Conciencia

lunes, 15 de setiembre de 2008

Death of a president - trailer

Este es el trailer de la película La muerte de un presidente. Con subtítulos en japonés, para que no haya confusión.

Véanla en el cine.

O bájenla del Ares (digo...)



Escenas de la película:



Y acá la Columna Lítica:

I: Buenos días
“Conforme lidiamos con los peligros de nuestro tiempo, diferentes circunstancias requieren diferentes estrategias, y nuestra resolución en cada caso será clara: no permitiremos que ningún régimen amenace la libertad o la seguridad del pueblo norteamericano, o de nuestros aliados alrededor del mundo”. Por supuesto, George Bush. Este discurso, incluido en la película La muerte de un presidente, bien podría ser de ayer, aunque en la cinta se presenta como de un futuro (2007) que entonces (2006) se veía como una posibilidad no remota. La cinta, presentada como un documental periodístico, explora las posibilidades de la pregunta “¿Qué pasaría si asesinaran al presidente de Estados Unidos?”, y la respuesta parece ser: “mejor no”. Las palabras misteriosas de hoy son: de fuego amigo.

II: They shot Bush!
La película se estrenó en el Festival de Cine de Toronto, en septiembre de 2006. Por esos días yo estaba viviendo en Ottawa, y aunque no llegó a las pantallas de esa ciudad, todos los periódicos hablaban de ella y políticos y artistas daban su opinión. En Canadá la película fue tan bien vista, que se llevó el Premio Internacional de la Crítica, y los columnistas la alabaron grandemente. Mientras, del otro lado de la frontera, las opiniones contra la película se basaban en el prejuicio: Hillary Clinton, que no la había visto, la calificó de “repugnante”, caso similar al de Kevin Costner, que tampoco la había visto: se permitirá la proyección de esta cinta en Estados Unidos hasta el 20 de enero de 2009, una vez que Bush deje la Casa Blanca.

Este reportaje de ficción cubre una gran cantidad de vertientes del tema, y las hace caber en 93 minutos, con un manejo muy bueno del lenguaje visual y la lente periodística. Así, hay momentos muy breves pero poderosos en cuanto a lo que se comunica, como la escena en que llega a un grupo de manifestantes la noticia de que le han disparado a Bush, y comienzan a celebrar y a gritar entre el tráfico “¡le dispararon a Bush!”. Los automovilistas dan bocinazos de alegría.

En realidad, en última instancia, Bush como persona es presentado bajo una luz que lo beneficia en esta película. En los pocos minutos dedicados en esta película a analizar su personalidad, se nos ofrece un George Bush zorro, que sabe lo que la gente piensa de él y se aprovecha de que lo subestiman, un individuo con carisma y con ángel, que a fin de cuentas sabe manejar a la gente y por eso está donde está. Sin embargo, su política y el odio que buena parte de la población de su país le tienen, son el contrapeso de la balanza.

El asesinato en sí ocupa la mitad de la cinta; el resto son las consecuencias: la investigación y el apresamiento del principal sospechoso, que resulta ser, claro, musulmán. Entre escena y escena, se trasluce claramente la crítica a la política exterior norteamericana y a la supresión de las libertades individuales como respuesta a la “guerra contra el terrorismo”. Como acertadamente dijo The Village Voice (17/oct/06), “La muerte de un presidente es en realidad sobre el 11 de septiembre – un ensayo sobre una tragedia nacional usada para crear una tragedia más grande”.

Esta cinta se puede ver en estos días en Colima, consulte la cartelera, y no pierda mucho tiempo porque quién sabe cuánto dure: parece que la gente está prefiriendo ver a Yoda tirar espadazos o a Adam Sandler hacer bufonadas. Ahora que si se la perdió, siempre queda el Ares (sí está), pero ahí cada quien, no quiero que se me acuse de promover la piratería en internet de películas de difícil acceso. Eso sí: en el blog puede ver algunas escenas y el trailer de El asesinato de un presidente (tomadas de Youtube)

III: Hablando de balas
Coincido con los compañeros que, en este y otros medios impresos, han expresado su rechazo a que en Colima tengamos policías que hacen su labor encapuchados, así como a las callejoneadas de patrullas con farolas encendidas. Lo último que dan a la sociedad es una sensación de seguridad, y no es con acciones de ésas que nos van a convencer de su valentía, coraje y sagacidad. Lo de este fin de semana muestra que, más bien, las fuerzas de la ley y el orden tienen que ponerse a entrenar y a ampliar sus capacidades policiales. Si lo de Cerro de Ortega no fuera una triste realidad, sino canción, la habría escrito Chava Flores, con todo respeto. Por otra parte, el procurador, que en su momento paró el dedo para lanzarse de candidato “a lo que sea” en las siguientes elecciones, tendrá aquí una prueba importante qué superar, y en unos meses estaremos hablando de cómo le fue. Recordemos, por ejemplo, que, con todo y la campaña mediática de linchamiento contra Ebrard, por los linchamientos de Tláhuac cuando él era procurador capitalino, a éste le hicieron lo que el viento a Juárez y ganó, primero, la candidatura, y luego las elecciones. Vamos a ver cómo masca la iguana.

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