Conciencia

lunes, 24 de agosto de 2009

Lunes 24/ago/09: Corriendo sin balón: Nican mopohua

Publicado originalmente en www.ColimaFutbol.com


El mundo del atletismo, en particular de las pruebas de velocidad, se ha visto empañado desde hace un par de décadas por los escándalos relacionados con las drogas ilegales a las que muchos corredores han recurrido para mejorar su rendimiento o para acelerar la recuperación de lesiones. Hoy se sospecha que algunos records de pista establecidos en los 70s y 80s fueron realizados por atletas que consumían esteroides y otras drogas, y que pasaban por encima de los controles antidoping gracias a la vista gorda de las federaciones locales. Esta sospecha pesa, por ejemplo, sobre la cabeza de Marita Koch, la velocista de lo que entonces se llamaba Alemania Oriental que se convirtió, en 1979, en la primera mujer en correr los 200 metros por debajo de 22 segundos, y que a la fecha sigue ostentando el record de 400 metros, con un inalcanzable 47.60 marcado en 1985 (como referencia, la mejor marca de Ana Guevara fue de 48.89).

Los 80s fueron campo fértil para las drogas en las pistas. Como entonces no existía la tecnología para detectar sustancias que hoy es obligatoria en todas las competencias, solamente algunos de los usuarios de sustancias prohibidas fueron sorprendidos en la movida. El más famoso de esos casos, sin duda, fue el del canadiense Ben Johnson, quien en 1987, en Roma, había registrado un fabuloso 9.83 en los 100 metros planos, y al año siguiente, en las olimpiadas de Seúl, arrasó con un 9.79 que a los dos días sería invalidado porque se le detectó stanozolol en la orina, un esteroide anabólico derivado de la testosterona que ayuda al crecimiento muscular y a la producción de glóbulos rojos. Esta droga, por cierto, también fue usada en su momento por los futbolistas Salvador Carmona y Aarón Galindo, el luchador Rey Misterio, y el beisbolista Barry Bonds.

Las dos décadas siguientes vieron la continuación de los casos de doping en las pistas, y la desgracia para algunos corredores que no solo fueron castigados con vetos deportivos, sino que fueron a dar a la cárcel. Al inglés Linford Christie (9.87) se le encontró seudoefedrina en las olimpiadas de Seúl 88, y luego nandrolona en 1999, lo que llevó a que el comité olímpico de su país decidiera no volverlo a enviar a una olimpiada.

El 9.78 del norteamericano Tim Montgomery en 2002, que entonces fue considerado record mundial, fue anulado cuando se comprobó que había usado sustancias prohibidas, y de hecho actualmente está cumpliendo una condena de casi 10 años de prisión por distribuir heroína y por fraude. La que por varios años fue pareja de Montgomery (y madre de su hijo), la también velocista Marion Jones, en su momento fuera la reina de las pistas y obtuvo 5 medallas en Sydney, pero tuvo que regresar sus preseas y cumplir una condena de 6 meses en prisión por mentir sobre su uso de drogas ante un jurado federal (perjurio, el mismo delito por el que ya le andaba a Bill Clinton). Mucho se rumoró que la prematura muerte de la reina anterior, Florence Grifith-Joyner (10.49, RM) tuvo que ver con las drogas prohibidas, aunque nunca fue descalificada retroactivamente, como ocurrió a Jones.

Un caso muy peculiar es el de Maurice Green (9.79), a quien durante su carrera activa nunca se le detectaron drogas en la sangre, pero que el año pasado fue acusado de comprar sustancias ilegales para mejorar su rendimiento. Lo curioso del caso es que la acusación vino de quien presuntamente le vendió las drogas por $10 000 dólares: el lanzador de disco Ángel Guillermo Heredia, mexicano.

La exigencia del deporte-negocio actual es tan alta, que para muchos atletas la única manera de mantenerse en las primeras líneas es acudiendo al mejoramiento químico —e ilegal— de sus metabolismos. Es por eso que resulta tan reconfortante para el panorama la aparición de Usain Bolt, un atleta que hasta la fecha ha pasado todos los controles antidoping y que se ha posicionado como el mejor velocista del mundo actualmente. Esta semana, en el Mundial de Atletismo que se celebra en Berlín, el jamaiquino Bolt rompió los récords de 100 y 200 metros con marcas que hace algunos años hubieran sido consideradas fuera del alcance humano.

