Conciencia

lunes, 16 de febrero de 2009

Sábado 14/feb/09: Narcocartulinas


I: Buenos días
Hace cosa de un par de años, los consorcios que transmiten por televisión eventos deportivos alrededor del mundo diseñaron un plan para desalentar las irrupciones a las canchas por parte de aficionados. Acá en México no se da mucho, pero en Europa y Norteamérica no es tan extraño que aficionados exhibicionistas (a veces con poca o nula vestimenta) se metan al empastado, emparrillado o arcilla en pleno juego, sea para saludar a su jugador favorito, agredirlo (material o simbólicamente, con una bandera, como le hicieron a Figo en la final de la Euro ‘04) o nomás por hacer la daga y lucirse. La estrategia para evitar que más espontáneos se lanzaran al campo consistió en ignorarlos. Como lo que estas personas buscan es la satisfacción momentánea de exhibirse ante millones de congéneres vía televisión, el mejor contraataque resulta, precisamente, no darles la oportunidad de aparecer en las pantallas. Así, cuando hoy en día un aficionado interrumpe un encuentro deportivo, durante la transmisión en vivo se hace zoom out o se enfoca una panorámica ajena al incidente, de modo que el intruso no tenga la publicidad que busca - excepto, claro, cuando el susodicho es tacleado por un jugador, en cuyo caso la fama fugaz es inevitable. Las palabras misteriosas de hoy son: publicidad, narcomensajes, medios.

II: Sí cómo no, nosotros pasamos su recado
En su columna del miércoles pasado, el exgobernador Fernando Moreno señala que la violencia “no la generan los que libremente expresan sus puntos de vista sobre el tema, porque la violencia y las ejecuciones no se dan en las páginas de los periódicos, sino en las calles y ciudades de Colima”. Hay, hasta cierto punto, algo de razón en esta visión de las cosas. Ciertamente, ninguno de los columnistas colimenses sale a la calle con una pistola para balear gente; lo nuestro es leer (en el sentido literal y en el trascendental, de leer los signos de nuestra realidad), pensar (aunque hay a quienes no se les da mucho eso de la sinapsis), y escribir sobre lo que vemos desde nuestros diversos puntos de vista. Sin embargo, en esta aseveración también hay implícito un lavado de manos que soslaya la responsabilidad de los medios —y de los que los hacemos— en la construcción de este clima de inseguridad y violencia. Los que escribimos no matamos a la vaca, pero bien que le jalamos la pata.

El tema es demasiado amplio como para extenderlo en los 3800 caracteres que tiene de cuota la Columna Lítica, así que trataremos de ponerle luz a una sola de las aristas de esta cuestión a través de un ejemplo local, reciente y doloroso. Quienes mataron a un policía de barrio la semana pasada, y dejaron una cartulina con un mensaje amenazador junto al cuerpo, ganaron por partida doble: por un lado, le dieron un macabro mensaje a todo ciudadano que se atreva a denunciar a la policía la comisión de un ilícito, y por otro, utilizaron a los medios como si fueran su oficina de comunicación social. Los periódicos, por supuesto, no se resistieron a la tentación de transcribir el narcomensaje, haciéndoles así el favor a los delincuentes, que de manera contundente hicieron ver su punto ya no a un grupo de asustados vecinos, sino a miles de colimenses (y encima, el Diario les colaboró a la creación del clima de terror, publicando al muerto en primera plana, con todo y charco de sangre).

Hay muchas cosas en juego, por supuesto que está el deber informativo, la libertad de expresión y la línea editorial que cada empresa decide, pero también, en este particular caso, hay una paradoja muy compleja: si los medios se abstuvieran de publicar los narcomensajes, desalentarían la proliferación de los mismos. Pero como los medios (unos mucho más que otros) están ansiosos de noticias escandalosas que vendan, sin darse cuenta —o sin importarles— colaboran con los delincuentes al ayudarles a pasar el mensaje y seguir construyendo el clima de terror en el que sus actividades son más propicias y su poder se afianza. Creo que vale la pena, como periodistas, que comencemos a pensar de otra manera frente al clima que estamos viviendo.

Estamos en la red: ernestocortes.blogspot.com. Los leo: ernestocortes@itesm.mx

1 comentario:

Miguel Aram dijo...

Excelente punto de vista. Es verdad que los medios influyen muichísimo, quizá más de lo que nos damos cuenta, en la forma en la que la sociedad ve y "entiende" ciertos temas.

Ojalá estos detalles se tomaran en cuenta. Un saludo