Conciencia

jueves, 27 de diciembre de 2007

Jueves 27/dic/07: Uruguashos




I: Buenos días
El único edificio en Montevideo que no está grafiteado se encuentra en la esquina de Gaboto y la Rambla: sobre un mástil ondea la bandera de las barras y las estrellas. El resto de la ciudad es un libro, escrito por cientos de manos anónimas. La pinta de paredes es un deporte nacional y casi una obligación cívica. A través del graffiti, los montevideanos promueven la votación o anulación de leyes, invitan a marchas, envían mensajes políticos, declaran su amor y se ponen poéticos. En el corazón del barrio de Palermo, donde ya el graffiti cubrió completamente las paredes y no hay espacio para una letra más, los grafiteros continuaron con el piso. Las palabras misteriosas de hoy son: de uruguayensis.



II: Consideraciones geográficas
La República Oriental del Uruguay es un país de tres millones de habitantes que se encuentra en el hemisferio sur, entre Brasil y Argentina, de quien la divide el Río de la Plata, que desemboca en el Atlántico. Efectivamente, el agua de los baños corre para el lado "contrario". El cielo nocturno es distinto al que vemos en México, y los cuernos de la luna apuntan para el lado "opuesto". Hace unos días empezó el verano, que se manifiesta con unos calores que hacen que no extrañe el clima colimense. Su capital es Montevideo, donde se concentra poco más de la mitad de la población del país. No hace falta consultar las estadísticas para darse cuenta de que Uruguay es un país de viejos. Eso se ve en las calles.



III: "Che vos, mexicano, vení"
El español uruguayo en un principio puede sonar muy parecido al argentino, pero tiene algunos matices de diferencia. Para los uruguayos, es muy importante pintar su raya con los argentinos, de la misma manera que un canadiense deja claro que no es gringo. Con todo, en ambas orillas del Río de la Plata se comparten conjugaciones y muchas palabras y verbos endémicos, a veces con salpicaduras de lunfardo, la lengua del tango. Las cuestiones lingüisticulinarias son otra historia. Cuando pregunté que qué eran las arvejas, me explicaron "son como porotitos en chauchas". Ah bueno, dije yo. Arvejas, pomelo, ananá, palta, zuccini, choclo, boniato, zapallitos; diferentes vegetales algunos, diferentes nombres otros.



El uruguayo no parece un pueblo particularmente devoto, comparado con el mexicano, pero sí se encuentra una gran diversidad religiosa. Hay una mayoría cristiana, repartida en distintas sectas (Católica, Científica, Evangelista, etc), y, al igual que en México, y tal vez más vistosamente que allá, abundan los antiguos cines y galpones convertidos en sucursales de la franquicia brasileña que pregona el "Pare de sufrir".



Al escuchar "México", la primera referencia de los uruguayos es el Chavo del Ocho, que todavía se sigue transmitiendo en la tele local. Luego, Cantinflas, Pedro Infante, Jorge Negrete y Tintan. Entre Televisa y los charros cantores, la gente se ha creado una particular imagen del mexicano, que, para ellos, usa sombrero y dice siempre "oye manito". Dice la abuela de mi mujer, que va por los 92 años: "Ay, yo cómo quisiera ir a México, hay unas haciendas tan hermosas allá..."



IV: "Yo adivino el parpadeo"
En Toulouse, al sur de Francia, vi en pleno centro de la ciudad un mural dedicado a Carlos Gardel, donde se explicaba que su verdadera nacionalidad era francesa, y que él había nacido ahí, en esa ciudad de adoquines rosas levantada a la orilla del río Garonne. En Argentina, cualquier alusión a la idea de que el cantor de tango no era bonaerense es tomada como ofensa. En Uruguay, a nadie se le puede discutir la verdad histórica de que Gardel era uruguayo, y cuidadito con intentar hacerlo. Gardel, me han explicado diversas instancias autorizadas, era hijo natural nacido de una casa incestuosa y respetable, de manera que fue dado a cuidar a una meretriz francesa que lo crió como suyo. Si bien nadie discute acá que su éxito vino cuando él estaba en Argentina, se defiende ferozmente la cuestión de su nacionalidad.



Hay mucha buena música por estos rumbos, ya hablaremos con calma de esta y otras cuestiones artísticas. Los sigo leyendo desde acá: ernesto@cuerdacueroycanto.com. El blog no ha sido actualizado, pero ahí está: ernestocortes.blogspot.com.

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