En los 100 metros, Bolt paró el cronómetro a los 9.58 segundos, rompiendo una barrera que hasta ese entonces se consideraban no solo infranqueable, sino de fantasía: la del 9.60. Para mayor sorpresa, el jueves de esta semana Bolt corrió los 200 metros en 19.19, que equivale a correr dos “cienes” continuos sosteniendo la velocidad de 9.59, sin parar. Eso equivale a más de 10 metros por segundo y a más de 3 metros por zancada, algo que está muy alejado de las posibilidades del corredor común y corriente.

Usain Bolt, a menos que se demuestre lo contrario en los meses y años por venir (esperemos que no) representa actualmente lo más elevado del desempeño humano sobre una pista de carreras, sin la ayuda de las drogas que tan mala imagen han dado al atletismo en las últimas décadas. No son exagerados los homenajes y las alabanzas de los que es objeto en estos días; antes bien, los que estamos en el deporte debemos agradecer su ejemplo, y buscar, desde nuestras modestas posibilidades, seguirlo.

Los leo: ernesto@cuerdacueroycanto.com. Este y otros artículos en: ernestocortes.blogspot.com.


Más sobre este tema: Columna Lítica: Correlones y mañositos


Bonus track: Marita Koch corriendo para el record de 400 m.


sábado, 22 de agosto de 2009

Sábado 22/ago/09: Oye vale, de Mariano Aparicio


I: Buenos días
El día de la foto, yo me decidí por el bajo eléctrico y mi mujer por el Skeletor. Ataviados con nuestras galas domingueras, nos dirigimos al Jardín Libertad, donde el fotógrafo Mariano Aparicio había montado su estudio móvil y se daba a la tarea de retratar uno tras otro a cientos de colimenses, como parte de su proyecto Oye vale. El Skeletor es un esqueleto de plástico, de tamaño natural, que adorna nuestra sala, y que nos sirve para estudiar anatomía; primero lo rodamos colgado de su base, por el Jardín Núñez, pero en la Madero el adoquín hizo que fuera más práctico llevarlo cargando. Ahí se puso divertido, con los policías que me veían llevando abrazado un esqueleto y se debatían entre la sorpresa, la curiosidad, y el deber policiaco de olfatear el posible delito (“¿será de verdad?”). Al final nos fotografiamos con nuestros respectivos instrumentos, y pasamos a formar parte del archivo de imágenes de los más de 10,000 colimenses y sus oficios, profesiones y gracias. Las palabras misteriosas de hoy son: fotografías, teatros, blog.

II: Clic clic clic, el retrato ya salió
“Se necesitan dos locos para una cosa así: uno para que lo proponga, y otro para que lo apoye”, dice Mariano Aparicio, refiriéndose al secretario de Cultura, Rubén Pérez Anguiano, quien abrazó el proyecto de hacer sesiones fotográficas con miles de colimenses que posaron con un instrumento, herramienta, vestuario u objeto relacionado con su modus vivendi. Todo el mundo acudió a tomarse la foto: del el churrero al diputado, del empresario encorbatado al loco de la Madero, del mariachero de botanero al concertista de teatro. Lo que hasta ahora hemos podido ver de esta gigantesca colección nos da un adelanto del mosaico tan variado que resultaremos ser en la exposición que se inaugura hoy por la tarde.

En la Pinacoteca Universitaria, algunos meses antes de lanzarse a hacer Oye vale, Aparicio presentó una exposición de retratos de personajes relevantes en muy distintos campos del quehacer nacional, todos posando con el mismo teléfono. Luego, montó en el teatro Hidalgo una colección de desnudos tomados durante el período de reconstrucción del teatro. Ahora, regresa a las exposiciones con algo inédito en Colima: la exhibición de miles de fotos que dan cuenta de cómo somos en este momento. Dicen que le pensaron un rato para decidir el formato del montaje, cosa nada fácil para una exposición de este vuelo; dicen que el resultado fue muy bueno y que va a ser una sorpresa agradable. Hoy se presume esta exposición a partir de las 7:00 de la noche, en el Jardín Libertad.

Ya que hablamos de cosas felices, mañana se celebrará la reapertura del Teatro al Aire Libre de Casa de la Cultura, espacio que fue ampliamente mejorado y que tiene muchas novedades que harán las delicias de los artistas escénicos locales, y del público asistente. Está programada una primera temporada de espectáculos de danza con compañías colimenses, ya les contaremos de ello.

