Conciencia

sábado, 8 de agosto de 2009

Sábado 8/ago/09: When stories collide: Art Barr, Paula Jones, Tonya Harding.

I: Buenos días
Un encuentro que todos los viejos aficionados a la lucha libre tenemos grabado y que, inevitablemente termina saliendo a la plática, es la histórica lucha máscara contra máscara de Blue Panther y Love Machine en el ‘92. Como recordarán los que saben, la rivalidad entre los dos gladiadores llegó a su punto climático con un mano a mano en el que se dieron con todo. La lucha se definió en la segunda caída cuando, agotadísimos ya los dos, a Love Machine se le ocurrió aplicarle un martinete a su contrincante, y Roberto El Güero Rangel lo descalificó de inmediato. El hombre ya sin máscara reveló entonces que su nombre real era Art Barr, que era originario de Oregon, y que llevaba 5 años luchando — no dijo entonces que en Estados Unidos ya no tenía licencia para luchar, ni que había sido encontrado culpable de violación años antes. Se fue del CMLL a la AAA, y formó con Eddie Guerrero la que sería una de las parejas de rudos más memorables y carismáticas en la historia del pancracio nacional. Art Barr murió en 1994 por sobredosis de drogas y alcohol. Las palabras misteriosas de hoy son: puro personaje.

II: “I did not have sexual relations with that woman
Cuenta ella, y él ya no lo niega, que la noche del 8 de mayo de 1991, fue llevada a un cuarto de hotel en Little Rock, Arkansas, donde la esperaba el entonces gobernador Bill Clinton. Éste le hizo proposiciones indecorosas y se bajó los pantalones. Paula Jones, empleada del gobierno estatal, dijo que con permiso, ya me tengo que ir señor gobernador, y 2 años y 363 días después demandó al ya para entonces presidente de Estados Unidos por acoso sexual. Esa demanda no llegaría al juicio, gracias a 850,000 dólares pagados por Clinton a manera de “acuerdo” (de los cuales Jones solo pudo ver 151 mil, porque el resto lo pagó de abogados), pero abriría una cloaca que le costaría a Clinton mucho más: en los interrogatorios del caso, el Presidente declaró que no había tenido relaciones sexuales con una tal Monica Lewinski, lo cual luego resultó mentira, cuando se supo del famoso vestido azul que la becaria había guardado. El resto es historia conocida.

No tan conocido fue el destino de Paula Jones, que creía que se iba a hacer rica, pero no. Sus apariciones esporádicas después de eso no fueron muy auspiciosas que digamos: de posar para la revista Penthouse a terminar boxeando por unos cuantos dólares, Jones se ganó una reputación de trailer park trash que no la ha dejado. En unos meses va a salir, de ella misma, en la película de bajo presupuesto The blue dress.

III: “Why?”
Aunque Tonya Harding era una muy buena patinadora, siempre pasaba algo en sus presentaciones: que se le rompía una agujeta, se le desacomodaba una cuchilla del zapato, en fin. El más famoso de los incidentes, sin embargo, vino en el Campeonato Norteamericano de Patinaje de Figura 1994, cuando un individuo contratado por el ex esposo de Harding golpeó con un bastón las rodillas de Nancy Kerrigan, su principal rival sobre el hielo, con la intención de impedirle competir. Aunque Harding confesó su parte en la conspiración, amenazó al Comité Olímpico con un escándalo legal si la sacaban de la selección para asistir a Lillehammer, y mantuvo su lugar en el equipo (aunque luego tuvo que pagar una multa, 500 horas de servicio comunitario, y pasó 3 años en libertad condicional). En las olimpiadas, Harding quedó en octavo. Kerrigan, recuperada de su lesión, obtuvo la medalla de plata.

De ahí en adelante, la vida de Tonya Harding fue dando tumbos entre incidentes de lo más bizarros: poco después de la olimpiada, apareció en el mercado un video porno filmado por ella y su ex esposo (quien lo comercializó), y del 94 a la fecha se ha visto envuelta en una larga lista de encontronazos con la justicia, pisando la cárcel en una ocasión. Sin embargo, dos historias resaltan del torbellino, y curiosamente las dos tienen que ver con rings de pelea: en 1994, poco antes de la muerte del luchador, Harding hizo una aparición pública con Art Barr, en la Arena México, fungiendo como su manager; luego, en 2002, la ex patinadora se enfrentó con guantes a Paula Jones en una pelea transmitida por Fox: le puso, como se dice en la calle, una golpiza de perro bailarín.

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