Conciencia

viernes, 18 de abril de 2008

Sábado 19/abr/08: Memorias



I: Buenos días
“…Ese mismo día, al principio del combate, íbamos por la vía en un punto que se llama La Galaiza y entre los soldados muertos había también mujeres heridas y muertas. Por curiosidad me acerqué al cadáver de una mujer y me fijé que algo se movía. Me di cuenta que era una criatura que empapada en sangre se encontraba viva al lado de la mamá. Me bajé del caballo, la levanté y me la llevé abrazadita en la cabeza de la silla, pues la niña estaba ilesa, la sangre era de la mamá que estaba muerta con un balazo en la espalda. Confieso con verdad que me vi muy comprometido, porque a cada paso el gobierno nos hacía resistencia y nos hacía dar media vuelta, a tal grado que me daban ganas de tirar a la niña, pero me causaba mucha lástima y no me animaba. Así me toco ir peleando desde la Galaiza, Tepiojuma y San José Taruel y al pasar por unas chozas de Huiluco llamé a una señora y le supliqué que la recibiera, diciéndole la forma en que la había levantado, y sin poner pretextos la buena señora (una indita), se hizo cargo de la huerfanita. Jamás llegué a saber de la niña y conservo el recuerdo como una buena acción humanitaria”. Las palabras misteriosas de hoy son: Memorias de un Revolucionario.

II: Infancia
Yo de niño pensaba que todos tenían abuelos que habían estado en la Revolución Mexicana. Crecí con esa noción mis primeros años porque mi abuelo siempre nos contaba anécdotas de sus tiempos como revolucionario, y en la familia se hababa de zapata como un personaje cercano, sin la distancia sacralizadora de los libros de historia. Sería por eso que, cuando me dio a leer sus Memorias, y yo tenía menos de 10 años, no me impactaron tanto ni comprendí su magnitud, como ahora que las releo, dos décadas después.

III: Encuentro con el Caudillo
“…A mediados del mes de agosto (de 1915) estando en el Aguacate, nos dijo el General (Juan Uvera) a todos los muchachos de la escolta, “hijos: quiero mandar un propio a llevarle unos informes al General Emiliano Zapata que se encuentra en Tlaltizapán, Morelos; ¿Quién de ustedes conoce mejor el camino y se arriesga a ir a dicha comisión?” “Yo voy, mi General”, le contesté. “Mira, Sabino —me dijo—, que te hierren bien un caballo que te guste y un macho, para cuando camines por el cerro ensillas el macho y cuando camines por el plan, montas el caballo; aquí está este tubo de hoja de lata con los documentos que vas a llevarle, recomiendo los hagas llegar a su destino; si encuentras al gobierno te escapas como mejor te sea posible, porque si llegas a extraviarlos o te los quitan los carrancistas mejor muere y no vuelvas sin cumplir esta comisión, que es importante y de peligro”. Me extendió un Salvoconducto para las Autoridades Civiles y Fuerzas Zapatistas.

Emprendí el viaje a cumplir con mi cometido y al llegar a Jonacatepec, me informaron que el General Zapata se encontraba en Cuautla, y efectivamente, allí lo encontré. Al llegar al cuartel general solicité en la guardia que deseaba hablar con el General y un oficial me interrogó: “¿Qué asunto traes con él tu, chamaco, y de donde vienes?” Le contesté: “Soy enviado del General Juan Uvera, y vengo del Campamento del Aguacate que está a 40 Kilómetros de la Ciudad de Puebla”.

Dieron aviso de mi solicitud al General Zapata y salió de su despacho a encontrarme al patio y me dice: “¿Como estás, de dónde vienes?”, me extendió la mano y nos saludamos; sentí mucha honra y mucho gusto de entregarle personalmente el tubo con los documentos. Luego me dijo: “¿Cómo los han tratado los carrancistas por esos lugares donde opera la Brigada Uvera?” Le dije, “pues en partes mal y a veces les ganamos nosotros, por lo regular siempre andamos escasos de municiones”. Entonces me dijo: “Le dices a Uvera que pronto le remitiré parque, toma estos cien pesos para tus gastos, mete tus bestias a los pesebres donde están mis caballos y que mis asistentes los arreglen y te den pastura; mañana te presentas como a las l0 para entregarte la contestación de estos documentos”.

Al siguiente día y a la hora indicada me presenté y para pronto me entregó mi tubo con papeles y me dijo “cuídate mucho, me saludas a tu General y dile que les deseo que en todo les vaya bien”. Nos despedimos de mano, fui a los pesebres y ensillé y emprendí mi marcha, contento y agradecido con el General Zapata y muy satisfecho de haber hablado con el gran Caudillo del Agrarismo de la República Mexicana.

IV: El libro
Este lunes 21 presentaré, en el patio central de Palacio de Gobierno, la primera edición de Lo escrito por este revolucionario, libro compuesto por una selección de pasajes tomados de las memorias de Sabino Cortés García, mi abuelo. Esta presentación, inscrita en el marco del Mes Colimense del Libro y la Lectura, es posible gracias al auspicio del Gobierno del Estado, a través del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes, que me apoya desde septiembre del año pasado para realizar la transcripción y edición de este texto. Me acompañarán como presentadores los escritores e historiadores Cristóbal Rodríguez y Víctor Cárdenas. La cita es a las 8:00 de la noche, por si gustan.

Estamos en la red: ernestocortes.blogspot.com. Los leo: ernestocortes@itesm.mx. Próximamente: www.sabinocortes.com.

1 comentario:

Rams dijo...

Suena interesante el libro, más o menos cuánto va a costar xDD para no gastar xp. Hasta luego.