III: El bló
Como habrán notado los lectores en red, la versión en hipertexto de esta columna ha ido creciendo y enriqueciéndose con más fotografías, más enlaces y referencias a los asuntos que se tocan en cada episodio de la Columna Lítica, y contenido exclusivo para los lectores en red, como unas embarraditas de humor escocés, documentales y otros videos de interés. Si usted nunca se ha asomado a leer esta columna en internet, le invito a hacerlo. Estamos en la red: ernestocortes.blogspot.com. Los leo: ernesto@cuerdacueroycanto.com

lunes, 17 de agosto de 2009

Martes 18/ago/09: Usain Bolt hace historia en 9.58 segundos


I: Buenos días
Para los que gustamos del atletismo, estos son días de fiesta, pues se está celebrando en Berlín el campeonato mundial de la especialidad, y como cada dos años, es tiempo de ver records caer, heroísmos surgir, e historia ser reescrita. Por lo pronto, lo que sin duda pasará a la historia de Berlín 09 será el récord de 100 metros planos que este fin de semana impuso Usain Bolt, el jamaiquino que ya dos veces había establecido nueva marca en esta carrera, y que además tiene los títulos (y los récords) olímpicos de 100, 200, y 4x100. Para México hubo finalmente algo qué celebrar en la caminata: Eder Sánchez obtuvo la medalla de bronce en los 20k de caminata, viniendo de atrás y haciendo una carrera inteligente. Vamos a ver qué tal nos va en los 50k, el viernes. Las palabras misteriosas de hoy son: atletismo, marcas, premios.

II: Pasos de tres metros
Recuerdo cuando Ben Johnson llegó primero en los 100 m de las olimpiadas de Seúl ‘88, parando el cronómetro en 9.79 segundos, nueva marca mundial que entonces parecía sobrehumana y que, se comprobaría en dos días, era de hecho ilegal, porque Johnson había consumido sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento. La medalla iría para Carl Lewis, con un lejano 9.92, que de todas formas era el record mundial a la fecha. Apenas 20 años después, ya se le habían bajado 20 centésimas al reloj, con un 9.72 marcado por el novato Usain Bolt en la que apenas era su tercera carrera profesional de 100 m, en mayo de 2008. Unos meses después, las olimpiadas de Beijing verían caer el record en pies del mismo Bolt, con un extraordinario 9.69 que hubiera sido aún menos si el corredor no hubiera bajado el ritmo y empezado a celebrar antes de la línea de llegada.

Este fin de semana, no solo cayó nuevamente el récord mundial, otra vez por obra de Usain Bolt, sino que la marca ha puesto a pensar seriamente a la comunidad de la ciencia aplicada al deporte sobre si existe un “límite” para el performance en las carreras de velocidad: los 9.58 del domingo 16 de agosto modifican lo que hasta entonces se pensaba del desempeño humano, y pone en segundo plano el esfuerzo de corredores tan impresionantes como el norteamericano Tyson Gay (9.71) y el también jamaiquino Asafa Powell (9.74), quienes quedan empequeñecidos ante el monstruo al que la prensa europea califica de “extraterrestre” y de “enviado del futuro”.

Para los lectores no tan familiarizados con estos cáculos y apreciaciones, la carrera puesta en manzanas es más o menos así: Usain Bolt corrió 100 metros en 9.58 segundos, dando 33 zancadas de 3.3 metros cada una, a un ritmo de un poco más de tres pasos por segundo, para una velocidad de 37.6 km/h, es decir, más de 10 metros por segundo; si estuviéramos parados a un lado de la pista, solo veríamos pasar una mancha borrosa frente a nuestros ojos. El nuevo campeón mundial ha bravuconeado con que puede bajar hasta el 9.40. Un científico hace 10 años, o incluso hace 5, se hubiera reído, pero Bolt ha venido a cambiar el panorama. Por cierto, este viernes Usain Bolt cumple apenas 23 años, y puede que celebre con otro par de medallas doradas: los 200m y el 4x100.

