Conciencia

sábado, 27 de setiembre de 2008

Martes 23/sep/08: Rent versión Colima



I: Buenos días
Cuando abrí el programa de mano y vi que las primeras dos palabras de la sinopsis estaban escritas con faltas de ortografía, me dio mala espina. Sin embargo, respiré profundo y decidí no empezar con prejuicios. Rent, en versión colimense, bajo la dirección de Héctor Castañeda Arceo, era mi intento de reconciliación con el teatro musical, así que había que ponerle filosofía. La palabra misteriosa de hoy es: Rent.

II: Viva la vie bohème
Sé que decir esto es un sacrilegio, pero a mí no me gustó la dramaturgia, el texto en sí. Hablar mal de Rent es tan osado como si hablara mal de Jesuschrist Superstar o de Hair, pero, sinceramente, me pareció una aproximación ya tardía y un tanto agotada al tema del SIDA, que ya había sido ampliamente y mejor tratado (Angels in America es una obra maestra al respecto, por ejemplo), y un discurso trasnochado sobre la vida bohemia, con un mensaje que no parece muy propositivo: dice el texto que “lo opuesto a la guerra no es la paz, sino la creación”, sin embargo, los personajes (con excepción de Maureen, muy bien interpretada por Mónica Guzmán) no se ven tan creativos ni proactivos que digamos: Roger tarda un año para hacer UNA canción. Esa idea de que viva la bohemia y viva la pobreza estaba muy bien para Puccini, pero a estas alturas es un idealismo superado. El final es soso y flojo, muy happy end gringo. En fin, pero eso el texto.

El trabajo de la compañía que lo presentó es otro boleto. A pesar de ser una obra laaarga como la cuaresma (dice mi mujer, “larga como puteada de tartamudo”), el desempeño sobre el escenario es muy bueno, y se nota que l@s intérpretes se prepararon a conciencia en el aspecto técnico: los arreglos de las voces son casi impecables y tienen momentos soberbios (como en Tiempos de amor, al inicio del segundo acto); César Kiroz hizo un excelente trabajo, tanto sobre la escena como fuera de ella, en el trabajo vocal. La dinámica sobre el escenario es coherente y creativa, y las actuaciones están firmes y bien conducidas, sobresaliendo labores como la de Héctor Montes de Oca, en un arriesgado papel del travesti Ángel, que interpretó con aplomo y gracia. Adelina Velázquez, en el rol de Joanne, canta, baila y actúa con la soltura que le dan sus años en el negocio: desde la adolescencia ha hecho teatro, con directores como Rubén Martínez, Augusto Albanez, y, ahora, con CincoMedios. Rosario Gómez le pone la sensualidad y el poder justos a Mimi, y en general los 8 protagonistas, y los 7 de apoyo (más dos payasos colados, muy buenos pero un tanto metidos con calzador) hacen un trabajo de profesionales bien plantados sobre la escena. Por otra parte, detalles muy pequeños dan idea sobre la preparación y los recursos de este grupo: en Tiempos de amor el micrófono de Karina Castañeda (en el papel de la terapeuta) falló en un momento crucial, y Armando Huerta resolvió de inmediato pasándole su micro con naturalidad para que ella siguiera cantando, como si nada. Es una cosa mínima, pero ahí es donde se ve el trabajo de esos nueve meses de la mano del director, en la solución de los detalles inesperados.

Hacer la música en vivo fue un riesgo que se solventó a medias. Aunque aparece en los créditos como director musical, era evidente que el bajista Guillermo Campa no se sabía la mitad de las canciones, y se la pasó dando notas en falso y mirando el diapasón de la guitarra frente a él, tratando de dilucidar los acordes sobre la marcha. Eso se puede hacer en el jamming en un bar, pero no sobre un escenario de teatro. En contraparte, la tecladista Fernanda Aguilar sostuvo la obra enterita con su excelente trabajo: en vez de confiarse en la memoria y la vibra, como su compañero bajista, siguió fielmente las partituras, con finos resultados. El mérito de la música de esta obra es de ella, de punta a punta.

En general, Rent fue una obra bien dirigida, donde se vio el compromiso y la dedicación a un proyecto, además del talento bien encausado, y la experiencia del director, que en su primera aventura musical se lanzó con todo. Me parece que se podrían haber eliminado varias escenas para restarle media hora al espectáculo, sin perjuicio de la historia, y eso la hubiera hecho más digerible, aunque no sé si era eso posible, por razones legales. Finalmente, no puedo decir que me reconcilié con el género, pero sí iría a ver el siguiente musical de Héctor Castañeda: hay calidad y talento.

III: Allende las fronteras
Mañana por la noche un trío de colimenses ofrecerá la primera función de una temporada en el Monument National de Montréal, con Ganas de vivir, una coproducción de la Compañía de Danza y Arte Escénico de Colima y la compañía montrealesa Les Soeurs Schmutt, espectáculo del que hablaremos en detalle el jueves. Mañana, pues, Cristóbal Barreto, Georgina Navarro y Susana Barrera combinan su talento con el de l@s artistas quebequenses para este espectáculo de danza-teatro. Merde à vous, mes amis, je vous embrasse.

Estamos en la red: ernestocortes.blogspot.com. Los leo: ernestocortes@itesm.mx.

1 comentario:

Alex dijo...

Hola Ernesto, sin duda la mejor crítica que he leído sobre esta obra Colimense. Cómo detalle me gustaría agregar que FErnanda, la tecladista y por mucho, la orquestadora de la obra, cuenta con tan sólo 14 años de edad... un ejemplo del talento de mi pueblo! =)