularidad es resultado de siglos de evolución, que no parece tener fin, pues cada
III: El festival
En Colima se desarrolla esta semana, por segunda ocasión, el festival Guitarromanía, organizado por
IV: Aparte
Por otro lado, ayer se llevó a cabo la presentación de gala de la película Morirse en domingo (a la cual no fuimos requeridos, pero a la que nos pudimos colar). La cinta tiene en el papel protagónico al actor colimense Silverio Palacios, quien da vida a un empresario de pompas fúnebres de no muy rectas maneras. Su actuación es muy buena, aunque el guión, a mi parecer, deja mucho qué desear, pues aparecen conflictos muy flojos, que no se sostienen por sí solos y que desde el principio hacen que la historia carezca de solidez o incluso de lógica. En fin, esas son cosas del guionista (Antonio Armonía) y el director (Daniel Gruener). Los actores hacen lo suyo, en su mayoría de buena manera, y entregan una película llena de irreverencia y atrevimiento que sólo sería posible en México dada nuestra peculiar relación con la muerte.
A Silverio Palacios lo habíamos visto antes en Y tu mamá también, Sin ton ni Sonia (por la que fue nominado a un Ariel), Matando Cabos y Cuatro cuartos, además de otras apariciones en televisión, incluyendo comerciales. Por lo que entendemos, este es su primer protagónico, y lleva bien el peso de tal responsabilidad. Enhorabuena.
http://blog.cuerdacueroycanto.com
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