sábado, 15 de agosto de 2009

Sábado 15/ago/09: El Unabomber




Letters from Ted Kaczynski, extracto de Das Netz

I: Buenos días
Hubo un tiempo, hace unos 10 años, en que los tres peores terroristas que hasta entonces habían conocido los Estados Unidos, eran vecinos en el bloque de celdas conocido como celebrity row en la prisión de “supermáxima seguridad” de Florence, Colorado: Timothy McVeigh, Ramzi Ahmed Yousef, y Ted Kaczynski, mejor conocido como el Unabomber. Los dos primeros purgaban condenas por los bombazos de Oklahoma y el World Trade Center, respectivamente (y McVeigh sería ejecutado), mientras que el último era toda una pinturita: había enviado por correo 16 bombas entre el ‘78 y el ’95, matando a 3 e hiriendo a 23. Sin embargo, a diferencia de sus compañeros de crujía, el Unabomber tenía un objetivo muy claro, y mataba no indiscriminadamente siguiendo a la víscera, sino selectivamente, guiándose por el intelecto (que no le faltaba): para él, era urgente frenar la tecnología y detener el avance hacia la industrialización. Por eso, los blancos de sus ataques eran científicos, investigadores, y empresarios de la industria tecnológica y del transporte. Las palabras misteriosas de hoy son: puro personaje, 2ª parte.

II: El pez por su boca muere / El guardían de su hermano
Durante sus 17 años de acción, el Unabomber se mantuvo en la sombra del misterio. Atrapar al Unambomber representó la operación más larga y costosa que hasta entonces había desplegado el FBI. Aparte de las iniciales “FC”, que el terrorista dejaba a manera de firma en cada bomba, no tenían idea de a quién estaban persiguiendo (luego se sabría que FC quería decir “Freedom Club”, y tiempo después, de ahí tomaría inspiración Chuck Palaniuk para su novela Fight Club). En 1995, el Unabomber aseguró, a través de varias cartas, que si un periódico de circulación nacional le publicaba su manifiesto La sociedad industrial y su futuro, abandonaría el terrorismo. Esta opción fue considerada seriamente por las autoridades, y al final se decidió permitir la impresión en el New York Times y el Washington Post, con la esperanza de que alguien reconociera el estilo y lo denunciara.

El manifiesto fue publicado. De notar, dijeron los que lo transcribieron, era que el texto, escrito en una máquina mecánica, no tenía un solo error de dedo o de ortografía en sus 35,000 palabras. Lo que nadie se esperaba es que fuera el propio hermano del terrorista quien reconocería el estilo del escrito y aparecería para denunciarlo y hacer efectiva la recompensa de un millón de dólares que ofrecía el FBI. Así, se supo que el Unambomber era Ted Kaczynski, graduado de Harvard en Matemáticas (a donde ingresó a los 16 años), con doctorado de la Universidad de Chicago, ex profesor de Berkeley a los 25 (el más joven en la historia de esa escuela), y autor de varios artículos publicados en journals de matemáticas. Vivía en una cabaña aislada en el bosque de Montana, sin electricidad ni agua, comiendo lo que cazaba y recolectaba, tras más de una década de haber renegado de la vida civilizada. Pregonaba la revolución contra la vida industrializada, y vivía acorde con ello.

Plenamente identificado como autor de los bombazos (e incriminado por la cantidad de pruebas halladas en su cabaña), Kaczynski rechazó la defensa por locura que pretendía usar su abogado, y terminó declarándose culpable de todo, y recibiendo cadena perpetua, sin posibilidad de liberación bajo palabra.

III: A la reja
Hoy en día, Kaczynski es uno los presos con mayor actividad intelectual en Estados Unidos: dedica la mayor parte de su tiempo al profuso volumen de correspondencia que mantiene, en inglés y en alemán, con investigadores, académicos, fans y críticos. En 2003, fue uno de los protagonistas de Das Netz, un peculiar documental alemán que dedica un buen segmento al intercambio epistolar entre el terrorista convicto y el director del film, Lutz Dammbeck. Leyendo sus cartas y sus escritos, resulta fascinante la dialéctica y el intelecto de Kaczynski, aunque no deja uno de recordar que se trata del terrorista más prolífico en la historia de nuestros vecinos del norte. Con todo, es un caso que ejemplifica las contradicciones de un sistema y una cultura que han dejado mucho qué desear.

Estamos en la red: ernestocortes.blogspot.com. Los leo: ernesto@cuerdacueroycanto.com
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Para los lectores en red, ahi va completo el documental Das Netz (por partes, pero completo)



sábado, 8 de agosto de 2009

Sábado 8/ago/09: When stories collide: Art Barr, Paula Jones, Tonya Harding.

