miércoles, 12 de diciembre de 2007
Jueves 13/dic/07:Buenos Aires
I: Buenos días
En el vuelo Colima-DF de pronto se escucha la voz del capitán: “maestro mecánico, maestro mecánico, por favor repórtese a la cabina de control, maestro mecánico…”. El maestro mecánico, vestido con mono y gorrita de mecánico, se levanta de su asiento y avanza a la cabina. Todos los pasajeros nos volteamos a ver. Uno le pregunta a la sobrecargo si hay algún problema. Ella dice “no, no creo”, y sigue repartiendo bebidas y cacahuates. La sutileza de los empleados de Mexicana, pues. Las palabras misteriosas de hoy son: primeras impresiones.
II: ¿Y su visa, señor Cortés?
Si van a viajar a Sudamérica, les recomiendo ampliamente que lo hagan por Varig, aerolínea brasileña donde se toman muy en serio eso de dar un buen servicio. Al sobrecargo solo le faltó darme a oler el corcho antes de servirme el vino tinto que ceremoniosamente abrió y me dio a aprobar. El primer vuelo DF-Sao Paulo no fue precisamente un éxito comercial: éramos 17 personas y un perro para todo el avión. Sí, un perro. Nunca había visto que llevaran a un perro dentro del avión, pensé que siempre los ponían en una jaula, los dormían, y los acomodaban junto a las maletas. El perro, tranquilo, hasta eso, no dijo ni guau en las 12 horas de vuelo.
Al llegar a Brasil, oh sorpresa, los mexicanos necesitamos visa para entrar, al contrario de lo que me dijeron en la agencia de viajes. Mi mujer se burló de lo lindo, porque en su calidad de ciudadana del Mercosur, a ella no le piden nada. De todos modos, de ida la idea era nada más tomar el avión a Buenos Aires, pero de regreso, si quiero quedarme, como es el plan, tendré que gestionar mi visa antes. Resulta que para Lula, los mexicanos entramos en la misma categoría que los gringos a la hora de la cuestión migratoria. Recordemos que cuando Estados Unidos impuso hace varios años como condición que todos los que pasaran por su territorio fueran fotografiados y sus huellas digitales tomadas, Lula hizo lo propio con los ciudadanos norteamericanos que pisaran Brasil, en gesto de reciprocidad. A un piloto de American Airlines que, de chistosito, se le ocurrió salir en la foto mostrando el dedo medio, lo metieron a la cárcel y lo multaron, lo cual casi provoca un conflicto diplomático entre los dos países.
III: Mi Buenos Aires querido
“Y, si tenemos suerte, hacemos 40 minutos, pero si nos toca el piquete que viene rumbo al aeropuerto, nos vamos a quedar aquí todo el día, ¿viste?”, nos dijo el taxista. El “piquete” era una manifestación que venía marchando rumbo a la terminal aérea. El primer día de Cristina Fernández de Kirchner y ya empiezan las protestas. “Y, los argentinos protestamos de todo, ¿viste?, por eso a mi no me gusta llevar en el taxi argentinos, porque de todo están puteando y todo es mi culpa; que si hay tráfico, es culpa mía, que si hay un piquete, es culpa mía…”.
Frente al Obelisco, símbolo de la ciudad, en el cruce de Corrientes y 9 de Julio, me encuentro un letrero de Telmex. Me cuentan también que el doctor Simi ya anda por acá, aunque todavía no se dejan ver las botargas.
En la primera plana de los periódicos aparece la foto de la nueva presidenta, Cristina Fernández. Lo curioso es que la foto preferida es esa que muestra el momento en que su esposo, Néstor Kirchner, le está entregando el bastón de mando, que ella sostiene con dos manos, mientras él sigue manteniendo la mano derecha agarrando la simbólica vara y la izquierda sobre el hombro de ella. Platicando con mis amigos argentinos, estoy empezando a entender cómo va esa cuestión, ya les contaré.
Leo que Calderón presentó un plan para “hacer rentable la cultura” y para beneficiar a los artistas. Yo no le creo. Le creería si empezara por modificar el absurdo régimen fiscal que se cierne sobre nosotros, si quitara aranceles de las becas y fondos federales, si las leyes se modificaran para que los productos culturales creados con apoyo gubernamental puedan ser vendidos a un precio digno, en fin. Todo empieza con Hacienda. Si quieren ayudar a los artistas, hay que empezar por ahí. Lo demás será palabrería, como siempre.
Estamos en la red: ernestocortes.blogspot.com. Los leo desde acá: Ernesto@cuerdacueroycanto.com. Por cierto, este domingo dimos en el Teatro Hidalgo un concierto con mi grupo, que se llama CuerdaCueroyCanto, no Cerda, cuero y canto, como dice el pie de foto del Ecos de ayer. Saludos.
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