sábado, 26 de julio de 2008
Martes 22/jul/08: delegaciones (versión corregida)
I: Buenos días
Durante las olimpiadas de Sydney, al presidente electo Vicente Fox se le ocurrió ir a darse una vuelta por Australia, y de pasada visitar las televisoras mexicanas para promocionar sus grandes proyectos en materia de deporte. Cuando estuvo en TvAzteca, le dijo al entonces todavía presidente de deportes de la cadena: “A ti, José Ramón, te voy a encargar que estés muy al pendiente del deporte mexicano y cada seis meses te voy a pedir que me reportes cómo van las cosas”, a lo que el comentarista, embargado por la emoción, respondió “claro que sí, será un honor, señor presidente”. Uno de los dos no hizo la tarea, porque en las siguientes olimpiadas descendió de 6 (en Sydney) a 4 el número de atletas que obtuvieron medallas, y no hubo un repunte vistoso en el deporte mexicano; al contrario, a dos ciclos olímpicos de distancia, tenemos un resultado revelador de la política foxista: México no calificó a Beijing en ningún deporte de conjunto. Las palabras misteriosas de hoy son: delegaciones olímpicas.
II: La tropa
Ya desde las olimpiadas de Atlanta, donde fue el único medallista mexicano, el marchista Bernardo Segura había bromeado: “vienen más generales que tropa en la delegación mexicana”, refiriéndose a que el grueso de la representación nacional estaba compuesta por gente de pantalón largo que no iba a competir. En una delegación de atletas que sale del país siempre es necesario contar con personal administrativo y técnico que se encargue de hacer las gestiones y desempeñar los trabajos que faciliten la actuación de los atletas. Sin embargo, la historia, y en particular el caso de Bernardo Segura, muestran que de poco sirve llevar a tanto general, en el caso de México.
Bernardo Segura estaba platicando desde Sydney por teléfono con Ernesto Zedillo, siendo felicitado por su recién ganada medalla de oro en 20 km de caminata, cuando llegó un juez a enseñarle la tarjeta de descalificación, en un hecho muy poco usual en esta prueba: ser descalificado después de terminar. No había constancia en video de haber recibido la tercera —y reglamentaria— advertencia, así que todo pintaba a un error de los jueces. Los directivos mexicanos que tenían que haber protestado ante los organizadores para recuperar la medalla (como hizo exitosamente España en Osaka ’07, devolviéndole la plata a Paquillo Fernández), prefirieron no abrir la boca, y más bien emprender una cruzada contra el marchista, acusándolo de tramposo. La razón era muy simple: el también diputado federal Bernardo Segura ya había aceptado ser el director de Deporte de Andrés Manuel López Obrador en el recientemente electo Gobierno de la Ciudad de México. No iba Mario Vázquez Raña a ayudar a un perredista, aunque estuviera en juego una medalla olímpica de oro.
Un ciclo olímpico después, en la ciudad de Atenas, no hubo un solo directivo que pudiera indicar a los competidores mexicanos de los 20 km de Marcha (Bernardo, su hermano Omar, y Noé Hernández) cómo llegar al estadio donde se realizaría la prueba, ni dónde tomar el camión, ni nada. Los tres marchistas fueron conducidos por reporteros de televisión (los únicos mexicanos a la mano) y llegaron dos horas tarde a la cita, de modo que no pudieron calentar, lo que derivó en la lesión de Bernardo, que no pudo terminar la carrera.
III: Los generales balines
De 115 atletas mexicanos que viajaron a Atenas, solamente 4 obtuvieron medallas. Nomás como referencia, de 160 cubanos que asistieron a la misma justa, 27 obtuvieron medalla. Este año, Cuba llevará a 149 atletas. México 85. Sin embargo, de México van 170 “delegados”, con todos los gastos pagados (incluidos paseo a la Gran Muralla, el Palacio de Verano, el Templo del Cielo y la Ciudad Prohibida). Entre los “delegados” están la esposa e hijos de Carlos Hermosillo, la esposa del Tibio Muñoz, el dueño de la empresa Atlética, que hace los uniformes deportivos del contingente, así como su esposa e hijos, y una larga lista de personas ajenas al evento, algunas de las cuales no tienen relación alguna con el deporte.
Recordando la historia reciente, el pretexto para la salida “digna” de Ana Guevara de las pistas (esa es oootra historia) fue el ridículo que en el Mundial de Atletismo Osaka 07 causaron los colados de la delegación mexicana: varios directivos se dedicaron a sacar fotocopias en color de los gafetes para acreditar a personas ajenas al grupo, lo que ocasionó una protesta formal del gobierno japonés, y el oso internacional de México. Ahora no sacaron fotocopias, mejor lo hicieron a la mexicana, “legalizando” la transa desde acá.
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