Conciencia

sábado, 15 de agosto de 2009

Sábado 15/ago/09: El Unabomber




Letters from Ted Kaczynski, extracto de Das Netz

I: Buenos días
Hubo un tiempo, hace unos 10 años, en que los tres peores terroristas que hasta entonces habían conocido los Estados Unidos, eran vecinos en el bloque de celdas conocido como celebrity row en la prisión de “supermáxima seguridad” de Florence, Colorado: Timothy McVeigh, Ramzi Ahmed Yousef, y Ted Kaczynski, mejor conocido como el Unabomber. Los dos primeros purgaban condenas por los bombazos de Oklahoma y el World Trade Center, respectivamente (y McVeigh sería ejecutado), mientras que el último era toda una pinturita: había enviado por correo 16 bombas entre el ‘78 y el ’95, matando a 3 e hiriendo a 23. Sin embargo, a diferencia de sus compañeros de crujía, el Unabomber tenía un objetivo muy claro, y mataba no indiscriminadamente siguiendo a la víscera, sino selectivamente, guiándose por el intelecto (que no le faltaba): para él, era urgente frenar la tecnología y detener el avance hacia la industrialización. Por eso, los blancos de sus ataques eran científicos, investigadores, y empresarios de la industria tecnológica y del transporte. Las palabras misteriosas de hoy son: puro personaje, 2ª parte.

II: El pez por su boca muere / El guardían de su hermano
Durante sus 17 años de acción, el Unabomber se mantuvo en la sombra del misterio. Atrapar al Unambomber representó la operación más larga y costosa que hasta entonces había desplegado el FBI. Aparte de las iniciales “FC”, que el terrorista dejaba a manera de firma en cada bomba, no tenían idea de a quién estaban persiguiendo (luego se sabría que FC quería decir “Freedom Club”, y tiempo después, de ahí tomaría inspiración Chuck Palaniuk para su novela Fight Club). En 1995, el Unabomber aseguró, a través de varias cartas, que si un periódico de circulación nacional le publicaba su manifiesto La sociedad industrial y su futuro, abandonaría el terrorismo. Esta opción fue considerada seriamente por las autoridades, y al final se decidió permitir la impresión en el New York Times y el Washington Post, con la esperanza de que alguien reconociera el estilo y lo denunciara.

El manifiesto fue publicado. De notar, dijeron los que lo transcribieron, era que el texto, escrito en una máquina mecánica, no tenía un solo error de dedo o de ortografía en sus 35,000 palabras. Lo que nadie se esperaba es que fuera el propio hermano del terrorista quien reconocería el estilo del escrito y aparecería para denunciarlo y hacer efectiva la recompensa de un millón de dólares que ofrecía el FBI. Así, se supo que el Unambomber era Ted Kaczynski, graduado de Harvard en Matemáticas (a donde ingresó a los 16 años), con doctorado de la Universidad de Chicago, ex profesor de Berkeley a los 25 (el más joven en la historia de esa escuela), y autor de varios artículos publicados en journals de matemáticas. Vivía en una cabaña aislada en el bosque de Montana, sin electricidad ni agua, comiendo lo que cazaba y recolectaba, tras más de una década de haber renegado de la vida civilizada. Pregonaba la revolución contra la vida industrializada, y vivía acorde con ello.

Plenamente identificado como autor de los bombazos (e incriminado por la cantidad de pruebas halladas en su cabaña), Kaczynski rechazó la defensa por locura que pretendía usar su abogado, y terminó declarándose culpable de todo, y recibiendo cadena perpetua, sin posibilidad de liberación bajo palabra.

III: A la reja
Hoy en día, Kaczynski es uno los presos con mayor actividad intelectual en Estados Unidos: dedica la mayor parte de su tiempo al profuso volumen de correspondencia que mantiene, en inglés y en alemán, con investigadores, académicos, fans y críticos. En 2003, fue uno de los protagonistas de Das Netz, un peculiar documental alemán que dedica un buen segmento al intercambio epistolar entre el terrorista convicto y el director del film, Lutz Dammbeck. Leyendo sus cartas y sus escritos, resulta fascinante la dialéctica y el intelecto de Kaczynski, aunque no deja uno de recordar que se trata del terrorista más prolífico en la historia de nuestros vecinos del norte. Con todo, es un caso que ejemplifica las contradicciones de un sistema y una cultura que han dejado mucho qué desear.

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Para los lectores en red, ahi va completo el documental Das Netz (por partes, pero completo)



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