I: Buenos días
Un encuentro que todos los viejos aficionados a la lucha libre tenemos grabado y que, inevitablemente termina saliendo a la plática, es la histórica lucha máscara contra máscara de Blue Panther y Love Machine en el ‘92. Como recordarán los que saben, la rivalidad entre los dos gladiadores llegó a su punto climático con un mano a mano en el que se dieron con todo. La lucha se definió en la segunda caída cuando, agotadísimos ya los dos, a Love Machine se le ocurrió aplicarle un martinete a su contrincante, y Roberto El Güero Rangel lo descalificó de inmediato. El hombre ya sin máscara reveló entonces que su nombre real era Art Barr, que era originario de Oregon, y que llevaba 5 años luchando — no dijo entonces que en Estados Unidos ya no tenía licencia para luchar, ni que había sido encontrado culpable de violación años antes. Se fue del CMLL a la AAA, y formó con Eddie Guerrero la que sería una de las parejas de rudos más memorables y carismáticas en la historia del pancracio nacional. Art Barr murió en 1994 por sobredosis de drogas y alcohol. Las palabras misteriosas de hoy son: puro personaje.

II: “I did not have sexual relations with that woman
Cuenta ella, y él ya no lo niega, que la noche del 8 de mayo de 1991, fue llevada a un cuarto de hotel en Little Rock, Arkansas, donde la esperaba el entonces gobernador Bill Clinton. Éste le hizo proposiciones indecorosas y se bajó los pantalones. Paula Jones, empleada del gobierno estatal, dijo que con permiso, ya me tengo que ir señor gobernador, y 2 años y 363 días después demandó al ya para entonces presidente de Estados Unidos por acoso sexual. Esa demanda no llegaría al juicio, gracias a 850,000 dólares pagados por Clinton a manera de “acuerdo” (de los cuales Jones solo pudo ver 151 mil, porque el resto lo pagó de abogados), pero abriría una cloaca que le costaría a Clinton mucho más: en los interrogatorios del caso, el Presidente declaró que no había tenido relaciones sexuales con una tal Monica Lewinski, lo cual luego resultó mentira, cuando se supo del famoso vestido azul que la becaria había guardado. El resto es historia conocida.

No tan conocido fue el destino de Paula Jones, que creía que se iba a hacer rica, pero no. Sus apariciones esporádicas después de eso no fueron muy auspiciosas que digamos: de posar para la revista Penthouse a terminar boxeando por unos cuantos dólares, Jones se ganó una reputación de trailer park trash que no la ha dejado. En unos meses va a salir, de ella misma, en la película de bajo presupuesto The blue dress.

III: “Why?”
Aunque Tonya Harding era una muy buena patinadora, siempre pasaba algo en sus presentaciones: que se le rompía una agujeta, se le desacomodaba una cuchilla del zapato, en fin. El más famoso de los incidentes, sin embargo, vino en el Campeonato Norteamericano de Patinaje de Figura 1994, cuando un individuo contratado por el ex esposo de Harding golpeó con un bastón las rodillas de Nancy Kerrigan, su principal rival sobre el hielo, con la intención de impedirle competir. Aunque Harding confesó su parte en la conspiración, amenazó al Comité Olímpico con un escándalo legal si la sacaban de la selección para asistir a Lillehammer, y mantuvo su lugar en el equipo (aunque luego tuvo que pagar una multa, 500 horas de servicio comunitario, y pasó 3 años en libertad condicional). En las olimpiadas, Harding quedó en octavo. Kerrigan, recuperada de su lesión, obtuvo la medalla de plata.

De ahí en adelante, la vida de Tonya Harding fue dando tumbos entre incidentes de lo más bizarros: poco después de la olimpiada, apareció en el mercado un video porno filmado por ella y su ex esposo (quien lo comercializó), y del 94 a la fecha se ha visto envuelta en una larga lista de encontronazos con la justicia, pisando la cárcel en una ocasión. Sin embargo, dos historias resaltan del torbellino, y curiosamente las dos tienen que ver con rings de pelea: en 1994, poco antes de la muerte del luchador, Harding hizo una aparición pública con Art Barr, en la Arena México, fungiendo como su manager; luego, en 2002, la ex patinadora se enfrentó con guantes a Paula Jones en una pelea transmitida por Fox: le puso, como se dice en la calle, una golpiza de perro bailarín.

Estamos en la red: ernestocortes.blogspot.com. Los leo: ernesto@cuerdacueroycanto.com

miércoles, 5 de agosto de 2009

Humor para iniciados: Craig Ferguson

This is one of the finest TV moments I can remember seeing. Craig Ferguson, "the Scottish Conan guy", at his best, figuring out why everything sucks. Video courtesy of Malinky.


This longer monologue was actually shot before the previous "intro", you can see by the end of it what train of thought led him to the 3 min piece and the conclusion about the Jonas Brothers.

As I said, humor para iniciados, but initiation is free anyway.