Conciencia

lunes, 6 de agosto de 2007

Martes 7/ago/07:



El 25 de junio de 1906, el arquitecto Stanford White fue asesinado en Nueva York por el millonario Harry K. Thaw, durante la representación de un musical en Madion Square Garden. El magnate llegó hasta el asiento del arquitecto y le disparó tres balas en la cara mientras gritaba “¡Nunca volverás a ver a esa mujer!”. Resulta que la corista Evelyn Nesbit, esposa del asesino, había sido amante del asesinado cuando ella era adolescente. Eso, más un marido celoso y empistolado, igual a gran escándalo. El crimen sacudió la alta (y baja) sociedad newyorkina, y fue acogido con gran alborozo por los periódicos de William Randolph Hearst (ése en el que se inspiraron para El Ciudadano Kane), que exprimieron la noticia y que bautizaron el consecuente juicio como “El juicio del siglo”.

En realidad hubo dos juicios. El primero no definió nada, porque el jurado no pudo llegar a un veredicto. Para el segundo, la madre de Thaw ofreció a Evelyn Nesbit un divorcio discreto y un millón de dólares si testificaba contra el finado, para salvar a su todavía esposo. Aunque desde 1880 se había inventado la técnica para imprimir fotos en los periódicos, en ese tiempo la práctica común era que un grabador reprodujera las fotografías para incluir imágenes en los artículos. Fue así como el perfil de Nesbit (que era muy bella, dicho sea de paso) se convirtió en una de las imágenes más conocidas y admiradas en el Nueva York de la época.

El juicio fue escandaloso, y salieron los trapos sucios a la luz: que White había violado a Nesbit cuando ella tenía 16 años, que entonces el esposo lo había matado para vengar el honor. Evelyn Nesbit asistía a las sesiones del juicio seguida por una cauda de periodistas, y desempeñaba perfectamente su papel, derramando lágrimas en el momento preciso y convenciendo al jurado de que su esposo era inocente. A fin de cuentas, Thaw fue internado en un hospital mental (y luego escapó, pero esa es toda otra historia) y Nesbit obtuvo el divorcio, pero no recibió un solo dólar.

Fue así como los medios descubrieron, hace apenas un siglo, que tenían el poder de hacer famoso a alguien solo por el sensacionalismo que causaba. No es que Nesbit cantara particularmente bien: era bella, y tenía una historia explotable. Evelyn Nesbit, sin saberlo, fue la abuela de Marilyn Monroe y la tatarabuela de Paris Hilton. El “Juicio del Siglo”, en el que la crudeza humana fue expuesta al gran público, fue el antecesor lejano de Big Brother y de todos los realities que hoy alimentan nuestro morbo.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que onda neto, soy ram, nomas para decir que te anduvimos buscando para invitarte a una presentación que realizamos de la revista y pues no te encontramos. Hasta ahorita que andaba viendo el ecos, encontre un artículo tuyo y di por acá.
Ya salió el tercer número, que esta disponible en puestos de revistas del centro y en la librería que esta por el jardín, atras de la catedral.
También tenemos página, te pasó el link:
http://usuarios.lycos.es/ramsaa/
Saludos y hasta luego xD

Anónimo dijo...

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